Relevo en el PP
Casado mantiene el pulso e irá a la votación aunque sepa que la pierde
Las presiones del «aparato» para cerrar la integración durante el cónclave caen en saco roto
Las presiones del «aparato» para cerrar la integración durante el cónclave caen en saco roto.
La candidatura de Pablo Casado sigue «apretando» en la carrera hacia el Congreso del PP en el que el próximo sábado se proclamará al sucesor de Rajoy. Quedan cinco días para que se abra el cónclave y dentro del partido se mantiene viva la sensación de que la batalla continúa abierta. La presión que está imponiendo el equipo del ex portavoz puede tener efectos positivos o negativos, eso se verá en el Congreso, pero a su favor juega que pese a que todo hacía, y hace, pensar que la favorita es Soraya Sáenz de Santamaría, Casado mantiene el pulso en la recta final con una campaña en la que ha puesto el acento en plantar cara al «aparato».
En estos últimos días toda la presión de ese «aparato» está dirigida a conseguir que una vez que los dos candidatos tengan muy medidos sus apoyos, y así será cuando se abra el Congreso el próximo viernes, negocien una lista de integración. Desde que se inició el proceso sucesorio ha sido el mantra contra el que ha corrido todo el tiempo Casado. Y llegados a este punto, en el partido están a la espera de que la negociación se concrete en el mismo Congreso, antes de que voten los compromisarios, y una vez que el viernes por la noche, con los últimos tanteos, todo esté ya prácticamente decidido.
Sin embargo, fuentes del equipo de Casado confirman que tampoco habrá negociación en el Congreso «que limite la capacidad de los compromisarios de pronunciarse y elegir». Desde la candidatura de Sáenz de Santamaría mantienen que «los números les siguen saliendo». Pero el equipo de Casado también traslada en esta recta final una confianza absoluta en su victoria. Sea así o no, la palabra del candidato es que incluso en el caso de que en el último momento constatara que no tiene al alcance la victoria, no retirará su lista con los 25 miembros que le acompañarán y esperará a que voten los compromisarios antes de abrir el diálogo con la ex vicepresidenta. El proceso de doble vuelta establecido por el PP cada vez tiene peor prensa dentro del partido. La última polémica es porque en la votación de los compromisarios no se vote primero sólo al presidente nacional, de tal manera que sólo se descarte a uno de los candidatos y no a toda la lista que le acompaña.
Que no haya negociación tampoco durante el Congreso supone llegar al escenario menos deseado por la dirección popular. Esperaban lista unitaria desde un primer momento, encabezada por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. Luego confiaron en que el acuerdo llegara después de la votación de los afiliados, pero el resultado fue tan ajustado que ninguna presión, ni siquiera ejercida por Rajoy, habría servido para frenar la campaña de confrontación entre ambas listas. Y ahora sus presiones para que en el mismo Congreso pueda haber un entendimiento que evite la votación están también condenadas al fracaso.
La demanda de una lista unitaria ha sido el lema de la campaña de Sáenz de Santamaría, a partir de la premisa de que hay que respetar la lista más votada y, al mismo tiempo, evitar fracturas en el partido. Desde el lado contrario se ha defendido que lo que se deben respetar son las reglas establecidas en los estatutos. Pero más allá de debates, la última palabra la tiene Casado, y una vez que ha llegado hasta aquí, su decisión es que las dos listas se voten, sean cuales sean las expectativas.
La negociación para la integración deberá producirse después de que hablen los compromisarios. El que gane, tendrá que integrar. Si es Sáenz de Santamaría, en el partido esperan que con Casado como secretario general. Más complicado es ver el encaje de la ex vicepresidenta como «número dos» de otro presidente que no sea Rajoy. Pero primero habrá qué conocer los resultados.
Hoy acaba el plazo para que la Comisión Organizadora del Congreso (COC) oficialice que no habrá debates a dos, y hoy también se espera ver la imagen de la ex secretaria general María Dolores de Cospedal arropando a Casado en un desayuno informativo. Además de la visita de la ex vicepresidenta a Galicia. Después de que hayan pasado los dos candidatos por esa comunidad autónoma, el presidente gallego podría hacer algún gesto en la dirección de la apuesta mayoritaria de sus compromisarios para el Congreso. Hasta ahora, desde que hablaron las bases, sólo ha fijado posición para decir que la integración debe producirse antes, durante o después del Congreso. En la votación de las bases, en Galicia ganó la lista de Cospedal, seguida de la de Casado.
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