En manos de Junts
El Gobierno asume que hasta que no haya amnistía no habrá Presupuestos
Moncloa prevé otra negociación hasta el último minuto, por la escenificación de Junts, aunque el acuerdo está muy cerca
El Gobierno se prepara, de nuevo, para una agónica negociación con Junts, aunque con el convencimiento de que, en esta ocasión, la ley de amnistía saldrá adelante el próximo mes de marzo. Este periódico ya informó de que el acuerdo está muy cerca, pero aun así, fuentes gubernamentales creen que el partido de Carles Puigdemont les hará sudar hasta el final. “Van a presionar hasta el final para que el texto se acerque a lo que ellos piden”, reflexiona una fuente al más alto nivel en Moncloa.
El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, así lo reivindicó ayer en una charla informal con periodistas en su viaje a Marruecos, informa Efe. El líder del Ejecutivo defendió que la ley se aprobará “con todas las garantías jurídicas”, en referencia al cuestionamiento sobre si cederá a la pretensión del partido independentista de amnistiar el terrorismo. Algo que fuentes de Moncloa niegan taxativamente.
El Ejecutivo trabaja a la vez la negociación de los Presupuestos Generales del Estado con todos los grupos parlamentarios, pero, sin embargo, ya asumen que las Cuentas Públicas no serán aprobadas hasta que no esté aprobada la ley de amnistía. “Nunca han condicionado (Junts) los Presupuestos a la amnistía”, resumen en el Gobierno, donde enfatizan que se trata de dos negociaciones distintas y con interlocutores distintos. Es decir, los negociadores de Junts para la amnistía, no son los mismos que están dialogando con el Gobierno los Presupuestos. En el Gobierno aseguran que, de momento, no los diputados de Junts no les han trasladado que vayan a tumbar los Presupuestos en el caso de que finalmente no saliese adelante la legislatura, aunque sí se valora ese escenario, la posibilidad de que si Junts pueda decir “no” a las Cuentas Públicas, en el caso de que lleven al último extremo sus reivindicaciones en la ley de amnistía. El termómetro para medir la negociación del PSOE con el partido de Carles Puigdemont en estos momentos es clave. El silencio es total tanto en Moncloa como en el partido socialista. Ni presión en público, ni en privado es la que se traslada, con el objetivo de preservar las negociaciones que se están manteniendo.
En Moncloa hay, aun así, algunas actitudes que no gustan en Moncloa, como el hecho de que el Parlament vaya a tramitar una iniciativa de la CUP, con el apoyo de Junts y la abstención de ERC, para declarar la independencia en medio de la negociación en Madrid de la ley de la amnistía. Ante esto, en el Ejecutivo minimizan estos gestos con el fin de llegar a un acuerdo. «Se han visto muchas veces que hay posiciones maximalistas que luego nunca llegan a nada», zanjan. De hecho, el presidente del Gobierno defendió que la iniciativa del Parlament, que contó con la abstención de ERC, no tiene importancia porque se trata de un partido “extraparlamentario”.
Aun así, en el Gobierno sí hay una sensación de hartazgo con el modus operandi del partido de Puigdemont. El debate de la amnistía se está alargando demasiado en opinión del Gobierno y, aunque, ellos continúan apostando por aprobar la ley, ya trasladan el mensaje de que el problema –de no aprobarse– no será para ellos. «Nosotros no tenemos ningún beneficiado de la ley de amnistía», resuelven fuentes gubernamentales al más alto nivel. Así, en Moncloa trasladan toda la presión sobre Junts. «Ellos verán... si los que se van a beneficiar no la apoyan», reflexionan. En el caso de que no saliese adelante, –escenario que no se contempla en Moncloa– en el Ejecutivo aseguran que seguirán con su hoja de ruta y que no supondrá el final de la legislatura, ante la posibilidad de que el partido de Puigdemont retire su apoyo al Gobierno en el Congreso de los Diputados. «Nosotros vamos a seguir gobernando con o sin amnistía», resuelven las mismas fuentes
✕
Accede a tu cuenta para comentar