Delito fiscal
La Infanta hará hincapié en que estaba al margen de la administración de Aizoon
Doña Cristina insistirá mañana ante el juez José Castro en que estaba completamente al margen de la administración de Aizoon, la empresa que compartía con su marido al 50%, en el que confiaba plenamente, y eludirá cualquier pregunta sobre materia fiscal haciendo hincapié en que no tiene formación en asuntos tributarios y recordando que de esas cuestiones se encargaba el bufete de los hermanos Tejeiro, cuñados de Diego Torres, ex socio de Iñaki Urdangarín. Así se infiere del escrito de alegaciones en el que sus abogados se oponen a la imputación de la hija del Rey, remitido el pasado noviembre al magistrado. En el mismo, además de una prolija argumentación jurídica, se deslizan apuntes de tipo más personal que la Infanta ha trasladado a los letrados encargados de su defensa, Jesús María Silva y Miquel Roca. Hasta el punto de que, en el auto en el que citaba como imputada a la Infanta, Castro echaba en cara a los abogados de Doña Cristina que, dada la proliferación de esas «apreciaciones de carácter personal», su defensa «lo que en realidad está haciendo es declarar por ella». A través de esas «afirmaciones de tinte personal», como las denomina el instructor, «que a buen seguro le habrán sido participadas por su representada», se pueden bosquejar las principales afirmaciones sobre las que girará su declaración en los juzgados. La Infanta mantendrá que, desde que Aizoon se creó en febrero de 2003, ha estado «completamente al margen» de la administración de la sociedad, por lo que no tuvo ninguna intervención en su gestión cotidiana, para lo que «confió absolutamente» en la gestión de su esposo y en que tomaría las decisiones correctas en materia fiscal y contable, sobre las que, recalcará, no tiene «formación específica». Del mismo modo, asegurará al juez que no tenía ninguna razón para albergar «la menor sospecha» de que Aizoon «pudiera estar vinculada con la comisión de delito alguno» o que la sociedad se utilizara «para la posible comisión de un presunto fraude fiscal». La gestión cotidiana de la empresa correspondía «exclusivamente» a su marido, «en el marco general de la más absoluta confianza» por parte de la Infanta. Doña Cristina explicará que, si finalmente se determina la existencia de un delito fiscal imputable a su marido, no disponía de indicio alguno que le hiciera sospechar que «los bienes y servicios que percibió hubieran sido sufragados precisamente con cargo a las cuotas presuntamente debidas» a Hacienda y no con cargo al resto de ingresos lícitos (los que provenían de las cantidades que percibía el duque de Palma como consejero o asesor de diversas empresas privadas). La hija del Rey recordará que la creación de Aizoon en 2003 se produce después de la disolución de Namasté, otra sociedad «de carácter familiar», resaltará, «que compartía con su marido, que también ejercía de administrador, y en la que también figuraban sus hijos, y con la que no tuvieron problema alguno». Las fuentes consultadas coinciden en que, durante su comparecencia, la Infanta reiterará en sus contestaciones esas tres ideas que serán claves en su declaración, explicitadas por sus abogados en su escrito de alegaciones: «Estaba completamente al margen de la administración de la sociedad, carece de toda formación técnico-tributaria y confiaba plenamente en la gestión de su marido». Y aunque la Audiencia Provincial de Palma ya desvinculó a Doña Cristina de las actividades llevadas a cabo en el Instituto Nóos, la hija del Rey también será interrogada mañana en relación a esta asociación sin ánimo de lucro, según la cual la Fiscalía Urdangarín y Torres obtuvieron casi seis millones de euros de las Administraciones públicas valenciana y balear, y por lo que los dos ex socios hacen frente a una imputación por tráfico de influencias, prevaricación, fraude y malversación. Para sus abogados, no obstante, supone una «flagrante contradicción» sostener, como mantiene la Audiencia de Palma, que la Infanta desconocía cualquier posible actuación irregular en Nóos y, al mismo tiempo, supiese que las cantidades transferidas de esta asociación a Aizoon «tuvieran su origen en una actividad delictiva».
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