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Tomás Gómez

Bronca por la tele

"Miles de votantes apoyan al líder socialista con la nariz tapada, impulsados por el miedo a una alternativa peor"

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno Diego RadamésEUROPAPRESS

Pedro Sánchez ha demostrado ser un maestro en la utilización del miedo para dirigir la sociedad española. Esta estrategia se hizo evidente durante el confinamiento por la pandemia y ha sido una constante en todos los procesos electorales. Sánchez ha sabido avivar el temor hacia Vox en sectores progresistas y críticos, utilizando este miedo como un catalizador para movilizar el voto de izquierda.

Para mantener esta dinámica, Sánchez ha polarizado a la sociedad española en dos bloques claramente definidos. Necesita a la extrema izquierda para conformar mayorías, pero aún más a la extrema derecha para mantener movilizado el voto de izquierda. No es un secreto que en cada proceso electoral, miles de votantes apoyan al líder socialista con la nariz tapada, impulsados por el miedo a una alternativa peor.

Otra decisión clave de Sánchez ha sido el control de los medios de comunicación, una medida esencial para moldear la percepción ciudadana y neutralizar las críticas. Sin embargo, lo que no estaba en su hoja de ruta era el conflicto con el grupo PRISA. El rechazo de su presidente, Joseph Oughourlian, a crear una televisión con una línea editorial favorable al gobierno ha generado tensiones significativas.

La respuesta de Sánchez no se hizo esperar. Óscar López, para escándalo de la prensa francesa, presuntamente intentó presionar a Vivendi para que se produjeran cambios en el accionariado que facilitaran la salida de Oughourlian.

Los medios más importantes de PRISA, como El País y la Cadena Ser, se han convertido en defensores de las políticas del ejecutivo. Un enfrentamiento de este calibre podría enfriar el apoyo mediático que Sánchez ha disfrutado hasta ahora.

Además de los problemas mediáticos, Sánchez enfrenta desafíos parlamentarios y judiciales. El PSOE tiene dificultades para sacar adelante los presupuestos generales del Estado y aprobar medidas como el aumento del gasto en defensa sin el apoyo del PP, debido a la negativa de sus socios. Sánchez evita cualquier imagen institucional que incluya a Feijóo, prefiriendo esquivar el parlamento y recurrir a la ingeniería contable.

En el ámbito judicial, el caso Koldo amenaza con causar daños significativos a medida que se revelen detalles más sórdidos. Los procesos que afectan a sus familiares también dependerán de cómo los medios pro-gobierno los aborden, y el conflicto con PRISA podría ser decisivo en este aspecto.