Javier, Federico y Borja: «Lo más importante es haberle quitado hierro a la enfermedad»

La historia de Javier, Federico y Borja es un episodio de superación en el que tres jóvenes hermanos ovetenses han demostrado cómo no hay nada que pueda con el amor fraternal. El primero de ellos, Javier Nestares, necesitaba un trasplante de médula ósea. Para ello, tuvo que estar un mes aislado en una habitación del Hospital Universitario Central de Asturias. El segundo, Federico Nestares, permitió que la vida de su hermano siga adelante, habiéndole donado la médula que éste necesitaba. Por último, y no menos importante, Borja Nestares, el restante de los tres hermanos, que acompañó a Javier durante su periplo de internamiento hospitalario. En todo momento mantuvieron la actitud luchadora para conseguir la esperada curación de aplasia medular que padecía Javier desde hacía tres años. Una importante ayuda para haber conservado la esperanza durante este tiempo ha sido la cuenta de Twitter @enaislamiento que crearon, con la que en un principio pretendían únicamente comunicarse con sus familiares y amigos. Pero no se quedó ahí, ya que se ha convertido en toda una revolución en internet, habiendo superado los 12.000 seguidores. Caras conocidas como Ana Millán y Dani Martínez les han mostrado su apoyo a través de esta red social. «Con el vídeo de Sara Carbonero flipamos», admiten. Federico reconoce que «más allá de las anécdotas, lo más importante ha sido «haberle quitado hierro al asunto de las donaciones de médula». Asimismo, ha querido enviar un mensaje a todos aquellos que pasen por la misma situación: «Al mal tiempo, buena cara. Con estas cosas lo mejor es sonreír y extraer lo mejor de la experiencia». Borja afirma que su hermano está «prácticamente recuperado». «Sólo falta el visto bueno de mi padre para que se venga con nosotros a Madrid y retome sus estudios de Farmacia», añade. Respecto al impacto mediático que ha supuesto este suceso, Borja comenta que «si todo lo que se ha liado sirve para que la gente vea de otra manera la enfermedad y le plante cara, nos damos por satisfechos» y añade que «muchos enfermos sabían lo que estábamos haciendo, intercambiábamos impresiones y esto hacía que aumentara su motivación». Sin duda la mejor noticia la dieron ellos mismos, a través de su cuenta de Twitter: «Buenas noches familia, ya en casa». Todo había salido bien.

Josep Font /Director creativo de la firma de moda Delpozo

«Estamos empezando a valorar lo auténtico, lo esencial»

La timidez en persona. La exquisitez en sus diseños.Tras un periodo de exilio mediático y profesional, Josep Font ha vuelto a la escena. O mejor, al taller. De la mano de la firma Delpozo –fundada por Jesús del Pozo– y dentro de un proyecto que busca posicionarse en el exterior. Sólo un desfile en Madrid el pasado mes de septiembre le ha dado el pasaporte a la Semana de la Moda de Nueva York, hasta ahora plaza de ida y vuelta para todos los diseñadores españoles –salvo para Custo Barcelona–. Un proyecto que busca afianzarse en el mercado norteamericano y en espacios multitárea, además de abrir su primera tienda en Madrid. Talento y empresa, de la mano. «No tenemos prisa... Queremos ir despacio pero con paso firme. Lo fundamental, para nosotros, ahora mismo es la coherencia. De ese modo, lograremos introducir y afianzar una imagen de marca clara y contundente, en todos los aspectos. También es importante potenciar aquello que nos diferencia frente al resto de marcas internacionales, priorizar la calidad frente a cualquier otro criterio. Aunque, probablemente, lo esencial es la ilusión que compartimos todos por el proyecto», asegura Josep. En un mundo de éxitos pasajeros como el de la costura, dar con la receta para permanecer es harto complicado. «Mantenerte siempre coherente y fiel a un estilo personal. También, es importante tener un equipo integrado y motivado, que crea en el proyecto y sepa darle esa proyección a largo plazo», reflexiona mientras medita sobre la necesidad de que nuestro país mire de frente a la crisis: «Creo que la situación es muy dura para muchas personas. Aún así, quiero ser positivo y pensar que la crisis nos ha abierto los ojos en muchos aspectos; somos mucho más conscientes y sensibles de lo que ocurre a nuestro alrededor. También, pienso que estamos empezando a valorar cosas que se habían perdido, mucho más auténticas, perdurables y esenciales».