La investidura de Sánchez

La amenaza del PSOE a Podemos les dejaría sin 6 comunidades y 11 capitales

El poder territorial de los socialistas se tambalearía si rompieran con los de Iglesias, que ya es su principal socio en buena parte de España.

La amenaza del PSOE a Podemos les dejaría sin 6 comunidades y 11 capitales
La amenaza del PSOE a Podemos les dejaría sin 6 comunidades y 11 capitaleslarazon

El poder territorial de los socialistas se tambalearía si rompieran con los de Iglesias, que ya es su principal socio en buena parte de España.

Las veladas amenazas que el PSOE parece haber hecho circular en el sentido de que podría dejar de apoyar a Podemos en los llamados «ayuntamientos del cambio», señaladamente Madrid y Barcelona, podría tener consecuencias muy graves para el poder territorial que actualmente detentan los socialisas, que han recibido el apoyo, directo o indirecto, de la formación liderada por Pablo Iglesias en nada menos que 6 comunidades autónomas. Esta circunstancia, a la que se añaden múltiples ayuntamientos en toda España en los que el PSOE está apoyado por la candidaturas de unidad popular apoyadas por Podemos, convierten esta última estrategia socialista en un farol que, de llegar a hacerse realidad, podría llevarse por delante buena parte del poder territorial que actualmente disfrutan los de Sánchez.

No puede causar sorpresa, por tanto, que en un entrevista a «Espejo público» de Antena 3, Pedro Sánchez confesara ayer a Susanna Griso que su partido seguirá apoyando a Podemos en los «ayuntamientos del cambio». «No hemos pedido nada a cambio para apoyar a los gobiernos de Podemos y no lo vamos a hacer porque yo no soy Iglesias. Allí donde haya opciones de cambio, pueden estar tranquilos porque el PSOE, con la oposición leal y exigente, va a estar siempre apoyando. No vamos a hacer pagar a los ciudadanos el sectarismo de Iglesias». Emiliano García-Page, que gobierna en Castilla-La Manchacon el apoyo de Podemos, se pronunció también sobre este asunto y calificó de «error de bulto» confundir las negociaciones de pactos autonómicos con las de la política a nivel nacional. Y basta un vistazo al mapa del poder territorial para dase cuenta de hasta qué punto le puede resultar caro este «error de bulto».

Son seis las comunidades autónomas donde gobierna el PSOE que se verían desestabilizadas, en mayor o menor medida, de romperse cualquier vínculo entre ambos partidos. En primer lugar está el caso de Valencia. En las autonómicas de mayo de 2015 Compromís y Podemos no se presentaron en confluencia sino por separado. Los primeros lograron 19 escaños, los segundos 13. El PSOE fue la segunda fuerza más votada con 23 escaños, muy lejos de la mayoria absoluta, que en las Cortes es de 50 diputados. El socialista Ximo Puig tuvo que ceder la vicepresidencia a Mónica Oltra de Compromís y, finalmente, fue investido presidente con los votos de su partido, los 19 de Compromís y 8 de los 13 diputados de Podemos. El resto de diputados de Podemos, cinco, se abstuvo en la votación de investidura. Este es precisamente el modelo que Pablo Iglesias está utilizando como plantilla a la hora de prefigurar el pacto al que quiere llevar a Pedro Sánchez, un pacto que ayer mismo volvió a describir con la expresión «a la valenciana».

El primero de julio del año pasado Emiliano García-Page era elegido presidente de Castilla-La Mancha. Los socialistas habían logrado 15 escaños en las elecciones de mayo frente a los 16 del PP. Fueron los dos diputados de Podemos los que desequilibraron la balanza a favor del socialista. Debido a la pequeña representación parlamentaria de Podemos en Castilla-La Mancha no se forzó que en el Ejecutivo autonómico de García-Page entrara algún consejero de la formación que dirige Pablo Iglesias, algo que no sucedió en Valencia y que el líder del partido de extrema izquierda estáconvencido de que no debe pasar en el gobierno central de España si Sánchez quiere presidirlo.

En Baleares pasaría algo parecido de romper relaciones el PSOE con Podemos. La socialista Francina Armengol fue investida con 10 votos afirmativos de otros tantos diputados de Podemos. El PSOE fue, igual que en Valencia, la segunda fuerza más votada detrás del PP y tiene 14 escaños en el Parlamento de Palma. Para lograr su investidura, Armengol tuvo que ganarse no sólo los 10 escaños de Podemos sino, además, los 6 que cosechó Mes.

Guillermo Fernández Vara también necesitó los seis diputados que logró Podemos en Extremadura para ser investido presidente. El PSOE sí fue el partido que ganó las elecciones, pero los 30 escaños de Fernández Vara (dos más que el PP) no era suficientes para alcanzar la mayoría absoluta (33). Fue necesario que los seis diputados de Podemos le apoyaran.

El socialista Javier Lambán logró desbancar a Luisa Fernanda Rudi de la presidencia del gobierno de Aragón con el apoyo de 14 diputados de Podemos, dos de CHA y uno de IU. De romper relaciones con Podemos sería poco menos que imposible que pudiera mantenerse en la presidencia.

Más fácil lo tendría el asturiano Javier Fernández, que sólo necesitó de la abstención de los 9 diputados de Podemos (y también de los 3 de Ciudadanos) para ser elegido con los votos a favor de su bancada y los 5 diputados de Izquierda Unida. La candidata del Partido Popular, Mercedes Fernández obtuvo 14 votos a favor, los de su partido y los de Foro.

Al descalabro en los gobiernos autonómicos habría que añadir el de numerosas alcaldías disminadas por toda la geografía española. Entre las capitales de provincia destacan Valladolid, Córdoba, Huesca, Palma de Mallorca, Las Palmas, Toledo, Ciudad Real, Valladolid, Tarragona, Lérida, Alicante y Lugo. El caso de Sevilla es especial ya que el socialista Juan Espadas necesitó para desbancar al popular Juan Ignacio Zoido además de sus propios concejales, los votos de los de Sevilla Participa e Izquierda Unida. Sevilla Participa fue el partido instrumental que utilizó Podemos para presentarse en la capital andaluza pero, desde las elecciones municipales, Podemos se ha desvinculado de la actividad de sus concejales, por lo que Espadas, en principio, no se vería afectado por una ruptura en Madrid. Otras ciudades españolas con población superior a 100.000 habitantes que podrían perder a sus alcaldes socialistas son: Hospitalet, Jerez de la Frontera, Elche, Alcalá de Henares, Fuelabrada, Leganés, Getafe y Marbella.