Derrota real

Hace pocos días en París, en un juicio contra varios miembros de ETA, una fiscal les preguntó: ¿por qué llevan ustedes la pistola cargada y preparada para disparar cuando han decretado el fin definitivo? No hubo una respuesta, aunque lo que sí es transparente es que en ETA, el cansancio de que sus pretensiones no calen ni en el Gobierno español y francés, está colmando la paciencia de un sector muy duro que está dispuesto a volver a matar. Es así de cruda esta realidad que, a veces, se quiere disfrazar con que la banda está muy débil, de que no tienen más de 50 integrantes, etcétera. ETA puede estar harta de que ningún gobierno haga caso a sus pretensiones, lo cual es muy positivo porque ha quedado claro que nadie está negociando y las víctimas estamos de acuerdo. Pero lo que la ciudadanía española no entiende, y por eso mal piensa, es que si «Josu Tenera» –asesino etarra de niños– está localizado en Oslo, las autoridades españolas no se pongan de acuerdo con las noruegas para detenerlo. Nos queda un camino largo que recorrer para finiquitar a ETA. ¿Está débil?: sí, pero ¿es inoperativa? : la respuesta es NO con mayúsculas. La banda evalúa que algún día tendrá que volver a matar, con 50 pistoleros o con uno sólo. Por ello, no debemos lanzar las campanas al vuelo y debemos derrotarla.