Entrevista
Isabel Díaz Ayuso: «La calle tiene que demostrar a Sánchez que esto no le va a salir gratis»
Afirma que la situación política exige que los ciudadanos protesten «hasta que Europa sepa lo que pasa». «ETA y los actuales negociadores tienen el mismo fin: romper España», avisa
Hablamos en un pequeño cuarto de unas dependencias anexas al Ayuntamiento de la localidad madrileña de Villamanta. Ha querido revisar las labores de reconstrucción de los daños de la última DANA y no esquiva la conversación ni con la cuadrilla de mujeres que han echado la mañana esperándola en la plaza del pueblo ni tampoco con los trabajadores que están ocupados en recuperar la zona destrozada por el agua. Hablamos de la amnistía, de las protestas cívicas, del liderazgo de Alberto Núñez Feijóo y de su futuro político.
¿Qué balance hace de la fallida investidura de Feijóo?
El debate ha sido fundamental para todos aquellos que no quieren que el futurible proyecto de Pedro Sánchez siga haciendo tanto daño a España. Su Gobierno está acostumbrado a maniobrar a espaldas de todos de manera oculta, retorciendo reglamentos, rozando todos los límites. Aquí no ha podido: con luz y taquígrafos ha bajado la cabeza ante el ganador de las elecciones generales, Alberto Núñez Feijóo.
¿Le ha venido bien para reforzar su liderazgo?
Ha venido bien para recordar que la España de ciudadanos libres e iguales ante la ley y las oportunidades está viva, con mayoría absoluta en el Senado, gobernando en la mayoría de las comunidades autónomas, diputaciones y ayuntamientos. Ahora, todos somos más conscientes aún de la fuerza que lidera Feijóo. Por tanto, sí a su pregunta.
«La palabra de Sánchez cuando niega el referéndum no vale nada, ya le conocemos todos»
¿Hasta dónde debe llegar la movilización en la calle contra la amnistía?
Mínimo, hasta que sean escuchados todos los españoles que están en contra. Hasta que las instituciones europeas, la prensa internacional, todos, sepan lo que está pasando en España.
¿Y eso qué quiere decir? ¿Está llamando a abrir una etapa de movilización constante en la calle?
Los españoles (ciudadanos, jueces, fiscales, asociaciones, etc.) que están en contra de que se borren los delitos cometidos por Puigdemont, y tantos independentistas, para que Sánchez siga en el poder deben hablar y ser escuchados. En artículos, en entrevistas, en coloquios o en manifestaciones. Donde sea posible. Hay una ofensiva para silenciar a los críticos bajo la amenaza de acusarles de golpistas, de fachas, cuando se trata de defender la dignidad y la igualdad, de nuestro Estado de derecho, y esto no distingue entre derecha e izquierda o entre bandos.
¿Pero usted cree que la calle puede llegar a frenar a un Gobierno de Sánchez sostenido en Puigdemont?
Desde luego, tienen que saber que esto no va a salirles gratis.
¿Las movilizaciones debe liderarlas Feijóo?
Feijóo no busca protagonismo, sino aciertos. Y defender la igualdad y la estabilidad constitucional. España se enfrenta a su mayor desafío en democracia, y los protagonistas en las movilizaciones deben ser los españoles, que es a quien hay que dar voz. Nosotros solo tenemos que acompañarles.
«Quien preside Madrid es una voz nacional. No voy a hablar del terruño, como hacen otros»
¿Está con los que dentro de su partido creen que no debe repetirse una nueva foto de Colón? O dicho de otra manera, que deben huir de compartir pancarta con Vox.
Se debe ir de la mano de todos.
Entonces, ¿no ve problema a que Feijóo y Abascal se hagan la foto juntos frente a la amnistía y frente a Pedro Sánchez?
La foto que importa es la de los españoles que mayoritariamente dicen «no» a una negociación que atenta contra nuestro modelo constitucional y contra el principio de igualdad ante la Ley.
¿Por qué eligió la expresión «Basta ya», vinculada a la lucha contra ETA, para elevar su grito de protesta contra la negociación en marcha entre Moncloa y Puigdemont?
«Basta ya» es decir «no en mi nombre». Que se acabó aguantar la dictadura de las minorías opresoras antiespañolas que no buscan más que privilegios y dinero. El aguante de la gente tiene un límite y no podemos seguir callados y cediendo ante la altanería de quien abusa de los derechos de todos para mantenerse en el poder y vivir de los demás.
¿Considera que la negociación que está en marcha es una amenaza para la integridad de España como la que en su día representó ETA?
No voy a establecer comparaciones, pero es evidente que estamos ante un proceso que dinamita el Estado de derecho y la separación de poderes, y que nos lleva a una España distinta a la que hemos conocido. ETA y los actuales negociadores tienen el mismo objetivo: romper España e imponer un nuevo modelo que no pedían más que minorías.
¿Hasta dónde cree que puede llegar Pedro Sánchez? Estará escuchando a sus portavoces reiterar que todo se hará dentro de la Constitución.
Sánchez se ha saltado todas las reglas. Ha dado la espalda al Parlamento, a la transparencia y a la Constitución, saltándose los primeros tres artículos sin anestesia. Por tanto, no sé, sinceramente, dónde tiene los límites.
«Deberíamos ir a elecciones para decir si queremos que España la dirijan Puigdemont y Otegi»
El Parlament aprobó este viernes, a iniciativa de ERC y Junts, que el «sí» a la investidura vaya unido a la citada amnistía, pero también a que se den los pasos para impulsar el referéndum de autodeterminación. ¿Cree que esto puede hacer descarrilar la negociación? También habrá escuchado a distintos portavoces del Gobierno en funciones pronunciarse muy rotundamente en contra de esta cesión.
Con esta negociación ya están alimentando de nuevo el supuesto derecho a, ilegalmente, decidir por unos lo que es de todos. Aprovechando para resolver la situación personal de un prófugo de la Justicia y para que quien ha perdido las elecciones generales pueda seguir en La Moncloa. No hay un derecho a decidir unos por todos ni tampoco hay un derecho a romper España, ni en este ni en ningún otro país. Y la palabra de Sánchez, cuando niega el referéndum, no vale nada, ya le conocemos todos.
¿Descarta por completo la repetición electoral?
Sánchez ha engañado a los españoles en las elecciones de julio. Aquí la cuestión es, o amnistía o elecciones. Si fuese sincero y consecuente, deberíamos ir a elecciones para que todos los españoles decidan si quieren entregar España a Otegi, Puigdemont y compañía.
González, Guerra, Page… ¿Usted de verdad cree que hay más críticos dentro del PSOE contra la amnistía?
Yo también he escuchado a Leguina, a Corcuera o a Ibarra: casualmente, la voz de todos aquellos que por sí mismos sí ganaban elecciones. No es que no haya críticos, el problema es que Sánchez ha secuestrado las siglas del PSOE. Y luego no hay que olvidar que, además, hay diputados cuya economía familiar depende de su escaño, una base social que se ha escorado a Podemos comprando el relato de los bandos y mezclando insólitamente nacionalismo con no sé qué progreso.
«Mi relación con Feijóo es de absoluta confianza. El debate ha reforzado su liderazgo»
En este contexto, cuando escucha hablar de pactos de Estado, ¿qué piensa?
Pienso que, desgraciadamente, hemos llegado a una situación en la que hablar de pactos de Estado es una entelequia.
Feijóo reiteró en su reciente investidura fallida la propuesta de seis grandes acuerdos de Estado.
Sánchez trabaja para destruir cualquier alternativa a su proyecto político y eso lo sabe el presidente de mi partido. Su propuesta de pactos de Estado deja todavía más en evidencia el proyecto destructivo de Sánchez.
Después de la investidura fallida, ¿hacia dónde debe ir ahora el PP?
Todos debemos empezar una nueva etapa desde nuestras respectivas responsabilidades.
¿Y eso qué quiere decir? ¿Tienen que reforzar el equipo, hay que revisar estrategias…?
Toca seguir ampliando equipos con los mejores, con gente de grandes conocimientos y rigor jurídico, científico, económico, apelando siempre a la verdad y a la razón. Y por nuestra parte, por parte de los presidentes autonómicos, tenemos la obligación de hacer las cosas mejor que nunca, de gestionar nuestros servicios públicos mejor que nunca y de seguir trasladando a los ciudadanos que España merece trabajar por ella. Y que nosotros no vamos a dejar de hacerlo.
«No podría entenderme con el PNV de ahora porque ha vuelto a sus esencias»
¿Qué falló para que no hayan sido capaces de derogar el «sanchismo»?
El «sanchismo» está fracasando cada día. ¿Sabían los españoles al votar que no era Franco sino Otegi y su proyecto criminal quienes iban a decidir el futuro de España?
Pero se presentaron a las elecciones con ese lema y Pedro Sánchez tiene hoy la oportunidad de seguir gobernando.
Sánchez no pudo sostenerle la mirada a Alberto Núñez Feijóo durante todo el debate de investidura. Y eso es el triunfo de la verdad y de la razón.
¿Vox se ha demostrado como un lastre para su partido? Le pregunto porque dentro de las filas del PP he escuchado decir que, mientras exista Vox, el PP no podrá volver nunca al Gobierno.
Vox es solo la excusa, no el lastre. El lastre es llevar a gente con delitos de sangre en las listas electorales.
«No acepto el uso partidista que la izquierda hace de la violencia contra las mujeres»
Una de las conclusiones de la dirección nacional de su partido sobre los resultados del 23J fue que el discurso de Vox, y los pactos autonómicos con esta fuerza, habían ahuyentado voto de centro, y de muchas mujeres, que estaban pensándose dar su apoyo a la candidatura de Feijóo y se asustaron. ¿Usted qué cree que debe hacer el PP a partir de ahora con Vox? ¿Combatirlo ideológicamente en los temas esenciales en los que discrepan o copiar la política de asimilación que ha seguido Sánchez con Podemos?
¿O el modelo Madrid? Este modelo nos ha dado una mayoría absoluta, y consiste en hacer las cosas bien, en gestionar con rigor unos servicios públicos cada vez mejores y en defender una forma de ver la vida libre, abierta, generosa y pujante. No tenemos que estar mirando lo que hacen los demás a nuestro alrededor, sino trabajar por ser el mejor Partido Popular y convencer cada vez a más ciudadanos de ello.
Cuando uno de los partidos que tienen «alrededor», en este caso Vox, se desmarca, por ejemplo, de la unidad en el minuto de silencio guardado en homenaje a la última mujer víctima de un asesinato machista, como ocurrió esta semana pasada en el municipio madrileño de Villaverde, ¿usted qué piensa?
Es una falta de respeto a la víctima y a su familia, y claro que estoy a favor de que se recuerde siempre y se apoye públicamente a las mujeres que son maltratadas, humilladas o asesinadas por sus parejas. Ahora, también le digo que no acepto el uso partidista que la izquierda hace de la violencia contra las mujeres porque dependiendo de quién comete el delito, o dependiendo de quién es la víctima, importa o no.
¿A qué se refiere?
Si el maltratado es un hombre, no es noticia. Si quien comete el delito es una mujer, parece que no importa lo mismo. Hemos visto cómo han llevado a la Fiscalía una broma en un grupo privado de Whatsapp, pero no que Ternera se atribuya un crimen por el que no ha sido procesado.
Por cierto, ¿usted podría entenderse políticamente con el PNV?
Podría haberlo hecho con el PNV de hace 10 o 15 años. Pero no con el PNV de ahora, que ha vuelto a sus esencias.
¿Qué quiere decir?
Que ha vuelto a las esencias de su fundación, cuando distinguían entre vascos y españoles para señalarlos de maquetos o incivilizados. Han entrado en pánico de cara a las elecciones en el País Vasco.
¿Y con Junts?
No iría con ellos ni a la vuelta de la esquina, mucho tendrían que cambiar las cosas.
Entonces, ¿le pareció un error que Feijóo los incluyera en la ronda de contactos?
Yo, afortunadamente, no estoy en la tesitura de Feijóo, y, desde mi posición actual, no tengo nada que tratar con ellos. Es evidente que han llegado demasiado lejos con la broma independentista, y no hay nada que hablar con quien no busca el acuerdo sino la imposición sobre la mayoría de los españoles.
«Me siento una mujer libre. En los partidos hay versos sueltos, y no me parece mal»
¿No entiende que Feijóo les incluyera en su ronda de contactos?
Insisto, yo no estoy en la misma tesitura. Creo en el diálogo y en el entendimiento, pero en la posición en la que ellos están, no hay margen para ningún acuerdo. A lo que sí dedico mis esfuerzos es a conseguir que los catalanes que están en Madrid sean desde el primer día tratados como el resto de españoles, como madrileños.
Para el final, algunos temas más internos de partido y de las relaciones de poder dentro del PP. Por ejemplo, a usted siempre se la está vigilando para ver si hace sombra o no al líder nacional. ¿Entiende que a veces con su comportamiento da esa impresión? ¿O cree que se la tiene siempre bajo el foco porque es mujer? Que con un hombre, con su mismo liderazgo y su responsabilidad, no se dirían las cosas que se dicen de usted.
Todo eso es factoría Moncloa, pura y dura
Yo lo he escuchado también en comentarios dentro de su partido, y seguro que a usted le han llegado. Ya pasaba, de hecho, en tiempos de Pablo Casado.
La persona que está al frente de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, y más en estos tiempos, es una voz nacional, y es normal que se la observe. Presido la comunidad que acoge a un 45 por ciento de ciudadanos que no han nacido en ella, la comunidad que está al servicio de los demás y que paga el 70 por ciento de la caja común con la que se sufragan servicios públicos de 12 comunidades autónomas. Somos referencia nacional, y no me voy a dedicar a hablar sólo de terruño, como hacen otros.
¿Qué plazo de duración le da al liderazgo de Feijóo después de esta investidura fallida?
La pregunta es ¿qué duración le damos al no liderazgo de Sánchez después de que lo haya perdido todo? Y ahí están los resultados de las últimas elecciones autonómicas y municipales.
Pero, como comentamos antes, tiene en su mano seguir al frente de La Moncloa.
Esta semana Pedro Sánchez perdió además la oportunidad de presentarse como un líder. Porque poco líder fue escondido en el escaño sin poder mantener la mirada a quien te pide explicaciones sobre lo que estás negociando a espaldas de todos los españoles. Con tiempo, y con el dinero de los demás, todos podemos parecer líderes a escala mundial, aunque debajo no haya nada.
Cuando llegue el momento de que Feijóo dé un paso al lado, ¿le hará ilusión dar la batalla por hacerse con el liderazgo de su partido?
No puedo pensar en otra cosa que en el ahora y en el programa que me he comprometido con los madrileños a cumplir. Mi sitio es Madrid.
«Toca seguir ampliando equipos con los mejores, con gente de grandes conocimientos»
Le estoy preguntando por el futuro. Es una ambición legítima aspirar a presidir a nivel nacional el partido en el que se milita y al que está dedicando su vida, ¿no?
No tendría los pies en la tierra si no aprovechara la oportunidad de Madrid para atraer inversiones, grandes eventos internacionales, crear empleos y seguir siendo la segunda casa de todos. Es el mejor momento de Madrid. Todo lo que sea despistarse ante estos importantes retos me parece, además de utópico, muy irresponsable. Además, todo está cambiando a gran velocidad y por eso mi plan es sembrar aquí y ahora.
¿Cree que en los partidos debería haber más versos sueltos?
Ya los hay, y no me parece mal.
¿Usted se siente un verso suelto?
Yo me considero una mujer libre.
¿Con qué adjetivo calificaría la relación política que hoy mantiene con Feijóo?
De absoluta confianza.
Por cierto, usted es muy amante de los animales y de los perros. ¿Qué piensa de la nueva Ley del Bienestar animal aprobada por el Gobierno de coalición? ¿Considera que al menos esto sí ha sido un acierto de la izquierda?
No hay peor mentira que la que nace sobre una media verdad. Es lo que ocurre con esta ley, que basándose en el supuesto amor a los animales es intervencionista y trata como potencial criminal a sus dueños.
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