Cataluña
Éste es el discurso del general de la Guardia Civil que la Generalitat califica de vergüenza
“No escatimaremos esfuerzos para garantizar el libre ejercicio de los derechos y libertades”.“Ante el inicio de lo que puede ser un nuevo terrorismo no cabe la ambigüedad”
“No escatimaremos esfuerzos para garantizar el libre ejercicio de los derechos y libertades”.“Ante el inicio de lo que puede ser un nuevo terrorismo no cabe la ambigüedad”
La Generalitat de Cataluña ha calificado de “vergüenza” la intervención del general jefe de la Zona de Cataluña de la Guardia Civil, Pedro Garrido. Representantes de la Consejería de Interior y de los Mossos no asistieron al vino de honor por unas supuestas referencias del mando militar a miembros de la Policía autonómica procesados. Ahora, resulta que detrás de dicho discurso estaba poco menos que la invitación a votar al PSOE. Lo que subyace en todas estas críticas, según observadores consultados por LA RAZÓN, es la impecable labor investigadora, a las órdenes de la Justicia, que ha llevado a cabo la Benemérita tras la intentona golpista, hechos que están a punto de ser sentenciados por el Tribunal Supremo.
LA RAZÓN ofrece a sus lectores los párrafos más destacados del discurso del general Garrido, pronunciado en español y catalán, para que puedan conocer su contenido y evaluar la pertinencia o no de las críticas que ha recibido.
“A nadie pasa desapercibido que han sido las intervenciones realizadas en defensa del orden constitucional, en el más estricto y literal sentido de las palabras, las que más nos han otorgado el respeto y simpatía de los ciudadanos convencidos de que la ley es el soporte básico del Estado de derecho, al mismo tiempo que nos ha supuesto recibir el reproche, a través de quienes los representan, de quienes conciben la ley como una herramienta sometida a la decisión previa de desobedecerla, lo que nos confirma la certeza de estar obrando en el buen camino para enfrentarnos a quienes pretenden burlar la Constitución para atentar contra la integridad territorial de España” (en catalán. “A los primeros, no puedo más que agradecerles de todo corazón las sedes permanentes muestras de apoyo y afecto; los segundos les debo decir, en nombre de todos los guardias civiles de la Zona de Cataluña, y me atrevo a decir también que de sus familias, que todos sus intentos de querer hacernos sentir despreciados, todos sus intentos de querer hacernos sentir extraños en nuestra tierra de nacimiento o adopción y todos sus intentos por hacernos sentir amenazados o acobardados, no sólo han sido inútiles, sino que nos enorgullece ver como nuestra labor responden con patéticas muestras de impotencia y resentimiento. En todo caso, tanto unos como otros pueden tener la total convicción de que no escatimaremos esfuerzos para garantizar el libre ejercicio de los derechos y libertades de todos ellos, cualquiera que sea su forma de pensar o expresar el pensamiento, siempre que las acciones que se deriven se mantengan dentro del marco que delimita la legislación y la normativa vigente”.
“Muestra de ello, y motivo de felicitación a los guardias civiles que lo han hecho posible, ha sido el malograr, recientemente, los planes de unos radicales independentistas a los que se les han intervenido sustancias con las que preparar explosivos caseros, así como productos incendiarios preparados para su presunto uso terrorista. Esta brillante actuación nos enfrenta a todos a la realidad de que las pretendidas sonrisas revolucionarias se convierten, con más facilidad de la que cabe pensar o desear, en tan solo el rictus que disimula el odio y la mezquindad capaz de generar destrucción, dolor y sufrimiento bajo la justificación de la defensa de una causa que la ley no contempla ”(en catalán) . “Ante lo que es el inicio de una irresponsable aventura hacia el miedo y la amargura no cabe la ambigüedad, la equidistancia, ni la más mínima duda a su rechazo. de la igual que ser independentista no es lo mismo que ser catalán, independentismo y terrorismo tampoco son lo mismo, pero los que queriendo recorrer el camino de la independencia, elijan seguir, de una u otra manera, la senda del terror, deben saber que los combatiremos sin tregua, ni pena, porque todos ellos finalicen su recorrido a disposición de la Justicia y pendientes de la resolución que los tribunales adopten respecto de sus actos”.
“En estos días, precisamente, estamos atentos a la puesta en conocimiento público de la denominada “sentencia del proces” a la que, en cierto modo, ha contribuido la Guardia Civil investigando, bajo la dirección de Jueces, Tribunales y del Ministerio Fiscal, actuaciones criminales supuestamente cometidas por personas relevantes de las Instituciones autonómicas para llevar adelante un proyecto secesionista para Cataluña. Al margen de cual pueda ser, finalmente, el resultado de esa sentencia que emita el Tribunal Supremo o las que en un futuro puedan emitir otros Tribunales sobre otros hechos relacionados, lo que nos importa a los guardias civiles es que, a la cimentación de esa resolución, hemos contribuido con un trabajo de investigación objetivo, riguroso y exhaustivo. Ninguno de nosotros debe sentirse concernido por el resultado concreto, que a unos parecerá excesivo y a otros exiguo, ni debemos esperar más de esa sentencia que el fin que estrictamente tiene de impartir Justicia, es decir, establecer los hechos probados y las responsabilidades de los que los ejecutaron de acuerdo con la ley penal y procesal vigentes. Ni la venganza, ni la adecuación a la demanda social, ni la resolución negociada de controversias son expectativas o condicionantes de las sentencias judiciales (en catalán). Así pues, nos mantenemos firmes en nuestro compromiso con España de trabajar por la libertad y la seguridad de todos los ciudadanos. Lo demostramos hace dos años, lo hemos hecho de nuevo recientemente y, cada vez que sea necesario, lo volveremos a hacer porque tenemos la plena convicción de que la sociedad a la que servimos entiende, y cree, que no hay libertad ni seguridad fuera del marco de la ley.”
“Esta tarea la estamos haciendo, codo con codo, con la Policía Nacional, los Mossos d’Esquadra y las Policías Locales, en el entendimiento de que operamos en un modelo policial compartido - que no quiere decir compartimentado - en el que cada cual debe aportar sus capacidades operativas para responder, en cada ámbito de manera integral con las capacidades funcionales propias y con respeto a las funciones ajenas; en definitiva, para ser, entre todos, la indiscutible policía integral de Cataluña que responda a los retos de seguridad de una manera eficaz y eficiente en beneficio de todos los ciudadanos. Este enfoque nos obliga a acometer la colaboración y la cooperación policial con una perspectiva mucho más proactiva; capaz de buscar espacios de acción conjunta y superar la simple coordinación de actuaciones concurrentes en un mismo espacio. Avanzar en esta línea de trabajo nos hará más efectivos en el más amplio desempeño de las respectivas funciones y competencias, amén de afianzar y consolidar la necesaria lealtad mutua entre las distintas Instituciones policiales”.
“De la misma manera, nuestro modelo de seguridad, nos lleva a la necesaria interacción - más allá del concepto de cooperación o colaboración –con todo tipo de entidades y organismos oficiales, públicos o privados”. “Quiero poner ahora la vista en el futuro, pues los retos más inmediatos que se nos plantean en la lucha contra el terrorismo de todo tipo, el crimen organizado o la evolución del ejercicio de todas las competencias y funciones policiales que desempeñamos en Cataluña, son notorios y a todos ellos deberemos darles respuesta. Pero al mismo tiempo, bajo ningún concepto, debemos olvidar cual es nuestra razón de ser y existir. Por ello, la plena confianza y total satisfacción del ciudadano por el servicio que recibe de nosotros debe ser nuestro permanente objetivo. No es un propósito fácil, máxime cuando nuestra función más visible es la coerción y el ejercicio del monopolio de la fuerza en nombre del Estado; sin embargo, si nos mantenemos en la línea de conducta que venimos ejerciendo desde hace mucho tiempo de cuidar con exquisitez el trato al ciudadano, implicarnos en la resolución de su problema, por nimio o grande que sea, huir de subjetividades ideológicas y dar una respuesta de alto nivel profesional, podremos alcanzar la meta que nos fijamos”.
“En este punto, y empieza a ser un clásico de mis intervenciones, tengo que volver a recordar que ya hace tiempo se apreciaron las dificultades a que se enfrentan en su vida diaria, en Cataluña, los guardias civiles y sus familias. Pero no basta con conocer las dificultades, es necesario abordar las medidas que las mitiguen, o de lo contrario, será cuestión de tiempo el que la Guardia Civil rebaje la calidad de prestación de sus servicios a los niveles de mero y debido cumplimiento, sin aportar el valor añadido que otorga la mayor permanencia del personal en un destino o puesto de trabajo. Es pues, urgente, el empezar a notar el apoyo Institucional ante situaciones en que se ven afectadas nuestras familias por el mero hecho de serlo de un Guardia Civil, para adecuar la asignación de efectivos a las crecientes necesidades y para que el tiempo de permanencia en los destinos de la Zona de Cataluña constituya, en sí mismo, un reconocimiento a la labor que realiza la Guardia Civil en este territorio”.
“Este año, cuando suene el toque de oración, les pido dedicar un recuerdo expreso a los 3 guardias civiles y 7 familiares, 5 de ellos niños, asesinados en el ataque terrorista que sufrimos en el Cuartel de Vic el 29 de mayo de 1991 y que ese recuerdo sirva para aplacar el dolor de sus deudos, a los que, año tras año, quienes obvian el reconocimiento a las víctimas no han tenido en cuenta, como la tienen y lamentan en otros casos, que estas personas ya no pueden visitar a su parejas, padres o hijos, aunque sea lejos; no pueden esperar su presencia en los que han sido los acontecimientos de su vida y, no pueden disfrutar de como crecen y se desarrollan sus cinco hijos, nietos o sobrinos porque ellos, los fallecidos, nunca más podrán salir de donde, hace 28 años, los recluyó el odio y la sinrazón de sus asesinos, de quienes apoyaron a estos, de quienes se aprovecharon de sus actos criminales y de los que evitaron pronunciarse en ningún sentido”.
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