Tribunales

Condenan a Juan Kruz Aldasoro (Sortu) a un año de cárcel por lesiones a tres guardias civiles

El dirigente de la izquierda abertzale «se abalanzó» sobre un agente y forcejeó con otros dos después de que su hermano fuera detenido

El Juzgado de lo Penal número 2 de Pamplona ha condenado a un año de prisión a Juan Kruz Aldasoro, actualmente coordinador de Sortu en Navarra, por un delito de atentado y tres faltas de lesiones contra agentes de la Guardia Civil.

Los hechos ocurrieron el 14 de septiembre de 2010, cuando efectivos del Instituto Armado detuvieron en Etxarri-Aranatz al hermano de Juan Kruz Aldasoro por orden de la Audiencia Nacional.

El coordinador de Sortu en Navarra tendrá que pagar una multa de 540 euros, así como indemnizaciones de 115, 288 y 144 euros a tres guardias civiles. Contra la sentencia cabe interponer recurso de apelación en el plazo de diez días.

Los agentes se personaron en Etxarri-Aranatz sobre las 3 horas del 14 de septiembre de 2010 para detener al hermano de Juan Kruz Aldasoro y por error llamaron a la puerta del actual dirigente de Sortu. El hermano vivía en el piso de arriba.

Según la sentencia, Aldasoro reaccionó "con una gran irritación y agresividad, sin que el incidente pasara a mayores".

Tras la detención del hermano del acusado, la Guardia Civil realizó registros en el domicilio del arrestado, también en el de Juan Kruz Aldasoro, y en un bar situado en la planta baja del edificio.

Durante este tiempo, el acusado "permaneció pululando por el interior del edificio, entorpeciendo en ocasiones la labor policial, pues intentaba hablar con su hermano, le lanzaba gritos de ánimo y obstaculizaba la continua entrada y salida de agentes". "Por este motivo se le llamó la atención en varias ocasiones", expone la sentencia.

Sobre las 11.15 horas, un agente indicó al acusado que abandonara ya el lugar, y "éste aparentemente obedeció, comenzando a subir las escaleras que conducen a la casa de sus padres, pero sorpresivamente se giró y desde una altura de varios escalones se abalanzó sobre el mencionado agente, al que derribó". "Comenzó entonces un forcejeo que culminó con la detención del señor Aldasoro, para lo cual fue necesaria la intervención de otros dos guardias, pues el acusado lanzaba puñetazos y codazos", añade el juez.

CONTUSIONES

Como consecuencia de estos hechos, uno de los agentes sufrió una contusión costal y un eritema en el brazo derecho, otro agente sufrió una contusión costal derecha y una equimosis lineal en el hombro derecho y el tercer guardia civil contusiones en el codo y en la región malar izquierdos. Todos ellos requirieron para su sanidad una única asistencia facultativa, y tardaron en curar 4, 10 y 5 días respectivamente.

El juez expone en la sentencia que los tres guardias civiles narraron los hechos "sin que en sus testimonios se apreciaran dudas o contradicciones que cuestionen su veracidad"y añade que "tales testimonios se encuentran además avalados por los partes médicos y por los informes forenses en los que se describen unas lesiones en los agentes perfectamente compatible con el relato de los sucedido efectuado por ellos".

La sentencia recoge que el acusado reconoció en su declaración que "uno de los agentes le requirió para que abandonara la zona en la que se encontraba, rellano y escaleras de la casa donde al parecer vive toda la familia, porque iban a sacar a su hermano, y que él se negó a hacerlo, porque quería verlo y despedirse de él". "Esto constituye ya de por sí una actuación ilícita por su parte, pues el requerimiento policial estaba plenamente justificado, al no ser posible comunicarse con una persona que está detenida, máxime si esa comunicación se hace en un idioma desconocido para los agentes como es el euskera", agrega.

Además, el juez señala que "a partir de aquí, el relato de lo sucedido efectuado por el acusado no ofrece credibilidad alguna". "Según él, entre tres o cuatro agentes lo redujeron, lo tiraron al suelo y lo esposaron; luego dijo, contradiciéndose, que uno lo tiró y entonces los otros acudieron a ayudar al primero. En uno u otro casos, su comportamiento habría sido angelical, sin acometer a nadie ni resistirse. Deja así sin explicación las lesiones que sufrieron los funcionarios", apunta.