El desafío independentista
El PDeCAT busca a la desesperada una lista única con ERC
Los republicanos no tienen ningún interés por sus buenas previsiones electorales y quieren a Junqueras de candidato
Los republicanos no tienen ningún interés por sus buenas previsiones electorales y quieren a Junqueras de candidato.
Hoy finaliza el plazo para presentar coaliciones a las próximas elecciones del 21 de diciembre. Sin embargo, este hecho no implica que las negociaciones para lograr una lista única sigan hasta el 17 de noviembre, fecha en la que los partidos tienen que formalizar sus candidaturas. Según fuentes conocedoras de la trastienda negociadora en el mundo independentista, hoy se puede formalizar una «candidatura blanca» para continuar las negociaciones hasta esta fecha para conseguir que el independentismo se presente bajo una única lista. Si estas negociaciones fracasan, el 17-N los partidos presentarán su propia candidatura y la «candidatura blanca» decaerá.
Esta «candidatura blanca» permitirá «seguir presionando a ERC». Puede presentarla el PDeCAT, aunque también se valora su propuesta desde la CUP, que no decidirá si se presenta a las elecciones hasta el próximo domingo 12 de noviembre.
Los republicanos no tienen ningún interés en una lista única. Sus previsiones electorales son buenas y no quieren rémoras, por lo que están poniendo todo tipo de excusas para evitarla. Ayer, su portavoz, Sergi Sabrià, dijo que «nuestra voluntad es que el vicepresidente Oriol Junqueras encabece la lista del 21-D», lo que es una muestra inequívoca de la voluntad de los republicanos de acudir a la cita electoral con una lista propia, encabezada por su presidente. Es más, el portavoz de ERC puso ayer como condición para la lista única que «también incluya a la CUP», todo un oxímoron para el PDeCAT, que no aceptaría esta candidatura conjunta, máxime cuando ERC exige un control casi absoluto en su elaboración.
Un dirigente republicano preguntado por lista única fue taxativo en su respuesta: «Si podemos, no la habrá» porque «las condiciones que llevaron a la formación de Junts pel Sí ahora no existen». Además, en el mundo republicano «nos debemos a Oriol Junqueras, que así se manifestó en un artículo publicado en el –diario– ARA». Fuentes oficiales de ERC no sueltan prenda acerca de los pasos que están dando el partido, pero fuentes bien informadas afirman que ERC aboga por listas diferenciadas unidas bajo el paraguas de un punto común en el programa de todas las listas independentistas. Este paraguas se concretaría en pedir la derogación del artículo 155 de la Constitución, exigir la amnistía de los «presos políticos» y en seguir trabajando por la independencia. Los dos primeros puntos podrían ser aceptados por Catalunya en Comú, el partido de Colau, y sobre el tercero se estaría trabajando en su formulación.
ERC, de momento, se resiste a los cantos de sirena de una lista única porque no está dispuesta a renunciar al liderazgo independentista que le otorgan en este momento todas las encuestas. Lo hizo en 2015 accediendo a Junts pel Sí, y no están dispuestos a repetir experiencia. En esta línea se entiende que el pasado sábado desatendieran la petición de lista única de Carles Puigdemont desde Bruselas, que hayan dado la callada por respuesta a la petición del ex presidente de encabezar esta lista única, que exijan una negociación de listas que les otorgue el 70% de los puestos y que quieran incluir a CUP y PDeCAT bajo el mismo techo.
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