Elecciones generales
La dirección del PP alimenta el optimismo
Pablo Casado presume de que mejora en sus «trackings» y se marca como objetivo el 24% del voto
Pablo Casado presume de que mejora en sus «trackings» y se marca como objetivo el 24% del voto
En el ecuador de la campaña, Génova alimenta el optimismo sobre la situación con la que se enfrenta a la recta final de la misma. Los sondeos insisten en cortar las alas a las expectativas de que esté consolidada una mayoría del centro derecha que permita sustituir al Gobierno del PSOE. No porque no esté movilizada la derecha en cotas casi históricas, sino por la fragmentación del voto, y porque, al menos en las encuestas, no parece que esté haciendo efecto el llamamiento de la dirección del PP a que se vote con la razón y no con en el corazón «porque la división en las urnas favorece otro Gobierno de Sánchez», según insisten en Génova.
A Pablo Casado no le interesaba que la campaña arrancara con un exceso de optimismo, que se diera por hecha la suma de la derecha, y que esto afectase a la movilización. Pero tampoco le conviene que su votante dé por perdida la batalla antes de que se hayan abierto las urnas, porque esto sólo puede favorecer un voto más emocional que racional, que lleve a que se haga oídos sordos al mantra de la necesidad de un voto unido sobre las siglas del PP, a las que todos los sondeos colocan al frente del liderazgo del bloque de derechas.
Génova destaca que sus trackings internos están en fase de mejora, medio punto de subida en los últimos días, en una horquilla que oscilaría ya en estos momentos entre 90 y 100 escaños, y también presume de la movilización que están consiguiendo mantener viva en plena Semana Santa. A los de Vox los sitúan en la veintena de escaños, subiendo, y Ciudadanos, alrededor de los 40. En campaña en las 50 provincias. Con más de 250 actos en toda España con más de 40.000 asistentes. «Llenazos» de Casado en Madrid, Santander, Valladolid, Santiago de Compostela y Ciudad Real. Más de 15.000 domicilios visitados en el puerta a puerta y la citada subida de medio punto en los tracking internos de la formación.
A pie de calle
Casado está haciendo una campaña muy de calle, con un mensaje duro en el cuerpo a cuerpo con Pedro Sánchez, con la intención de escenificar que su adversario es el candidato socialista y no sus dos potenciales aliados para formar gobierno, Albert Rivera y Santiago Abascal. Este último, por ejemplo, busca el choque con el PP, pero en líneas generales la dirección popular lo está esquivando, respondiendo con cautela a algunos de los golpes que le lanza Vox pero cuidándose de no llegar a hacer daño. En el centro de la línea estratégica de Casado está también el lema de que lo que ofrece es «otro PP» al de al etapa que se cerró con Mariano Rajoy, es el PP de siempre, el PP más firme y duro en su mensaje de defensa de España y de la familia. O más atrevido en su compromiso con las rebajas fiscales.
Al mismo tiempo el partido de las clases medias y de los pensionistas. Es decir, más de centro en las cuestiones sociales, con la prevención de cuidarse, de intentar no meter la pata en su pugna con Vox, en aquellos temas en los que el PP, posiblemente por su división interna, no acaba de encontrarse cómodo, como ocurre con el aborto. Casado cree que tiene al alcance llegar al 24 por ciento de los votos y sumar con Cs y Vox. Depende de la moviilización en esta última semana de los indecisos. No en vano, en estos últimos días de la campaña electoral tendrá lugar el debate –o los debates– entre los principales candidatos. Esta circunstancia, unida a la existencia de más indecisos que nunca –en ello vienen insistiendo las encuestas y el CIS– convertirá en cruciales estos últimos días.
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