El desafío independentista

Junqueras ataca sin tapujos a Puigdemont por rechazar elecciones

El soberanismo llega dividido y debilitado a la Diada, con ERC y JxCAT discrepando sobre avanzar comicios tras la sentencia

El independentismo soñaba con tener la Diada en paz. Repetir las jornadas multitudinarias y emotivas de 2012 a 2018, aunque el año pasado los digitales afines ya no hablaban de un millón de participante. A cuatro días del 11 de Setembre, hay 180.000 inscritos para el acto de esta edición, que pretende llenar la plaza España de Barcelona, 205.000 camisetas vendidas y 700 autocares alquilados. No son los números de otros años, por eso a través de twitter, la ANC hace un llamamiento a participar. Este año es la primera Diada que se celebra tras un cambio de tendencia, según recogen las encuestas del CIS catalán. El apoyo al independentismo está al nivel más bajo de los últimos dos años. Sólo un 44% de los catalanes quiere ahora la independencia. Y además, las principales fuerzas soberanistas llegan de morros. El desencuentro entre los dos principales líderes independentistas, Oriol Junqueras y Carles Puigdemont, es cada vez más público. El presidente de ERC no pudo evitar ayer replicar unas declaraciones de Puigdemont que no le habían gustado. Pese a estar a 1.600 kilómetros, tienen twitter para discutirse.

Junqueras discrepa de Puigdemont sobre la idea de descartar un avance electoral como respuesta a la sentencia de la causa del 1-O si hay condenas a los líderes independentistas. «¿Desde cuándo el ejercicio democrático del derecho a voto debitila las instituciones de un país?”, cuestionó. Era claramente un reproche a Puigdemont que el pasado miércoles, tras una reunión de JxCat en Bruselas, advirtió de que «las elecciones claramente debilitarían las instituciones».

La portavoz del Govern, Meritxell Budó, quitó hierro al debate. Lo que la verdad esconde es que mientras ERC cuenta con un proyecto cohesionado y con un candidato, Pere Aragonès, el bando neoconvergente es un guirigay.