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La Guardia Civil termina con la “leyenda” de que a ”Ternera” no se podía detener porque estaba “protegido”

La última vez que fue localizado “Josu Ternera” fue en 2013, en el sur de Francia y estuvo a punto de ser detenido

Josu Ternera junto a su hija en una foto de archivo
Josu Ternera junto a su hija en una foto de archivolarazon

La Guardia Civil ha demostrado, o ha superado, esa especie de “protección” que permitía al terrorista huir en el último momento.

La última vez que fue localizado “Josu Ternera” fue en 2013, en el sur de Francia y estuvo a punto de ser detenido. La Guardia Civil ha demostrado, o ha superado, esa especie de “protección” que permitía al terrorista huir en el último momento, antes de ser capturado. El trabajo constante y eficaz de la Benemérita, que no ha dejado de seguir ninguna pista por pequeña que fuera, ha dado sus frutos.

Junto con José Luis Eciolaza Galán, “Dienteputo”, responsable de los etarras que se esconden en diversos países de América, eran los únicos cabecillas, sobre los que pesan requisitorias judiciales, y que se hallan en ignorado paradero.

Los demás, están en la cárcel, como es el caso del último jefe “militar” de ETA, Mikel Carrera, “Ata”, que cumple dos condenas a cadena perpetua en Francia; han muerto, como Francisco López, “Thierry”; o se encuentran en libertad, como el que fuera responsable del “aparato político” entre 1992 y 2004, Mikel Albisu, “Mikel Antza”, que fue entregado por Francia recientemente y contra el que no había causas pendientes en España. Santiago Arróspide Sarasola, “Santi Potros”, se halla en la misma situación al igual que otros cabecillas.

Desde 2013, sólo se ha oído la voz de “Ternera”, que pudo ser grabada en cualquier lugar y mandada vía internet, cuando dio lectura al comunicado en el que ETA daba por terminado "su ciclo histórico y su función", al tiempo que anunciaba la disolución completa de todas sus estructuras.

Conviene recordar, según los mismos medios, que la Fundación Henry Dunant, con sede en Ginebra, y los “componedores” de todo el “artilugio propagandístico” en el que se ha convertido la disolución formal de ETA, lograron encontrarlo con suma facilidad para encomendarle la “misión suprema” de leer la capitulación. Conociendo lo escrupuloso y hasta “pejiguero” del personaje, seguro que no se conformó con la primera redacción que le enviaron.Tras un primer paso por Noruega, entre 2011 y 2013, durante las negociaciones con el Gobierno socialista, volvió al “hogar conyugal”, en la pequeña localidad de Durban Sur Arize, de 150 habitantes, junto a su compañera Agnes Carlo. La casa llevaba alquilada desde 2007 hasta el punto de que disponía de teléfono fijo.
Tras escapar de aquella operación policial, no se le había vuelto a ver hasta hace pocos días. Tres años después de la expulsión de Noruega, LA RAZÓN publicaba que ETA había prescindido de él. Ya no contaba para nada. La banda consideraba que el otrora temido cabecilla, y no sin razón, se había
convertido en un auténtico «estorbo». Como consecuencia de ello, se le había retirado la asignación mensual que rondaba los 1.500 euros.
Desde entonces, ¿de qué ha vivido?. Una buena pregunta. La lectura del comunicado de “disolución” fue para el terrorista una obligación a la que no se podía negar. De sobra sabe cómo se las gastan sus antiguos compinches cuando alguien les lleva la contraria.
En 2011, se produjo un incidente, no confirmado oficialmente, según el cual “Ternera” fue avisado por alguien de que había sido localizado durante un desplazamiento para encontrarse con otros miembros de la banda, entre ellos su hijo Egoitz. Lo extraño es que la llamada se realizó desde un teléfono localizado en Kenia, país africano en el que ETA nunca ha tenido presencia. Nueva pregunta obligada: ¿quién le llamó desde allí para que pudiera escapar?.