La investidura de Sánchez

Guía para seguir 80 horas de alta tensión

La presidenta del Congreso se estrena ante el reto de embridar un debate en el que el fuego cruzado entre los partidos podría descontrolar la investidura de Sánchez.

Guía para seguir 80 horas de alta tensión
Guía para seguir 80 horas de alta tensiónlarazon

La presidenta del Congreso se estrena ante el reto de embridar un debate en el que el fuego cruzado entre los partidos podría descontrolar la investidura de Sánchez.

A las 12:00 del mediodía de hoy, lunes, dará comienzo en el Congreso de los Diputados un debate de investidura en el que las incertidumbres son, en estos momentos, mayores que las certezas. Pese a todo, los engranajes de la maquinaria institucional del Estado se pondrán en funcionamiento y, tras arrastrar al aparato mediático de la nación, los esfuerzos por alcanzar un consenso realizados por nuestros políticos coparán la atención de la opinión publica durante la semana que hoy comienza, la última del curso político.

Será Meritxell Batet, que hará frente a su primer gran reto como presidenta del Congreso, quien dé comienzo al debate de investidura con la preceptiva lectura de la propuesta del Rey, el primer paso de un proceso regulado por el artículo 99 de la Constitución y por el 170, 171 y 172 del Reglamento del Congreso. A continuación, pasadas las 12:00 del mediodía, Batet llamará al estrado al candidato Pedro Sánchez, que expondrá sin límite de tiempo su programa de gobierno. Lo más probable que es que el presidente en funciones se alargue hasta la pausa para comer por lo que el debate se reanudará a las 16:00. En este momento será cuando Batet tenga que sacar a relucir sus dotes para dirigir el debate, pues será la encargada de moderar la sesión y de que las intervenciones se ajusten a los minutos pactados, que en los casos de los líderes de los grupos de la oposición se han precisado en 30 minutos para la intervención inicial, diez para la réplica y cinco para la contrarréplica. El candidato no tiene límite de tiempo.

Este es el orden en el que hablarán los partidos de la oposición: Pablo Casado (PP, 66 diputados), Albert Rivera (Cs, 57), Pablo Iglesias (Unidas Podemos, 42), Santiago Abascal (Vox, 24), Gabriel Rufián (ERC, 15 escaños que se quedan en 14 por la suspensión de Oriol Junqueras), Aitor Esteban (PNV, 6) y los representantes del Mixto. La portavoz del PSOE, Adriana Lastra, será la última por encabezar la bancada del partido del candidato. Todos tendrán que cuadrar sus discursos en los tiempos fijados, aunque es previsible que Iglesias lo reparta con los otros portavoces de su confluencia parlamentaria: Jaume Asens, de En Comú Podem, y Yolanda Díaz, de Galicia En Común. Estas apreturas de tiempo son acuciantes en el Mixto, pues tomarán la palabra JxCat, Bildu, Navarra Suma, Coalición Canaria, Compromís y PRC. La fragmentación llevará a algunos a desarrollar sus ideas en apenas seis minutos. Sánchez puede pedir la palabra cuando quiera y replicar uno a uno o en bloques; lo habitual es lo primero.

Precisamente de este factor dependerá la longitud total del debate que se prolongó bastante durante la tarde noche de otras investiduras. Para evitar este problema en el debate que empieza hoy se ha estipulado que no se iniciará ninguna intervención después de las 20:30. La jornada del martes arrancará a las 9:00 horas para que continúen los discursos. En cuanto concluyan, la presidenta activará el procedimiento de la votación. Este es un momento especialmente importante ya que la Constitución dicta que tienen que pasar necesariamente 48 horas entre ambas votaciones por lo que solo cuando se sepa cuándo ha comenzado la primera del martes –que presumiblemente fracasará– se sabrá a qué hora comenzará el jueves la segunda votación en la que solo es necesaria la mayoría simple, la única que tiene alguna probabilidad de prosperar. En anteriores ediciones las votaciones se han retrasado hasta incluso después de las 20 horas, como sucedió con la fallida de Mariano Rajoy en septiembre de 2016. Todo parece indicar que en esta ocasión ocurrirá algo parecido.

El procedimiento que se seguirá en ambas votaciones será el siguiente: terminado el debate, se meterán en un saco 326 bolas numeradas, acorde con los nombres de los diputados. Los nueves miembros de la Mesa y los quince integrantes del Gobierno no están en ese saco. Un secretario de la propia Mesa extraerá una bola, y el diputado a quien corresponda el número será el primero en votar. El voto, en una debate de investidura, es un «sí», un «no» o una abstención que tendrá que decir el diputado a «viva voz» cuando oiga su nombre. Es una votación por «llamamiento». Así se irán pronunciado todos hasta llegar al parlamentario con el que comenzó la rueda. Quedan para el final los miembros del Gobierno, los de la Mesa, y como colofón, la propia Batet.