Defensa de la independencia
"Los jueces no son los malos": el presidente del CGPJ alerta del riesgo por el cambio de relato sobre el Poder Judicial
Guilarte alabó la labor del juez del "procés" y señaló que Manuel Marchena hizo un "servicio público inestimable"
Hay que impedir que se cambie el relato sobre la independencia de los jueces y responder al discurso político que cuestiona la labor de los jueces y los tribunales. Así lo ha señalado el presidente en funciones del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Vicente Guilarte, que pidió “evitar lo que hemos visto que se ha pretendido hacer, que era ese cambio de relato” y “alterar” lo que España ha vivido. “No hay la más mínima duda”, advirtió, sobre “quién actuó correctamente” ante la afrenta del independentismo. Y subrayó: a los jueces “no se nos puede convertir en los malos”.
Guilarte intervino esta mañana en un desayuno informativo del Nueva Economía Forum, donde también acudió el presidente de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo (TS) y magistrado del juicio del “procés”, Manuel Marchena. Allí, insistió en que debido a la polarización actual, ha tenido que defender la independencia del Poder Judicial en más ocasiones de las previstas.
“Se ha producido un ataque relativamente intenso, con ese palabro, no sé cómo se dice... ‘lawfare’. Había que salir al frente y yo he salido todas las veces que he podido. Y he dicho ‘déjennos en paz’”, recordó.
El presidente del órgano de gobierno de los jueces aprovechó su intervención para homenajear al juez Marchena y a los más de 5.000 magistrados. Y recordó que el juez del “procés” cumplió con los principios de legalidad y transparencia a pesar de que desde la arena política se intenta cuestionar su labor. Sobre su labor, dijo que lo que hizo “fue un servicio público inestimable y todos debemos insistir en el apoyo a él y a lo que representa”.
Sobre las reglas que deben regir las relaciones entre poderes, estas deben ser de “respeto absoluto”, aunque reconoció que estas normas “se han roto un poco”. Por ello, reiteró que “hay que procurar que no se metan en lo nuestro ni meternos en lo de ellos”.
Pese a ser preguntado en varias ocasiones, rechazó valorar la constitucionalidad de la amnistía. Pero aclaró que “lo que no me parece nada adecuado es la inicial justificación que se produjo de la amnistía, que implicaba esecambio del relato” que denunció sobre las actuaciones de los jueces y que ha dado pie a las “inaceptables comisiones de investigación” que “no se pueden asumir”.
Por ello, justificó la declaración pública emitida por el CGPJ. “En ese momento se hizo lo que había que hacer”, afirmó. Pero eso, advirtió, “no puede conllevar un descrédito absoluto del Poder Judicial”.
Renovación del CGPJ
Junto con reafirmar que su objetivo es facilitar la renovación del consejo, recordó que planteó una fórmula para poner fin a los cinco años de mandato caducado del órgano de gobierno de los jueces. Dada la “polarización”, él pretendía impulsar un acuerdo para desbloquear la situación. En insistió en que "si reducimos los niveles de discrecionalidad, se gana mucho. Hay muchas fórmulas”, señaló. Pero hay jueces que, con cualquier fórmula, por su excelencia, ocuparían los cargos del Tribunal Supremo que están ocupando ahora.
Sobre las expectativas de las reuniones de Bruselas, dice que no es un “diálogo de sordos” y les pregunta periódicamente cómo va. “Con los condicionantes que todos tenemos para llegar a cualquier acuerdo”, se mostró confiado en que habrá un pacto antes de que se marche. "Confío en los actuales interlocutores; confío menos en el extranjero”, señaló sobre las negociaciones que están desarrollando el ministro de Justicia, Félix Bolaños, y el representante del PP, Esteban González Pons, (presente en el desayuno) bajo la supervisión del comisario europeo de Justicia, Didier Reynders.
Destacó la necesidad de trabajar también en un modelo futuro que termine con las disfunciones para que no se apoye a “militantes” para cubrir las vacantes en la cúpula judicial y evitar que las plazas se cubran sin más criterio que el político. Mostró, en un primer momento, su disposición a que "la renovación vaya acompañada de una fórmula para evitar los problemas que hay actualmente”, aunque después matizó y señaló que las dos posturas que representan Bolaños y González Pons son legítimas. Lo importante, señaló, es que el consejo funcione con mayores niveles de independencia. E ironizó sobre quienes le califican de conservador y de haberse pasado “al otro lado”.
Asimismo, criticó la ley que les privó de realizar nombramientos con el mandato caducado. “No fue buena idea privarnos de competencias”. Y avanzó sobre su posible renuncian que “yo estoy aquí a la espera de que se produzca este acuerdo. Y si no se produce, hay personas más cualificadas que yo”. Sobre esto, se limitó a decir que “yo creo que he cumplido mi papel. No será el capitán el que abandona, sería un grumete”. Y aseguró que “no me gusta ser juguete de algo que no controlo”. Al hablar de su trayectoria en el CGPJ, aseguró que ha trabajado para "pacificar y ayudar" y para que no se profundicen los conflictos. “Si no se consigue (la renovación), yo creo que no pinto mucho". Pero no concretó fechas ni plazos
Sobre si los vocales con el mandato caducado deberían dimitir, explicó que “cada uno tiene que hacer lo que le parezca”, pero insistió en que la renovación se tiene que producir por sus cauces naturales. "Yo cuento con ella", señaló.
Fragmentación de la Justicia
En su intervención, el presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo (TS), el juez Manuel Marchena, que fue el encargado de abrir el desayuno y de presentar a Guilarte, pidió que se dejara de hacer a los vocales del CGPJ “responsables de la situación política del momento” porque la responsabilidad recae en otros.
Marchena manifestó su preocupación por la situación de bloqueo del órgano de gobierno de los jueces, cuya renovación se negocia en Bruselas, y alertó de que este estancamiento puede utilizarse como una "excusa para dinamitar el sistema”.
Sobre la transferencia de parte de las competencias del CGPJ al ámbito autonómico, Marchena advirtió de la posibilidad de que se fragmente territorialmente el Poder Judicial, que iría en contra de lo establecido por los constituyentes cuando elaboraron y consensuaron la Constitución. "Socavar el poder judicial nos lleva a unas consecuencias irreparables”, señaló.
Por su parte, Guilarte también habló de este asunto y explicó que “eso sería gravísimo” porque quebrantaría la “igualdad de todos los españoles” frente al sistema judicial. “Todo lo que vaya en contra de la unidad del sistema de digitalización no es bueno”, expresó. El presidente del órgano de gobierno de los jueces se mostró a favor de las tendencias a unificar criterios en materia de Justicia, “y en ningún caso a atomizar” el Poder Judicial.
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