Defensa

¿Por qué España deja que las empresas españolas de munición militar caigan en manos extranjeras?

Las Fuerzas Armadas de nuestro país compra munición a compañías que han sido adquiridas por conglomerados alemanes, noruegos o eslovacos.

Sistema de mortero embarcado Eimos de Expal
Sistema de mortero embarcado Eimos de ExpalExpal

Tener una cantidad suficiente de munición almacenada se ha convertido en uno de los principales problemas de suministro para todas las Fuerzas Armadas del mundo y España no es una excepción, como demuestra que los últimos intentos de las FFAA por comprar material hayan quedado desiertos. La guerra ha demostrado que el stock que tenían la mayoría de los países era minúsculo y que ninguno hubiera aguantado una semana al nivel de gasto que se ha visto en el país eslavo.

La solución que han adoptado algunos países para resolver este problema es tirar de talonario y, para ello, han optado por comprar fábricas en otros países, como hizo la alemana Rheinmetall con la española Expal a finales del años pasado o como hizo la compañía noruega Nammo, que adquirió la hasta entonces Fábrica de Armas de Palencia el pasado 2013 y, en el último año, ha aumentado las contrataciones de personal en 30 personas y la plantilla ya suma 250 empleados.

La empresa noruega produce en Palencia calibres pequeños y medios y sus clientes son muchos y muy diversos. Los calibres pequeños suelen quedarse cerca, en los países del entorno, los medianos ya se exportan más lejos. España es uno de los países que compra a los noruegos.

El Mando de Apoyo Logístico del Ejército (MALE) formalizó el pasado mes de mayo un contrato con la empresa por 3,4 millones de euros (impuestos incluidos) para el suministro de munición de fusil y ametralladora ligera de 5,56 mm. Unos meses antes, en febrero, ya se había firmado otro contrato con Nammo para el suministro de munición por valor de 5,7 millones de euros en un contrato que se extenderá hasta el próximo mes de diciembre, de acuerdo con el anuncio de formalización consultado por Infodefensa.com, que no ofrece detalles sobre la cantidad de munición. Este tipo de munición es utilizada por el fusil de asalto HK-36 -el arma ligera básica de los militares españoles- el fusil de asalto HK-416, las ametralladoras Minimi o las ametralladoras ligeras HK-MG4, en servicio todos en las Fuerzas Armadas.

No son los únicos contratos recientes, la compañía ya se había hecho el diciembre anterior con otro contrato de 5,56 mm para la nueva reserva estratégica de munición creada por el Ministerio de Defensa valorado en 7,7 millones de euros, precisamente el stock del que hablábamos antes para poder hacer frente a un conflicto y que Ucrania nos ha desvelado como escaso. Además, la compañía también ha suministrado recientemente munición para los blindados Pizarro y cañones antiaéreos 35/90 GDF del Ejército de Tierra y para las ametralladoras, cañones y estaciones de armas de los buques de la Armada.

Expal cuenta con tres factorías, la fábrica de Javalí Viejo en Murcia proporciona propulsantes, mientras que la de Trubia (Asturias) es responsable de componentes metálicos, como la vaina o el propio proyectil. También tiene una factoría en Paramo de Masa (Burgos), donde hace la integración completa de la munición de 155mm.

En la actualidad, Expal tiene un contrato en vigor con el Ejército para el suministro de munición de 155 mm de alcance extendido (Extended Range) para los obuses de 155 mm SIAC y M109A5 de las unidades de artillería del Ejército de Tierra. Los proyectiles, dotados de unidad base bleed, propulsión por carga modular y espoleta electrónica EC-102, suponen un importante avance en prestaciones con respecto a los convencionales, al aumentar la seguridad y la eficacia de las operaciones, y ampliar los alcances hasta los 40 kilómetros. Esta munición es un desarrollo propio de Expal, en colaboración con el Ministerio de Defensa español. La compañía también produce otros tipos de munición desde granadas, hasta munición naval de calibre medio.

No obstante, Expal esta ahora mismo inmersa en un megaprograma alemán para la entrega de más de 100.000 proyectiles de 155 mm como tercer pedido de un acuerdo marco valorado en hasta 1.200 millones de las Fuerzas Armadas alemanas (Bundeswehr). Aunque el encargo, que incluye también proyectiles de alto explosivo DM 121, ha sido tramitado directamente por el Gobierno germano, el destino del material al completo es Ucrania.

Junto a Expal y Nammo la otra empresa que fabrica en territorio español es la, desde 2020 eslovaca, Fábrica de Municiones de Granada (FMG), a quien el Ejército acaba de adjudicar un contrato para el suministro de cargas especiales explosivas por un importe superior al millón de euros. El pasado mes de junio esta empresa recibió otro contrato de más de siete millones de euros para el suministro de munición de 105 mm para su flota de vehículos de reconocimiento y combate (VCR) Centauro, en servicio en las unidades de caballería de la Fuerza Terrestre. El expediente recoge en concreto la compra de 2.210 disparos del tipo flecha de guerra Apfsds-T, siglas en inglés de Armour Piercing Fin-Stabilised Discarding Sabot-Tracer. Es decir, munición perforante de blindaje estabilizada por aletas y con casquillo desechable. Además, en marzo, el MALE encargó a FMG un lote de 1.125 disparos HE rompedores por dos millones de euros también para los Centauro. La empresa también fabricará las cabezas de guerra de los 1.680 misiles Spike LR2 contracarro que acaba de comprar España a Pap Tecnos.

La fábrica tiene 120 trabajadores y, según ha explicado, está al 100% de su capacidad.

El problema de suministro de munición y el aumento del número de contratos declarados desiertos no quedará aquí y no solo porque las fábricas no sean españolas y eso nos quite del primer puesto de la lista, sino porque, más allá de llenar los polvorines con mucho más material que hasta ahora tras ver lo que pasa en una guerra moderna, el suministro de munición tiene un problema añadido: la caducidad. El material que no se usa, además de quedarse obsoleto en el caso de la munición más tecnológica, también se pasa de fecha. Hace unos años Expal había ofrecido a las FFAA una opción de gestión, suministro y renovación del material caducado, es decir, mantener al día los polvorines. Ahora Expal es alemana.