Israel encuentra munición española en manos de Hizbulá en una operación en el sur de Líbano

En una reciente operación llevada a cabo por las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) en el sur del Líbano, se ha descubierto un depósito de armamento perteneciente a la milicia chií Hezbolá. Entre el arsenal incautado destaca un lote de municiones antitanque CR-106, utilizadas en cañones sin retroceso M40 de 105 mm. Sin embargo, lo que ha causado mayor revuelo ha sido el origen del material, ya que las cajas de munición muestran inscripciones en español.

Portavoces de las IDF han difundido imágenes a través de redes sociales que muestran el hallazgo. Las cajas contienen descripciones en español, incluyendo la palabra “espoleta” y el número de lote, lo que sugiere que el armamento podría haber sido fabricado en España. Las cajas abiertas revelan dos CSR 106, mientras que una caja cerrada contiene el lote identificado con el número 85, lo que indicaría que fueron producidas en 1985. Además, las siglas "FNG" hacen referencia a la Fábrica Nacional de Granada, que formaba parte de la extinta Empresa Nacional Santa Bárbara, vendida en 2001 a la compañía estadounidense General Dynamics.

Este arsenal fue encontrado oculto en una vivienda civil en el sur del Líbano, utilizada por Hezbolá como almacén de armamento. Aunque aún se está a la espera de un análisis oficial, todo parece indicar que se trata de municiones de origen español, probablemente adquiridas por Irán, que luego las suministró a Hezbolá. Este tipo de munición no es nuevo para Israel; en 2009, un buque con armas procedentes de Irán fue interceptado en el Mediterráneo, y en él se encontraron cajas de munición con descripciones idénticas a las halladas ahora.

El origen exacto del lote de munición no está del todo claro, aunque se considera probable que Irán haya adquirido estas armas en los años 80, cuando España vendía armamento tanto a Irán como a Irak en el contexto de su guerra. Aunque los cañones M40 están obsoletos y han sido retirados de muchos ejércitos, aún son utilizados por algunos países, y su munición, a pesar de estar caducada, puede seguir siendo funcional.

El descubrimiento pone de relieve la compleja red de suministro de armas que conecta a varios países, y cómo armamento fabricado en España hace más de tres décadas ha terminado en manos de Hezbolá.