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El hombre con una información que no tiene precio

Hervé Falciani / Ex informático de HSBC

Herve Falciani
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Herve Falciani no ha dejado indiferente a nadie. Para unos es una suerte de Robin Hood moderno, mientras que para otros no es más que un vulgar ladrón de datos. Entre 1997 y 2007, Falciani aprovechó su trabajo como informático en el banco suizo HSBC para recopilar en su ordenador información de 130.000 cuentas opacas que ocultaban, presuntamente, datos sobre un gigantesco fraude fiscal que implicaría a personajes tan conocidos como la esposa del mánager de Fórmula 1, Flavio Briatore, o el joyero Gianny Bulgari. Sus hallazgos, que transmitió en 2008 a la entonces ministra de Finanzas francesa y ahora directora general del FMI, Christine Lagarde, permitieron al fisco del país vecino identificar a unos 3.000 contribuyentes que evadieron impuestos. Otros países también tuvieron acceso a la información. De hecho, la lista incluye a 659 presuntos evasores españoles que habrían escamoteado a la hacienda pública más de 3.000 millones de euros.

Detenido en julio pasado en Barcelona, las autoridades suizas reclaman ahora su extradición por un delito de revelación de secretos porque consideran que Falciani es un delincuente que ha robado a HSBC datos personales, de cuentas y apuntes bancarios de sus clientes durante los últimos diez años. Muchos, sin embargo, le ven como una suerte de justiciero que ha permitido con su lista, por dudosos o ilegales que hayan sido los métodos que haya usado para conseguirla, que varios estados persigan a multimillonarios defraudadores que, de otra forma, hubieran escapado de las garras de ese mismo fisco que aumenta cada vez más la presión sobre las clases más humildes como consecuencia de la crisis mientras ellos aprovechan sus ingentes recursos para eludir sus obligaciones tributarias con intrincados laberintos de ingeniería financiera. ¿Héroe o villano?