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LA RAZÓN reúne a los protagonistas, un año después del referéndum ilegal
Un año después del referéndum inconstitucional, este periódico reúne a protagonistas de aquella fatídica jornada en busca de soluciones para sellar la brecha social que sigue abierta
Un año después del referéndum inconstitucional, este periódico reúne a protagonistas de aquella fatídica jornada en busca de soluciones para sellar la brecha social que sigue abierta.
Albert Boadella: Actor y presidente de Tabarnia
Si Boadella tuviera que quedarse con algo de lo que ocurrió el 1-0 sería con la labor excepcional que realizaron los agentes de la Policía Nacional. «Lamentable hubo que recurrir a una fuerza, pero hay que subrayar que su trabajo fue extraordinario porque conseguir que entre los más de 900 independentistas que dicen que resultaron heridos, ningún fuera ingresado en un hospital es de récord Guinness. La actuación de la Policía fue muy profesional», asevera. Tras la celebración de la consulta ilegal y las escenas violentas que se vivieron en los puntos de votación, la jefatura de Policía de Vía Laietana se convirtió en uno de los puntos calientes. Los secesionistas radicales asediaron y acorralaron durante días a los agentes.
Teresa Feixes: Jurista
Para esta reconocida catedrática de Derecho Constitucional de la Universidad Autónoma de Barcelona, el 1-O «fue un ataque al Estado de Derecho y a la Democracia, porque ''Democracia'' no es votar por votar, sino hacerlo conforme a los procedimientos establecidos. Al igual que no se pueden hacer elecciones de cualquier manera, tampoco un referéndum». Por este motivo, asegura que aquel día lo vivió «con tristeza, con indignación, con tristeza... Además, temo que puedan volver a intentar un nuevo referéndum. La tendencia es que el secesionismo pierde lentamente apoyo social, pero el núcleo duro se ha radicalizado más. Los que no pensamos como ellos somos presionados y vilipendiados», lamenta.
Miquel Iceta: Primer secretario del PSC
El líder socialista de Cataluña confiesa que vivió el 1-O «con mucha tristeza, porque enseguida se comprobó que el dispositivo policial era un error. Por un lado, estábamos ante un acto ilegal sin validez y, sin embargo, las imágenes que trascendieron reflejaban un error político de primera magnitud por parte del Gobierno». Ahora, para Iceta la clave y la prioridad es el diálogo siempre dentro de la ley, «buscar un camino que refuerce el autogobierno que mejore la financiación y que asegure la convivencia entre los catalanes». Un compromiso de diálogo y pacto que siempre han tenido «los socialistas», dice, incluso «antes de que se hubiera planeado la moción de censura».
Inés Arrimadas: Presidenta de Ciudadanos en Cataluña y líder de la oposición
Ciudadanos, con Arrimadas al frente del barco, consiguió la victoria en los comicios de diciembre. Gran parte de su éxito recayó en mostrar sin vergüenza el sentimiento español que durante décadas permaneció «silenciado» en Cataluña. Miles de catalanes alzaron la voz sin complejos al verse respaldados por políticos como la líder de la formación naranja. Ahora, Arrimadas lamenta que la llegada de Pedro Sánchez haya sido «el balón de oxígeno que necesitaba el independentismo. Después de nuestra victoria, el 155, la falta de apoyo internacional... los secesionistas estaban hundidos y él los ha resucitado. Es un error garrafal», lamenta la política durante su encuentro con LA RAZÓN.
Xavier García Albiol: Presidente del Partido Popular de Cataluña
Albiol, que conoce bien la realidad que se vive a pie de calle en Cataluña, admite que el independentismo ha sabido utilizar muy bien instrumentos a favor de su ideología. «El 1-O es consecuencia de una estrategia muy bien diseñada por parte del Gobierno de la Generalitat con unos tentáculos que se han movido perfectamente en el ámbito de la educación y de la propia Administración. Ahora estamos pagando las consecuencias y lo que es más grave es que si el Estado, el aparato político-administrativo del país, no toma conciencia de lo que de verdad ocurre en Cataluña, temo que en diez o quince años las consecuencias pueden ser irreversibes y no habrá Artículo 155 que les pueda frenar», advierte.
Santi Vila: Ex conseller de Empresa y de Cultura del Gobierno de Puigdemont
Su voz siempre fue la de la moderación y apuró su empeño por un entendimiento con el Gobierno central hasta el último momento. Pero cuando los radicales de la Generalitat se impusieron no tuvo más remedio que echarse a un lado. Ahora, a la espera de juicio y tras haber pasado una noche en prisión, Vila ha regresado a la docencia. «El Gobierno de España tendría que haber optado por ningunear el 1-O como hizo con el 9-N. Lo que ocurrió el año pasado es impropio de una sociedad avanzada. Ni el conjunto de los españoles ni los catalanes nos lo merecíamos», reflexiona, al tiempo que reconoce que su salida de la política no es definitiva, «pero la coyuntura actual me obliga a permanecer a un lado», confiesa.
Pep Cruanyes: Vicepresidente de la ANC
Días antes de la convocatoria del referéndum, Cruanyes había salido del hospital tras una enfermedad bastante grave. «Llevaba una sonda y, aún así, a las siete de la mañana me levanté y fui al colegio electoral de al lado de casa. Voté y me quedé parte de la mañana, hasta que pude. Hubo total normalidad, siempre con el temor de que viniera la Policía porque llegaban noticias de otros centros donde se estaban produciendo cargas», explica a LA RAZÓN el dirigente de Asamblea Nacional Catalana. Su apuesta por el derecho a decidir sigue siendo primordial. «He participado en todas las elecciones desde el final franquismo y diría que el 1-O fue cuando observé más satisfacción en la gente que iba a votar».
Sabino Méndez: Músico, compositor y escritor
Para Méndez, «realizar un referéndum falso y sin garantías democráticas no arregla nada», como ya se ha podido comprobar a lo largo de este año. El compositor, además, no descarta que en el futuro se vuelvan a convocar consultas por parte del independentismo y también desconfía de la gestión que está llevando a cabo el presidente Pedro Sánchez y su acercamiento a los nacionalistas. «Ahora habla de un referéndum de autogobierno que no sé bien lo que significa realmente» reconoce. «Negar la parcialdad del 1-O es abandonar la senda democrática para arreglar los problemas. Seguir insistiendo en el error es continuar dividiendo a la población y difundir la pedagogía del odio».
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