Kabul

General de brigada Carlos Aparicio Azcárraga: «Afganistán tiene un futuro esperanzador con puntos de riesgo»

Responsable de comunicación del mando conjunto de Isaf

General de brigada Carlos Aparicio Azcárraga: «Afganistán tiene un futuro esperanzador con puntos de riesgo»
General de brigada Carlos Aparicio Azcárraga: «Afganistán tiene un futuro esperanzador con puntos de riesgo»larazon

El general de brigada Carlos Aparicio es, quizá, uno de los militares más conectados con todos los actores del inmenso teatro de operaciones que es Afganistán.

El general de brigada Carlos Aparicio es, quizá, uno de los militares más conectados con todos los actores del inmenso teatro de operaciones que es Afganistán. Es el responsable del área de Comunicación del Mando Conjunto (IJC, por sus siglas en inglés) de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) con sede en Kabul y, además, es el militar español de mayor rango en el país asiático. Desde enero es el encargado de la información «en sentido militar», una tarea que le lleva a estar en permanente contacto no sólo con las autoridades de la capital, sino con las de las diferentes regiones. Gracias a ello puede dar fe de los avances de un país que todavía tiene muchas carencias y en el que, sin embargo, confía.

–¿Cómo ve la situación actual de Afganistán? ¿Se ha avanzado en algo?

–El desarrollo de Afganistán no es homogéneo. Hay sitios donde se ha progresado más y otros en los que menos. Como ejemplo, el caso español: la provincia de Badghis ha progresado relativamente poco porque hay una fortísima carencia de comunicaciones, lo que hace que el esfuerzo de desarrollo no llegue como desearíamos. Pero no significa que no se haya hecho el esfuerzo, y la prueba es que, mientras la provincia no ha subido tanto como esperábamos, la capital, Qala i Naw, es una de las que más han subido. Las condiciones del país han hecho que haya estas diferencias. Aquí lo que ha mejorado mucho es Kabul en absolutamente todo. Que ese desarrollo se propague al resto del país llevará su tiempo.

–¿Hay futuro para el país?

–Sí. Tiene un futuro esperanzador con muchísimos puntos de riesgo. Decir que ese futuro no tiene riesgo sería un optimismo excesivo. Los puntos de riesgo son los señores de la guerra, falta de cohesión racial, corrupción, excesiva influencia de los clanes y los poderosos... Pero ahora, por ejemplo, el país tiene una juventud mucho más formada que hace 10 años, la preparación de los funcionarios en los ministerios sorprendería a muchos y tienen aspiraciones y conocimientos del futuro que pretenden.

–Esa juventud, ¿puede contaminarse una vez la Fuerza se vaya?

–Sí. Hay un riesgo evidente de que se contamine. No pretendo decir que este país sea equivalente a Alemania en cuanto se vaya la Fuerza. Creo que lo que se debe entender es que este país, con un poco más de esfuerzo especialmente por parte de los afganos, puede ser un país coherente con los países de su entorno, como Pakistán o Uzbekistán. Vamos a ver un país del tercer mundo con malas comunicaciones, niveles de enfermedad superiores a los de Europa... pero con sistema público de Sanidad, Fuerzas de Seguridad consistentes y formadas, un Gobierno con los mínimos para hacerse respetar... Si no se desmorona, podría relacionarse con la comunidad internacional como un miembro más.

–¿Cómo se valora la aportación española?

–Hay que valorarla de una manera general como un aliado fiable más de la alianza. Ha hecho lo que se esperaba que hiciera y, por tanto, ha demostrado a Afganistán que es un aliado fiable. Sería ilógico que se esperara mucho más o mucho menos de lo que ha aportado España.

–¿Se va España con el deber cumplido?

–España no se va. Va a hacer lo que va a hacer la OTAN, es decir, va a terminar el mandato de ISAF y va a participar en la nueva misión, que se llama «Resolute Support» (Apoyo Resuelto) y que empieza en enero de 2015. España reduce sustancialmente su presencia, pero no se va. Y esta reducción de su presencia, fundamentalmente de las capacidades de combate, la hace después de una misión de la que puede irse muy satisfecha. Ha hecho un enorme sacrificio con un número importante de bajas.