Barcelona

El 60% cree que Mas no adelantará las elecciones

El 60% cree que Mas no adelantará las elecciones
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Casi el 60% cree que Mas no adelantará las elecciones y pide al Gobierno que se mantenga firme ante el desafío

Mientras Artur Mas y Oriol Junqueras pierden el tiempo peleándose por ver quién impone su hoja de ruta post 9-N, el independentismo se desinfla. La encuesta de LA RAZÓN corrobora la tendencia que advirtió hace menos de quince días el sondeo del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat de Cataluña, que la independencia pierde el apoyo de la mayoría por primera vez desde 2012, cuando una manifestación soberanista colapsó Barcelona durante la Diada.

Entonces, Artur Mas no dudó en capitalizar el éxito de la protesta. Dio un giro a su política para abrazarse a la «estelada» y convocó unas elecciones para obtener el «aval» de los ciudadanos a la convocatoria de una consulta soberanista, que jamás llegaría a celebrarse con el aval de la Ley. El Gobierno de Mariano Rajoy le dio la espalda y, a día de hoy, seis de cada diez ciudadanos apoya que el Estado debe mantenerse firme con las pretensiones de los independentistas. Dos años después de aquella manifestación, el presidente de la Generalitat no sólo no ha logrado dar un salto relevante en el apoyo social a la causa soberanista, sino que convertir el proceso hacia la independencia en monotema ha acabado por fatigar a la ciudadanía.

Apenas dos meses después de que el soberanismo movilizara a cerca de dos millones de personas, para el once de septiembre y la pseudoconsulta del 9 de noviembre, el apoyo a la independencia se desinfla. A la pregunta de si «¿cree que en 2015 las demandas independentistas en Cataluña se incrementarán o bajarán?», el 46 por ciento se decanta por la primera opción, frente a un 42,3 por ciento que sigue confiando en que el proceso ganará adeptos.

Los jóvenes y los jubilados son los más favorables a la causa independentista, mientras que la franja que va de los 30 a los 64 años es la más reticente. Desconfía de la aventura secesionista, más ahora cuando la unidad soberanista se tambalea y el pulso entre Mas y Junqueras da signos de que la apuesta por la independencia de CDC no era tanto por convicción como para ganar la próximas elecciones. Además, el 64 por ciento teme que una hipotética independencia perjudicaría la situación económica de Cataluña, versus un 16 por ciento.

Dentro del movimiento soberanista, hay voces ya que admiten que el independentismo se desmorona. Mas ya dio signos de que no le interesa tanto el viaje hacia Ítaca, la independencia en el imaginario catalán, como que CDC no se desplome –ahora que su fundador, Jordi Pujol, ha confesado que es un evasor fiscal–, en su conferencia del 25 de noviembre, donde propuso unas elecciones plebiscitarias con lista soberanista unitaria. ERC descarta esta lista unitaria. Alega que por separado CDC y ERC suman más votos. Y prefiere formar un gobierno de unidad tras las elecciones si la aritmética lo permite. Mas y Junqueras se han reunido hasta en tres ocasiones este mes de diciembre, pero no logran ponerse de acuerdo. Que no se entienden no es ningún secreto. Pero las diferencias entre uno y otro son cada vez más patentes.

El secretario adjunto de ERC, Lluís Salvadó, volvía a presionar a Mas para que convoque elecciones «antes del 27 de enero». Si no lo hace, «pasará a la historia como el presidente que descarriló el proceso hacia la independencia». El 59,7% cree que así será, está convencido de que no habrá avance electoral.