Bildu
El brazo político se tuerce
Desde 1998, las siglas abertzales han ido perdiendo fuerza. En 2012 crecieron aupadas por el «procés» catalán
El 12 de septiembre de 1998, el nacionalismo vasco de derechas e izquierdas, cuyos principales exponentes son PNV, EA y HB, suscribe un acuerdo en la localidad de Estella (Navarra). Pretendían iniciar un proceso basado en el diálogo y la negociación para que la banda terrorista ETA cesara su actividad criminal. Al acuerdo se adhiere también IU en el País Vasco. Sólo cuatro días más tarde, el 16 de septiembre, los terroristas anuncian una «tregua unilateral e indefinida». Con ello se inicia un periodo de alto el fuego que se prolongará más allá de las elecciones autonómicas a celebrar en octubre de ese año.
La ofensiva policial y judicial del Estado hace que Herri Bartasuna (HB), ante el temor de verse ilegalizada, cree en octubre de 1998 Euskal Herritarrok (EH), para poder concurrir a las elecciones autonómicas a celebrar el 25 de octubre bajo las nuevas siglas. En las elecciones autonómicas obtienen 224.000 votos, el 17,9% del voto válido y 14 escaños. La comunidad autónoma vasca celebra sus primeras elecciones con ETA en tregua.
En noviembre de 1999, al constatar que el PNV y EA exigían el fin de la banda sin compromiso de consulta soberanista, los terroristas anuncian que el 3 de diciembre pondrán fin a su tregua,
Las elecciones autonómicas de mayo de 2001 se celebraron nuevamente bajo la amenaza del terrorismo y la presión social de su brazo político, Euskal Herritarrok. La marca electoral de Herri Batasuna obtiene el peor resultado de su historia: pierde la mitad de sus escaños, pasando de 14 a 7. Tan sólo obtienen 143.000 votos y el 10,1% del voto válido.
En 2003, Batasuna es finalmente ilegalizada y en las elecciones autonómicas de 2005, tras fracasar con su intento de presentarse bajo otras siglas, pide el voto para el Partido Comunista de las Tierras Vascas. Obtiene 151.000 votos, el 12,4% del voto y 9 escaños.
Sus votos tan sólo se incrementan en 8.000 con respecto a los resultados de EH de cuatro años antes.
La banda criminal sigue operativa y los resultados electorales de su brazo político no son los esperados. El pueblo vasco no les secunda masivamente como pretenden. Los miles de vascos que han abandonado la comunidad autónoma por el acoso de los abertzales, ni tampoco las coacciones a los que deciden quedarse, consiguen amedrentar a la ciudadanía ni influir en su voto. A estas alturas, la organización terrorista ETA comienza a tomar conciencia de su inminente derrota política y militar.
Unos meses después de las elecciones, el 22 de marzo de 2006, el grupo terrorista anuncia su primer alto el fuego «permanente». La pretendida tregua caducó el 30 de diciembre de 2006, cuando atenta con explosivos en el aeropuerto de Barajas.
En las elecciones autonómicas de 2009, el PCTV fue puesto fuera de la Ley, así como todas las marcas sustitutivas de Batasuna: D3M y Askatasuna fueron ilegalizadas y no pudieron concurrir. El mundo batasuno pidió entonces el voto nulo. En el campo nacionalista abertzale sólo quedaron Aralar y EA, que se presentaron por separado.
Todas estas fuerzas se presentarían posteriormente bajo la marca Bildu en las elecciones locales de 2011 y como Amaiur en las elecciones generales del mismo año.
La contabilización del voto nulo atribuible a Batasuna fue de 94.984, que su hubiese sido validado hubiese representado el 10,9% del voto. Por lo que el fantasma de las elecciones de 2001 sobrevoló de nuevo a la izquierda abertzale, empeorando aún más el pésimo resultado de aquel año.
Con menos de 100.000 votos, el brazo político de la banda ETA sólo representaba a una minoría recalcitrante de vascos que se negaban a subir al tren de la historia.
Sin el respaldo social que tuvo en los años ochenta y noventa, el 5 de septiembre de 2010 el brazo armado anunciaba un nuevo alto el fuego, pero en éste asegura que no llevará acabo acciones armadas ofensivas.
El año siguiente, el 20 de octubre, anuncia su fin, con su cese unilateral de su actividad armada. En el comunicado no menciona los 829 asesinatos cometidos, ni anuncia un lugar, fecha y hora para entregar a la Guardia Civil sus arsenales de armas y explosivos, así como sus recursos financieros.
En las elecciones autonómicas de 2012, las primeras tras el cese definitivo de la actividad criminal de ETA, la normalización regresa a la comunidad autónoma vasca, pero comienza el voto abertzale a contaminarse del procés en Cataluña y alcanza 278.000 votos y el 24,7% del voto válido. También contribuyó al éxito electoral que EH Bildu concurriera en coalición con Aralar y EA, así como con Alternatiba.
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