Ciudadanos

Casado blindará el "no"al PSOE en la Junta Directiva Nacional

«No podemos ayudar a Sánchez porque destrozará el país. Acaba de certificar en Navarra dónde está y con quién», aseguran en Génova. Feijóo abrió la puerta a «estudiar» una propuesta seria de los socialistas.

Pablo Casado junto a Teodoro García Egea
Pablo Casado junto a Teodoro García Egealarazon

«No podemos ayudar a Sánchez porque destrozará el país. Acaba de certificar en Navarra dónde está y con quién», aseguran en Génova. Feijóo abrió la puerta a «estudiar» una propuesta seria de los socialistas.

Pablo Casado ha convocado para este martes la Junta Directiva Nacional del PP, máximo órgano entre congresos. Antes del pleno de investidura de esta semana, la designación de los nuevos portavoces en el Congreso y en el Senado, en principio Cayetana Álvarez de Toledo y Javier Maroto, respectivamente, era el tema principal del orden del día de esta reunión. Pero el vuelco que ha dado la actualidad política, con el fracaso de la investidura de Pedro Sánchez, cambia también las prioridades de este cónclave. Casado blindará ante la Junta Directiva su «no» a abstenerse en un segundo intento de investidura de Sánchez, sin margen de rectificación, y con la justificación de sus razones, entre ellas, precisamente, la que invoca la propaganda de Moncloa, el sentido de Estado. «Sánchez no es de fiar. Y acaba de certificar en Navarra, con su pacto de gobierno, dónde está y con quién».

El PP está ahora dividido sobre si esta crisis de la izquierda terminará o no en elecciones. Hasta el pasado lunes, en la jornada parlamentaria en la que Sánchez e Iglesias comenzaron a representar ante la sede de la soberanía nacional su reyerta tabernaria, en el principal partido de la oposición había pocas dudas sobre que ahora o en septiembre habría pacto y que en ningún caso esta discusión terminaría en una repetición electoral. El debate ha movido posiciones internas, y ahora en el PP hay más división sobre si habrá o no elecciones.

La dirección popular ya ha hecho un primer análisis de la nueva situación y ha concluido que su prioridad estratégica es responder «de manera eficaz» a la maquinaria de Moncloa para colocar ahora sobre los hombros de Casado la responsabilidad de que haya Gobierno. Necesitan «unidad de discurso», dicen, «sostenida en la fuerza argumental», y «evitar fisuras internas que generen ruido que descoloque la posición oficial». En el «mando», en Génova, hay opiniones divergentes sobre si esto acabará o no en elecciones. Pero es unánime, sin matices, el rechazo total a hacer ahora ningún gesto que ayude a Sánchez a salir indemne del «agujero» abierto en su credibilidad y en su solvencia para formar Gobierno. Si antes podía haber alguna duda, exótica, sobre si un gesto en esa dirección podría haber servido a Casado para afianzar una imagen de líder de la oposición con sentido de Estado, se ha desvanecido con el debate de investidura.

En la cúpula nacional consideran que Casado ya no gana nada, ni España tampoco, ni siquiera si las circunstancias son complicadas, «con un Gobierno de Sánchez en minoría, sin aliados fiables, y con independentistas y Pablo Iglesias de potenciales costaleros puntuales». Si el fracaso de la investidura aleja la viabilidad de un Gobierno del PSOE con Unidas Podemos, también anula la hipótesis de la abstención técnica, aunque pueda parecer paradójico. E incluso contradictorio con algunas voces territoriales del PP que han empezado a escucharse y que dan a entender que abren vías de espacio a esa posición proclive a facilitar in extremis la abstención.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, o el de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, han entrado en el argumentario de Moncloa con la idea de utilizarles como supuesta referencia de dirigentes del PP que quieren que Casado ayude a Sánchez. En sus declaraciones lo que han señalado es que, si Sánchez quisiera un acuerdo de verdad, sensato y que generara certidumbres, podría empezar a hablarse. Génova precisa que hasta ahora Sánchez no ha buscado ese acuerdo sensato, y que, de hecho, en privado no lo ha planteado jamás como punto de partida en las conversaciones que ha mantenido con Casado. Añaden que visto lo visto, igual que el líder socialista «ha jugado a engañar a Unidas Podemos, ahora puede tener la tentación de utilizarnos a nosotros, pero en ese juego no vamos a caer nunca, por respeto a nuestros votantes y al interés general». «¿Está dispuesto Sánchez a pactar con nosotros la posición en Cataluña o las claves de la política económica para evitar una nueva desaceleración? La respuesta es “no”, ya la ha dado en Navarra, donde ha pactado contra el constitucionalismo con Geroa Bai, PSN y Podemos», sentencian en la dirección popular.

El PP rectificó ayer unas declaraciones de una dirigente de segundo nivel de su Comité Ejecutivo, en las que planteaba la idea de que fuese el Rey el que presionara a Casado y él aceptara dar un paso adelante. Mientras que internamente empezó a distribuir el argumentario de réplica a las presiones pro abstención. «El voto del PP no puede ser de desbloqueo, sino de garantía del constitucionalismo, de libertad y de moderación. No un cheque en blanco para los socios preferentes ni los aliados preferidos de Sánchez que cuestionan la Monarquía y el modelo territorial». El PP no puede ayudar a Sánchez porque «destrozaría el país, ya se ha visto sin llegar a pactar».