El desafío independentista
El 12-O, antídoto del independentismo
El Gobierno de Rajoy prepara dos días de actos para implicar a los ciudadanos en la Fiesta Nacional. El objetivo es movilizar el sentimiento patriótico que se vive con normalidad en los países de nuestro entorno
El Gobierno de Rajoy prepara dos días de actos para implicar a los ciudadanos en la Fiesta Nacional. El objetivo es movilizar el sentimiento patriótico que se vive con normalidad en los países de nuestro entorno.
La situación en Cataluña y el desafío que plantea la lista independentista van a marcar la agenda nacional en los próximos meses, y se van a dejar sentir en la campaña de las generales. Todo queda bastante condicionado por el problema catalán y por el escenario que surge de los comicios de hace una semana. La cohesión nacional entra en la campaña electoral, pero el alcance del reto al que se enfrenta España ha llevado al Gobierno a valorar la puesta en marcha de otras iniciativas institucionales para movilizar el sentimiento patriótico que con normalidad se vive en la mayoría de los países de nuestro entorno. En una semana habrá oportunidad de visualizar una de estas iniciativas, ya que este año el Gobierno está preparando una celebración muy especial del Día de la Hispanidad, la Fiesta Nacional de España, que se conmemora el próximo 12 de octubre.
Moncloa, con la colaboración del Ministerio de Defensa, ha tenido en cuenta que este año está marcado por una coyuntura política muy singular debido al órdago secesionista, y por ello ha decidido organizar una agenda de actos mucho más intensa de lo habitual, que quiere que sirva para integrar todo lo posible al ciudadano en la celebración de esta fiesta «de todos» y que ayude, además, a reivindicar los símbolos «de todos», entre ellos la bandera constitucional. Se trata de una iniciativa excepcional que de manera implícita da réplica a la ofensiva que CDC y ERC tutelan en Cataluña contra España. El nacionalismo independentista lleva muchos años movilizando todos sus recursos en contra de lo que representa la idea de España y de «lo que nos une a todos». Con muy poca oposición, hasta hace muy poco, de los partidos y de la sociedad civil que no comparte esos postulados. El independentismo no es la voz mayoritaria, según lo ratifican los resultados de las elecciones del 27-S, pero sí la que más se ha escuchado.
Mariano Rajoy ha decidido que su Gobierno se ponga al frente de una campaña dirigida a fortalecer la idea de que el 12 de octubre, nuestra Fiesta Nacional, es una celebración abierta a todos los ciudadanos que comparten unos lazos lingüísticos, históricos o culturales. Una celebración de lo que nos une, y que empezó a tejerse el 12 de octubre de 1492, frente a la «obsesión» de los independentistas por centrarse en lo que nos separa y en marcar desigualdades y la superioridad de unos sobre otros.
Este año el Día de la Hispanidad no se limitará al tradicional desfile militar, sino que irá acompañado de variadas actividades dirigidas a dar resonancia al citado mensaje, a la defensa de la unidad nacional y de la fortaleza de una España unida. Y los actos de conmemoración se anticiparán al domingo 11, para darles aún más resonancia. «Fuera complejos a la hora de defender lo de todos», sostienen en medios gubernamentales. Así, para el domingo 11 se preparan fuegos artificiales, un espectáculo de luz en la Plaza de Oriente de Madrid, un concierto de la Orquesta Nacional de España en el Auditorio Nacional, que por pantallas gigantes se podrá escuchar en la Plaza de Oriente, y hasta una edición especial del programa «Masterchef», que emite TVE. Mientras que el lunes, además del desfile militar, también habrá jornada de puertas abiertas en los museos nacionales, como se ha hecho en otras ocasiones, así como exposiciones especiales y otras actividades en el Instituto Cervantes y en otros foros, entre otras actividades.
Aunque en otros ejercicios el Día de la Hispanidad también ha estado adornado con actos puntuales de conmemoración de lo que representa esta fiesta, la singularidad de este año es la importancia que el presidente del Gobierno ha querido dar a lo que en ella se conmemora. Con la implicación directa, por tanto, de Moncloa y del departamento que dirige Pedro Morenés. También han buscado la implicación de la iniciativa privada.
Tras el resultado de las elecciones catalanas, en las que la lista independentista no consiguió la mayoría en votos ni los escaños suficientes para tener la mayoría absoluta sin depender de la izquierda anticapitalista de la CUP, Rajoy ha dirigido su discurso a subrayar que CDC y ERC no están legitimados para poner en marcha el proceso de ruptura con el que se presentaron a las elecciones. Ni se ajusta a la Ley ni tienen los apoyos necesarios, sostiene Rajoy.
De hecho, la cohesión nacional va a ser uno de los ejes de su mensaje de aquí a las elecciones generales. Pero más allá de la campaña, el Gobierno también va a intentar utilizar este mes y medio que queda hasta la votación para reforzar la implicación institucional en la defensa de la unidad nacional y en hacer la pedagogía que ha fallado durante muchos años como réplica a la propaganda nacionalista. En lugar de colocar el acento en la singularidad catalana, y en la diferencia de Cataluña con respecto a las demás comunidades, el discurso oficial del Gobierno insistirá más en la defensa de la igualdad y de la solidaridad interterritorial, dentro del respeto a la pluralidad autonómica y a los hechos diferenciales que la Constitución reconoce a Cataluña. El PP obtuvo un muy mal resultado en las catalanas y necesita recuperar parte del voto que ha perdido para estar en condiciones de aspirar a La Moncloa, pero tiene que hacerlo sin abandonar las esencias de su discurso territorial si no quiere que el conflicto catalán le reste apoyos en el resto de comunidades.
Frente a los que quieren romper el Estado de Derecho, el Gobierno sostiene que el Día de la Hispanidad debe servir de marco para defender la extensión de la igualdad y de los derechos democráticos que España representa. Por cierto, será la segunda vez que Felipe VI presida el Día de la Hispanidad como Rey de España. Ya en la edición de 2013 el actual Monarca también presidió el desfile porque su padre, el Rey Don Juan Carlos, se encontraba convaleciente tras su última operación de cadera, pero aún era Príncipe de Asturias. Los Reyes, Don Felipe y Doña Letizia, estarán presentes en la tribuna real dispuesta en la plaza de Neptuno. Pero esta vez los esfuerzos institucionales se han dirigido a que la Fiesta Nacional sea mucho más que un desfile por el madrileño Paseo del Prado y a conseguir que la participación de los ciudadanos sea mayor que la de años anteriores.
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