Cataluña

Alerta yihadista en Cataluña durante la jornada electoral

Se investiga si trajo a España instrucciones para cometer atentados en Navidades.

Uno de los vehículos que utiliza el presunto yihadista llegado a España
Uno de los vehículos que utiliza el presunto yihadista llegado a Españalarazon

Se investiga si trajo a España instrucciones para cometer atentados en Navidades.

Las autoridades suizas alertaron ayer a las españolas de la llegada a nuestro país, en concreto a Cataluña, de un presunto terrorista yihadista del que facilitaban el nombres y las matrículas de coches que podía utilizar, según informaron a LA RAZÓN fuentes antiterroristas.

Aunque a ultima hora de la noche, desde medios oficiales se facilitaba una versión, según la cual el individuo había entrado ayer en España y ayer mismo la había abandonado (sin ser detenido), las fuentes consultadas dieron veracidad a la alerta lanzado por los helvéticos y señalaron que se debe investigar el porqué de su presencia en territorio nacional. «No se trata de crear alarmas, sino de situar las cosas en su sitio, para que no ocurran cosas como las acaecidas en el pasado», subrayaron.

El individuo en cuestión se llama Abdelhakim El Ouakili, es de nacionalidad francesa, nacido el 20 de septiembre de 1980. Viste ropa y calzado deportivo y puede conducir un vehículo KIA matrícula gala CF421CC o un Peugeot con placas BJ382NC.

En la alerta se informa de que se propone cometer un atentado en Cataluña. Lo que está claro es que se trata de un individuo peligroso que puede actuar en cualquier lugar.

Al parecer, Ouakili se habría radicalizado a través de páginas yihadistas y, en principio, se trataría de un actor solitario.

Sin embargo, dadas las experiencias anteriores, no de puede descartar que cuente con más apoyos dentro de España. Si no, ¿a qué se debe su corta estancia en nuestro país? Según la versión difundida anoche por medios oficiales, este individuo, tanto al entrar en España como al salir, no fue arrestado ni identificado. Se supone que las Fuerzas de Seguridad galas han sido alertadas, y por las noticias que se tenían a la hora de cerrar esta edición, no ha sido detenido, lo que resultaría relativamente fácil ya que se daban dos fotografías y las matrículas de los coches que usaba.

Además, las fuentes consultadas por este periódico recordaban que las autoridades suizas dieron la alerta con muchos datos datos; incluso, se fijaba la ciudad de Barcelona como uno de los lugares en los que podía cometer un atentado.

Cuando fueron perpetrados las acciones criminales del 17-A en Cataluña, LA RAZÓN adelantó que el yihadismo, como hizo en Madrid con las matanzas del 11-M en 2004, busca países en los que se estén produciendo confrontaciones sociales para colocar sus bombas o matar a cuchillo a los ciudadanos.

Lo ocurrido en Cataluña en los últimos meses evita dar más detalles al respecto.

Navidad

La alerta suiza demuestra que el yihadismo ha decidido, después de sus derrotas territoriales en Irak y en Siria, fomentar el terrorismo en occidente.

El miércoles, colgaron en una de sus páginas una amenaza directa contra el Papa Francisco, cuya imagen, decapitado, se reproducía en un cartel del Isis.

No contentos con semejante barbaridad, incluían una silueta de Papa Noel, en la que anunciaban atentados durante estas Navidades. «Habrá un baño de sangre» en el Vaticano, prevenían sobre sus intenciones.

Por supuesto, entre las víctimas estarían todos los «adoradores de la Cruz. Probarán la amargura de las copas de la muerte y harán de sus banquetes unas masacres. Ni siquiera disfrutarán de vivir en sus casas», rezaba el texto.

La presencia del presunto yihadista en España, de acuerdo con las alerta suiza, respondería a los planes de atacar en plena conmemoración de la Nochebuena y la Navidad. O tal vez, dentro de la tradición católica, en Reyes o, en el plano más mundano, en los festejos de Nochevieja, considerados como impuros y blasfemos por los yihadistas. Sea Ouakili u otros, el peligro está ahí y hay que atender a la colaboración internacional para erradicarlo.