Caso Nóos

El asesor jurídico de la Casa Real «jamás» vio nada ilegal en la actividad de Nóos

El conde de Fontao sí advirtió en 2005 de que esa labor mercantil era «inadecuada para el marido de una Infanta». «Yo no controlaba, yo asesoraba», matiza, pero «no sobre cuestiones privadas»

El asesor jurídico de la Casa Real José Manuel Romero, conde de Fontao, a su llegada esta mañana a la Escuela Balear de la Administración Pública (EBAP), donde declara hoy como testigo ante el tribunal de la Audiencia de Palma que juzga el caso Nóos
El asesor jurídico de la Casa Real José Manuel Romero, conde de Fontao, a su llegada esta mañana a la Escuela Balear de la Administración Pública (EBAP), donde declara hoy como testigo ante el tribunal de la Audiencia de Palma que juzga el caso Nóoslarazon

El conde de Fontao sí advirtió en 2005 de que esa labor mercantil era «inadecuada para el marido de una Infanta». «Yo no controlaba, yo asesoraba», matiza, pero «no sobre cuestiones privadas»

El ex asesor jurídico de la Casa Real aseguró ayer en el juicio del “caso Nóos” que, cuando advirtió a Iñaki Urdangarín a finales de 2005 de que llevar a cabo actividades mercantiles era “inadecuado para el marido de una Infanta”, no apreció nada ilegal en el Instituto Nóos.

José Manuel Romero, conde de Fontao, explicó en su declaración como testigo que actuó únicamente “por una razón institucional”, ante la repercusión pública y política de los contratos de Nóos con el Gobierno balear. “No era propio de una asociación sin ánimo de lucro contratar con las administraciones públicas”, añadió. Pero dejó claro que “ni en ese momento ni con posterioridad jamás deduje que había una actividad ilícita, sino únicamente inadecuada para el marido de una infanta de España”.

De hecho, aseguró que la actividad que desarrollaba Udangarín le pareció “adecuada, lícita y muy provechosa”, pues sus únicos peros se referían a la estructura jurídica de la asociación.

“Yo no controlaba -dejó claro-, yo asesoraba y, fundamentalmente, sobre las cuestiones de Su Majestad El Rey y su esposa y respecto a cuestiones institucionales de la Casa Real, no privadas”.

Tras trasladar a Urdangarín esas indicaciones, y al ver que seguía en el Instituto Nóos, le conminó en marzo de 2006 a abandonar la asociación, como así hizo. Pero precisó que en ningún momento le ordenó que se apartara de su entonces socio, Diego Torres. “Yo no tenía ninguna duda sobre los trabajos que realizaba el señor Torres”, matizó al tribunal.