LA RAZÓN accede a las cartas entre la vicepresidenta Carmen Calvo y el Vaticano

Las epístolas de la polémica entre Carmen Calvo y el secretario de Estado de El Vaticano, el cardenal Parolin.

La autorización el prior es «necesaria»

La vicepresidenta Calvo reconoce que sin el permiso del prior Cantera, responsable de un «lugar de culto» como es la Basílica, no se puede proceder a la exhumación.

► Los «privilegios» de la familia

Moncloa argumenta que la decisión del prior «privilegia la voluntad de la familia» sobre la decisión del Gobierno olvidando que es la Justicia (concretamente el Supremo) quien tiene la última palabra sobre la polémica.

► Veladas amenazas con un «conflicto político»

El último párrafo de la misiva del Gobierno se hace un llamamiento a evitar un «conflicto jurídico y político» que el Ejecutivo socialista «no desea en absoluto».

► Todo está en manos de la justicia, no del Gobierno

El secretario de Estado Parolin recuerda que quien se tiene que pronunciar sobre la exhumación es el Supremo al existir un conflicto entre los intereses del Gobierno y los deseos de la familia.

► La Iglesia nunca se ha opuesto a una exhumación legal

Esta fue la frase filtrada interesadamente por Moncloa: efectivamente ni el Vaticano ni la Abadía se han opuesto nunca a una exhumación si ésta era ordenada «por la Autoridad competente», es decir, el Tribunal Supremo.

► «Solución consensuada»

Con exquisita finura pontificia, Parolin apunta a lo que debería haber sido, desde el principio la resolución del problema, es decir, «hallar una solución consensuada ante un tema tan sensible».