Opinión

Cambiar las reglas del juego

Pedro Sánchez es un artista en usar cortinas de fuego

Pedro Sánchez inaugura los desayunos del Ateneo @Gonzalo Pérez Mata
Pedro Sánchez, en una imagen reciente en MadridGonzalo Pérez Mata Fotógrafos

Pedro Sánchez, personaje con múltiples habilidades, entre ellas la de visionario, pronosticó que pasaría a la Historia por sacar a Franco del Valle de los Caídos, hecho que llevó a cabo sin pena ni gloria, pues ni consiguió reabrir las heridas de la Guerra Civil ni dividir a los españoles. Sánchez es un artista en usar cortinas de fuego, las va sacando una tras otra, como si fueran diapositivas en un proyector, para evitar que se hable de lo importante, de la igualdad de los españoles, de ser el último país europeo en recuperar nuestro PIB anterior a la pandemia, de la subida de precios, del nuevo estatus adquirido con Marruecos o de ser el Gobierno más caro e ineficiente de la democracia.

Posiblemente, no soy visionaria y espero que no, Sánchez pase a la Historia como el presidente de España que lapidó su país con tal de mantenerse en el poder. Lanza cortinas de fuego para cambiar las reglas de juego y gobernar a su antojo. Pone en marcha toda una maquinaria judicial, mediática y gubernamental para echar a Rubiales por un pico, actuación que no bendigo, y nadie dimite porque más de 1.200 agresores sexuales hayan reducido su condena.

Reunirse fuera de España con el prófugo Puigdemont por intentar un golpe de Estado es diálogo de conciliación, pero Aznar es el golpista por decir no a la amnistía y apelar a un «Basta Ya». Va a haber en España más golpistas que dialogantes de conciliación, desde Felipe González, Alfonso Guerra, Paco Vázquez, a cualquier votante socialista que no sea sanchista, más los más de ocho millones de votantes del PP y los tres millones de Vox. Un país de golpistas en manos de unos dialogantes conciliando cómo acabar con España. ¡Menos mal que Sánchez dijo que no iba a ser presidente a cualquier precio!