El desafío independentista
«Cataluña y Escocia son escenarios completamente distintos»
Por mucho que en Barcelona se quiera enfocar de otra manera, Escocia no es Cataluña.
Por mucho que en Barcelona se quiera enfocar de otra manera, Escocia no es Cataluña. Queda menos de un año para que la región que gobierna Alex Salmond celebre el histórico referéndum sobre la independencia y aunque en Cataluña las referencias son continuas por parte de los partidos que apuestan por la soberanía, el Ejecutivo de David Cameron trazó ayer una línea de separación recalcando que se trata de "marcos constitucionales completamente distintos".
El ministro británico para Escocia, Alistair Carmichael, señaló que mientras en el Reino Unido, el debate corresponde a los escoceses, en España, "tal y como está planteada la Constitución entiendo que éste se deba plantear a un nivel más amplio", es decir, a todo el país. El liberaldemócrata, que ocupa el cargo desde hace tan sólo seis semanas, mantuvo un encuentro con la prensa extranjera y cuando fue preguntado por la cuestión catalana rehusó hacer comparaciones, ya que los escenarios "no tienen nada que ver". Además, negó haber mantenido contactos con la Generalitat sobre la organización de un plebiscito y señaló que, en cualquiera caso, "las conversaciones sobre este asunto serían con el Gobierno español y no con el regional".
Artur Mas siempre se ha quejado de que, a diferencia de lo que ocurre en Canadá con Quebec o en el Reino Unido con Escocia, el Gobierno central niega a los catalanes el "derecho civil básico"del referéndum. Pero desde Londres marcan las distancias.
Centrándose en plebiscito escocés, Carmichael señaló que los independentistas presentan el debate "como una cuestión entre Edimburgo y Londres, entre la socialdemocracia escocesa y los conservadores ingleses, pero no hay tal cosa". Y quizá la demagogia nacionalista atiende a la falta de argumentos para defender su postura. A tan sólo diez meses de la consulta, los escoceses aún no tienen respuesta a cuestiones tan claves cómo cuál sería la moneda, cómo quedarían las pensiones o cuál sería el estatus con la UE en caso de que se separen del Reino Unido.
Salmond presentará el próximo martes el llamado Libro Blanco con el que se supone que despejará las dudas. Para la ocasión, el ministro principal ha elegido Glasgow en vez del parlamento escocés, un gesto que, según Carmichael refleja el poco respeto que tiene "a la institución y a la gente que ha votado para elegir a sus representantes".
A día de hoy, las encuestas señalan que un 50% de la población se opondrá a la secesión, frente a un 30% de partidarios y un 20% de votantes indecisos. Pese a esa ventaja de los partidarios de la unión, "nada se pueda dar por hecho", dijo el responsable de la cartera, que acusó a los independentistas de "deshonestos"por querer dejar el Reino Unido manteniendo sus ventajas como la libra, el Banco de Inglaterra y los astilleros militares.
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