Unión Europea

Así se blindan los demás países de Europa contra el bloqueo político

Alemania, Francia, Italia y otros países de la UE cuentan con sistemas electorales y mecanismos eficaces para facilitar la formación de Gobierno

Varios países de Europa han intentado paliar los devastadores efectos de la inestabilidad ensayando regímenes semirepresentativos
Varios países de Europa han intentado paliar los devastadores efectos de la inestabilidad ensayando regímenes semirepresentativoslarazon

Alemania, Francia, Italia y otros países de la UE cuentan con sistemas electorales y mecanismos eficaces para facilitar la formación de Gobierno.

La fragmentación política impone una dolorosa factura a los países que la sufren, sobre todo a sus economías. Esta es la razón de que el Derecho Constitucional en Europa haya elaborado sistemas para bonificar a las partidos mayoritarios y, de esta manera, hacer más factible la gobernabilidad. El callejón sin salida de la legislatura fallida de 2016 –que guarda preocupantes paralelismos con el momento actual– se hubiera evitado de haber prosperado alguna de las propuestas para establecer primas de gobernabilidad en España. En su día el PP propuso conceder esta prima a la lista más votada si ésta se encuentra por encima del 35% de los votos y saca 5 de diferencia al segundo. En nuestro entorno cercano varios países han intentado paliar los devastadores efectos de la inestabilidad ensayando regímenes semirepresentativos.

Italia

En Italia la ley electoral es puramente proporcional, por lo que el país ha vivido con parlamentos fragmentados desde el final de la Segunda Guerra Mundial. En distintos momentos se ha planteado la posibilidad de establecer un premio de mayoría para la lista o la coalición más votada, la última con la reforma electoral que planteó Matteo Renzi, pero el TC ha tumbado en varias ocasiones una reforma de este tipo.

Grecia

En Grecia, el problema adquirió tal proporción que se aprobó una ley por la que el partido ganador recibe una prima de 50 escaños en el Consejo de los Helenos, el Parlamento griego. Esta medida ya ha sido derogada pero siguirá en vigor durante dos elecciones, entre ellas la del pasado domingo. La medida estaba incluida en el programa electoral de Syriza.

Francia

La doble vuelta que se celebra en todas las elecciones en Francia (salvo las europeas) confiere un modelo de garantía de estabilidad para las instituciones de un país que se rige por el modelo de república semipresidencialista en la que el jefe de Estado acapara mucho poder. Una vez que los ciudadanos eligen a su presidente entre los dos candidatos finalistas de la segunda vuelta de las presidenciales, el presidente nombra a un primer ministro que está en sintonía con la mayoría parlamentaria, a fin de asegurarse el apoyo de la Asamblea.

Alemania

En Alemania la fragmentación se evita estipulando un umbral del 5% de los votos en todo el país para acceder al Parlamento. Tras las elecciones es el presidente el encargado de proponer un candidato a canciller tras las elecciones. Esta propuesta es libre aunque propone al candidato que, en su opinión, tiene más posibilidades de ser investido. El voto es secreto y requiere la mayoría absoluta. Si fracasa el procedimiento, toda responsabilidad para la formación del Gobierno pasa al Bundestag. Un hecho que hasta ahora no ha sucedido, pues siempre se ha asegurado que las relaciones entre los partidos hayan dado la mayoría a un canciller sobre la base de un acuerdo de coalición.

Bélgica

Bélgica no cuenta con mecanismos para facilitar la gobernabilidad, lo que ha producido tortuosas crisis de formación de gobierno. Una especie de limbo que, en algunos momentos. podría parecer su estado natural. Tras el difícil resultado de las elecciones federales del día 26 de mayo, todo indica que Bélgica va a permanecer sumergida en uno de estos periodos. El país batió un récord mundial al permanecer sin Ejecutivo durante los años 2010 y 2011 un total de 541 días.

Reino Unido

En el Reino Unido, existe un sistema electoral muy poco representativo que favorece la formación de gobiernos de mayorías y hace muy complicado la entrada en Westminster de nuevas formaciones. En las elecciones de 2015, por ejemplo, el UKIP, liderado entonces por el populista Nigel Farage, fue la tercera fuerza más votada, pero tan solo consiguió un escaño. En los comicios de 2010, los británicos tuvieron su primer Parlamento «colgado» –término con el que se conoce a una Cámara de los Comunes sin mayorías– desde 1974. De la misma manera, es prácticamente imposible para la oposición forzar elecciones anticipadas.