Cataluña

Felipe VI refuerza su agenda en Cataluña

Viajará a Gerona y Tarragona en junio en un clima marcado por los desplantes del nuevo Govern

Felipe VI, en una imagen de la entrega de despachos en Barcelona, en agosto del pasado año
Felipe VI, en una imagen de la entrega de despachos en Barcelona, en agosto del pasado añolarazon

Viajará a Gerona y Tarragona en junio en un clima marcado por los desplantes del nuevo Govern.

Tanto por parte del Ejecutivo como de la Casa Real se mantenía la esperanza de que el desbloqueo político revertiera la situación en Cataluña hacia la «normalidad», como dijera Mariano Rajoy, pero dadas las declaraciones del nuevo presidente de la Generalitat de construir la «república catalana», las instituciones se enfrentan de nuevo al vodevil interminable. Felipe VI regresa a Cataluña con Quim Torra al frente, quien, ya en su discurso de investidura, decidió decirle al Jefe del Estado cómo debía actuar: «Majestad, así no», le reprochó al Monarca su gestión ante la crisis catalana. A lo que hay que añadir el desplante fallido al Rey del presidente del Parlamento catalán, Roger Torrent, declinando acudir a Zarzuela –sin invitación mediante– para comunicarle el nombramiento del nuevo candidato, cuando la ley posibilita dicha notificación por escrito.

En esta situación, Don Felipe presidirá dos actos en junio: los premios Princesa de Girona y la inauguración de los Juegos Mediterráneos de Tarragona. La Corona recupera así su presencia en la comunidad tras un período de absoluta inestabilidad política con dos actos muy relevantes, programados desde antes del nombramiento de Torra y, en el caso de los Premios Princesa de Girona, celebrados cada año independientemente del calendario político. Dicha vuelta no será fácil para el Monarca, ya que «cortará el lazo» en Gerona, provincia que recientemente provocó la polémica al declararle su ayuntamiento «persona non grata». Desde el consistorio se ha alegado «estar en obras» para no ceder el espacio a la celebración de los premios y, según es tradición desde el comienzo del «procés», no está previsto que el presidente de la Generalitat reserve su agenda para acompañar a los Reyes durante el acto.

Será el primer discurso de Don Felipe en Cataluña con el nuevo presidente investido, después del Mobile Congress y la entrega de despachos a la nueva promoción de jueces. En el acto empresarial, delante de Roger Torrent, apeló a la cooperación institucional en un discurso rebajado de tono: España se jugaba mucho econónomicamente como para propiciar una imagen exterior de inestabilidad. Rebajado de tono en comparación con sus palabras en el mensaje a la Nación tras el 1-O: «Las autoridades catalanas han demostrado una deslealtad inadmisible», o en los premios Princesa de Asturias: «España hará frente al inaceptable intento de secesión».

Tras la actuación de la Justicia frente a los políticos soberanistas que tomaron las leyes por su mano y la intervención del Ejecutivo, Don Felipe es consciente de que la herida en Cataluña es muy difícil de curar si no cuenta con el respaldo internacional, principalmente, de la Unión Europea. Sobre todo si se tiene en cuenta que el nuevo gobierno catalán no parece que destacará por sus principios constitucionalistas. No en vano en la entrega en Yuste del premio Carlos V el pasado 9 de mayo al presidente del Parlamento europeo, Antonio Tajani, manifestó que el proyecto europeo afronta «la necesidad de superar el repliegue» hacia «concepciones excluyentes e insolidarias de la convivencia».

En Tarragona, el panorama pinta inicialmente diferente. Pese a que también ha sido escenario de quema de fotos del Monarca, la región es constitucionalista: el alcalde es el socialista José Félix Ballesteros y, tras los comicios del 21-D, Cs consiguió ser primera fuerza con casi el 35% de los votos. En 2015, Felipe VI constituyó oficialmente el Comité de Honor de los Juegos Mediterráneos Tarragona 2017, y expresó su ilusión en «la generación de puestos de trabajo». Tras las pérdidas sufridas por el «éxodo» de las empresas a causa del órdago independentista, las instituciones trabajarán en recuperar el equilibrio económico.