Política

Elecciones municipales

La estrategia del PP: Génova prefiere a Vox fuera del Gobierno

Una comisión nacional controlará los criterios generales de todas las negociaciones con Cs y Vox. «Respetando los dirigentes territoriales».

Pablo Casado, ayer, tras el Comité Ejecutivo que valoró los resultados de las elecciones. Foto: Alberto R. Roldán
Pablo Casado, ayer, tras el Comité Ejecutivo que valoró los resultados de las elecciones. Foto: Alberto R. Roldánlarazon

Una comisión nacional controlará los criterios generales de todas las negociaciones con Cs y Vox. «Respetando los dirigentes territoriales».

La primera decisión de Génova tras las elecciones autonómicas y municipales del domingo ha sido controlar directamente la negociación de los acuerdos postelectorales con Ciudadanos (Cs) y Vox en todas las «plazas» en liza. Génova se malicia que Ciudadanos se la va a intentar jugar en Gobiernos tan simbólicos para ellos como el de Castilla y León o Murcia, y en su posición de partida plantean que quiere un acuerdo con un «sentido general». Además de señalar como referencia el modelo andaluz, o lo que es lo mismo, el Gobierno de coalición con Ciudadanos, con apoyo externo de Vox.

«En ningún sitio se ha aprobado que estemos dispuestos a gobernar en coalición con Vox», precisaron ayer fuentes solventes de la dirección nacional. En su primera reacción, la candidata popular a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, había hecho unas declaraciones en «Al Rojo Vivo», La Sexta, que dieron a entender que se abría a integrar en su futuro gobierno a representantes tanto de Ciudadanos como de Vox. En la misma línea se manifestó el candidato al Ayuntamiento, José Luis Martínez-Almeida.

Pero es regla de toda negociación partir de posiciones de máximos, y en este caso Génova marcó ayer que en ningún sitio han aprobado que estén dispuestos a gobernar con Vox, y que, por el contrario, en la mesa negociadora se sentarán con el criterio de tomar como referencia el pacto andaluz, es decir, el gobierno de coalicion con Ciudadanos, con acuerdo programático de investidura a tres bandas.

Pero Vox ha aprendido de la negociación andaluza y el contexto político actual es, además, muy distinto. Entonces a unos y a otros les pesaba el condicionante del proceso electoral que se les echaba encima, las generales y las autonómicas y municipales.

Y la presión del coste en términos de apoyo de la opinión pública de asumir la responsabilidad del bloqueo al cambio. Este condicionante ya no importa porque la situación es distinta y las prioridades estratégicas son otras. Génova sabe que la negociación en Madrid será si cabe más complicada que en Andalucía porque Vox exigirá más visibilidad y, previsiblemente, tocar poder.

Las dos líneas rojas esenciales en las que tendría que corregirse el partido de Albert Rivera para avanzar en una negociación que permita gobernar al centro derecha en la Comunidad de Madrid y en el Ayuntamiento. La comisión negociadora del PP la formarán el secretario general, Teodoro García Egea; el vicesecretario de Organización, Javier Maroto; y Ana Beltrán. García Egea y Maroto ya pilotaron la negociación con Ciudadanos y con Vox del acuerdo de investidura de Juan Manuel Moreno como presidente de la Junta de Andalucía. Casado les refuerza después de las enmiendas planteadas por la gestión de las elecciones generales. Y sobre ellos queda la responsabilidad de llegar a acuerdos en plazas clave como Madrid, aunque en coordinación con los líderes territoriales. Están también en juego, por ejemplo, los Gobiernos autonómicos de Navarra, Castilla y León y Aragón. En Canarias el PP puede apoyar un Gobierno de Coalición Canaria, aunque en esta comunidad podría influir la investidura de Pedro Sánchez: que el PSOE necesite el apoyo de los nacionalistas canarios y les ofrezca, a cambio, apoyo socialista en las islas, lo que dejaría al PP fuera de juego. En los ayuntamientos, el PP tiene 2.563 mayorías absolutas y 20.325 concejales. Los populares ven posibilidades de gobernar en Albacete, Alicante, Almería, Badajoz, Cáceres, Burgos, Ciudad Real, Ceuta, Córdoba, Granada, Guadalajara, Huesca, Jaén, León, Madrid, Sevilla, Murcia, Málaga, Oviedo, Palencia, Salamanca, Teruel y Zaragoza. En total, 23 capitales de provincia, dos más que en 2015.

Génova asegura que va a presentar candidatos en todas las instituciones donde vea posibilidades de gobernar mediante pactos. Siempre ha defendido que gobierne el partido más votado, pero ahora justifica su cambio de criterio en que no ha tenido apoyos para sacar adelante la reforma que obligue a todas las partes. En relación a las negociaciones en Madrid, la candidata a la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, afirmó ayer en «Al Rojo Vivo», La Sexta, que no se puede «ir por ahí pretendiendo que te apoyen a cambio de nada», en relación a la posible cesión de consejerías a Cs y Vox para poder formar Gobierno en la región, donde suma mayoría el bloque de derechas. A una pregunta sobre si está «dispuesta» a que esos dos partidos estén presentes en su Gobierno con consejerías, Ayuso contestó que «toca hablar con todos».

«Hombre, yo lo que quiero es respetar y tener consideración a los votantes del Partido Popular, pero también de Ciudadanos y Vox si necesitamos sus escaños, porque no puedes ir por ahí pretendiendo que te apoyen a cambio de nada; luego, por humildad y sin egos, toca hablar con todos y qué menos que sentarnos», aclaró. El candidato del PP a la Alcaldía madrileña, José Luis Martínez-Almeida, también se mostró ayer abierto a todo en los comienzos de la negociación. En concreto, no cerró la puerta a darle concejalías a Vox ni a ofrecerle la vicealcaldía a Ciudadanos. En la Cadena Ser también se mostró convencido de que PP y Ciudadanos van a llegar a «un acuerdo programático y de gestión» que permitirá dar estabilidad a su futuro Gobierno.