Valencia
Errejón teme una «dimisión en directo» de Iglesias si pierde
El programa estuvo bloqueado hasta anoche por las discrepancias sobre el discurso final
El programa estuvo bloqueado hasta anoche por las discrepancias sobre el discurso final
El equipo técnico encargado de la organización de la Asamblea Ciudadana de Vistalegre II mantuvo bloqueado el programa del congreso de Podemos hasta última hora de la tarde de ayer, incapaz de llegar a un acuerdo sobre el orden de las intervenciones de los dirigentes del partido. El principal escollo de la negociación fue la cuestión de si Pablo Iglesias debía pronunciar su discurso principal el domingo, cuando ya se conocieran los resultados de la consulta a los inscritos de Podemos. Finalmente así será, pero el sector errejonista del equipo técnico quiso evitar a toda costa que esto sucediera para que –si se produce la victoria en las urnas del equipo de Errejón– el actual secretario general no pueda aprovechar su intervención en el emblemático espacio de Vistalegre para anunciar a las masas que abandona todos sus cargos y escenifique el traspaso de poderes al que hasta ahora ha sido su número dos. Una «dimisión en directo» de este tenor supondría un punto de no retorno que dejaría a Podemos en el dique seco: por un lado Iglesias renuncia al liderazgo y, por otro, Errejón se niega a asumirlo. De esta manera, Vistalegre II podría convertirse no en el punto y final de la crisis interna de la formación morada sino en un nuevo punto de partida que podría herir de muerte a este proyecto político. Al filo del cierre de esta edición se confirmó que el sector pablista había ganado el pulso y será Iglesias quien clausure Vistalegre el domingo a las 14:30.
Durante el día de ayer, Iglesias volvió a poner encima de la mesa mediática su órdago personal a las bases. «Si uno queda en minoría es evidente que no puede liderar el partido», dijo. Y no se quedó ahí, pues el secretario general de Podemos aseguró en una entrevista en Telecinco que, si la lista al Consejo Ciudadano del equipo de Íñigo Errejón es la más votada, no sólo se negará a asumir el liderazgo del partido, sino que incluso abandonará el escaño que ahora ocupa en el Congreso de los Diputados. «Yo creo que voy a ganar, pero en política uno no se tiene que agarrar al sillón». A la hora de argumentar su decisión, el líder de Podemos puso un ejemplo elocuente: «Ya lo vimos en el PSOE, con un secretario general en minoría».
Por su parte, Errejón no fue tajante a la hora de disipar el fantasma de la escisión de Podemos: «Podemos no se va a romper, pero en los últimos días hemos subido demasiado el volumen (...) y el partido puede salir tocado». Sin embargo, en la filas errejonistas reina un cauto optimismo después del tácito apoyo a sus tesis recibido por parte de dos referentes de Podemos como son Carlos Fernández Liria y Luis Alegre. Estos dos profesores de filosofía, a los que se suponía más cercanos a Iglesias que a Errejón, han puesto en negro sobre blanco con dos artículos una corriente de pensamiento que lleva ya tiempo creciendo en Podemos y que viene a culpar al equipo más cercano de colaboradores de Iglesias de llevar a cabo una lucha sin cuartel contra el errejonismo que lesionará de por vida su pluralidad.
Errejón Vs. Iglesias
►«Chantaje»
El número dos de Podemos ha echado en cara al secretario general que su amenaza de dimitir si pierde la votación al Consejo Ciudadano es un «chantaje» a las bases del partido.
►«Cortina de humo»
La táctica de centrar el debate en la posible candidatura de Errejón a la alcaldía de Madrid es una «cortina de humo».
►«Toque de corneta»
El secretario político ha ironizado habitualmente sobre el concepto de «unidad a toque de corneta» del líder.
Iglesias Vs. Errejón
►«Ambición desmesurada»
Desde las filas pablistas se ha acusado a Errejón y los suyos de tener una «ambición desmesurada». «Lo que quiere es mandar», dijo sin matices Monedero.
►«Así no, Íñigo»
El máximo punto de tensión se vivió el día de Nochebuena con una campaña en redes contra Errejón por parte del pablismo.
►«Tarta a repartir»
Según Iglesias y su entorno, los errejonistas quieren «dividir como una tarta» Podemos y repartirla entre las distintas corrientes.
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