Fundación Ideas
¿Amy eran sus pupilos?
Varios artículos comparten tema con trabajos de estudiantes de la UCM
Amy Martin saltó a la palestra por cobrar mejor que la gran mayoría de periodistas de este país y por su capacidad para elaborar artículos que cubrían todo tipo de materias, como la industria del cine en Nigeria, la central nuclear de Fukushima, la crisis de la Eurozona o la medición de la felicidad.
Tras ellos, parece que estaba la mujer de Carlos Mulas, la polifacética Irene Zoe Alameda, de acuerdo con un comunicado hecho público por ella misma. Sin embargo, muchos insinúan que sus explicaciones no son más que una forma de exculpar al ex director de la Fundación Ideas y que, en caso de que de verdad fuese la autora, sería complicado que su pareja no supiese nada al respecto.
Además, quizá no pase de simple coincidencia, pero un antiguo alumno de Mulas –al que impartió Estructura Económica Europea– ha señalado a LA RAZÓN que éste les mandaba realizar bastantes trabajos y luego los corregía todos, con el esfuerzo que ello implica. Lo llamativo es, según revela el estudiante, que algunos de los temas sobre los que versaban los encargos, como la paradoja de la felicidad, se parecen sospechosamente a algunos textos de Amy Martin y de la propia Fundación Ideas.
También recalca que hicieron algunas investigaciones sobre la crisis económica, aunque parece complicado que éstas inspiraran el informe del FMI que pide recortes en Portugal o algunos de los estudios que la Fundación Ideas recoge en su página web y que, desde su mismo título, asumen los dogmas progresistas, como el informe «Impuestos para frenar la especulación financiera» (2010) o el documento «¿Por qué es necesario limitar las retribuciones de los ejecutivos?» (2009), en cuya redacción participó el Nobel de Economía Joseph Stiglitz, abiertamente contrario a la globalización.
De acuerdo con el ex alumno de Mulas, en la Complutense se comentan las coincidencias temáticas, más evidentes en el caso del mencionado ensayo sobre la felicidad, aunque, por el momento, ningún compañero suyo ha encontrado extractos textuales de sus trabajos.
Asimismo, éste destaca que Mulas era un profesor «cojonudo» con un «pedazo de currículum» y que sus clases eran «divertidas».
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