Política

Caso Faisán

Las cintas de vídeo del Faisán también fueron manipuladas

La Razón
La RazónLa Razón

Al igual que ocurrió con las balizas de seguimiento del dueño del bar Faisán, al menos una de las cintas de vídeo que contienen la grabación efectuada por el sistema de vigilancia instalado frente al establecimiento de Irún (Guipúzcoa), también está manipulada. Es lo que se desprende del informe pericial aportado a petición de la defensa del comisario Enrique Pamiés, elaborado por Massimo Barone y César Serrano, y en el que se asegura que dicha manipulación se hizo «intencionadamente».

En concreto, el citado informe se refiere a dos cortes que se aprecian en la cinta 122, en la cual se recogían los movimientos en la puerta del bar entre las 19:32:47 horas del día 3 de mayo de 2006 y las 21:20:56 horas del día siguiente. El primero de ellos se produce a las 10:49:24 horas y concluye a las 10:52:10, es decir, el parón dura un total de 2 minutos y 46 segundos.

Del análisis efectuado por la Guardia Civil se verifica que en cuanto acaba el último fotograma de la imagen correspondiente a las 10:49:24, se observan en la parte magnética de la cinta los impulsos correspondientes a la pulsación de la tecla STOP, deteniéndose la grabación. Acto seguido alguien, «intencionadamente», accionó la tecla de avance rápido (FF) durante esos 2 minutos y 46 segundos para, inmediatamente, pulsar «deliberadamente» la tecla de grabación (REC) a las 10:52:10 horas, algo que queda demostrado pues en el primero de los fotogramas se comienza a grabar en blanco y negro al no estar aún sincronizado el color.

Esta misma secuencia de parada, avance y vuelta a la grabación se repite en esta cinta a las 11:11:12 horas aunque con una duración mucho menor: tan sólo 15 segundos.

Tras numerosos análisis y declaraciones de los agentes implicados en las grabaciones, los peritos concluyen que la citada manipulación no pudo hacerse en tiempo real, es decir, en el mismo momento en el que se grababan las imágenes. Para los expertos, esos cortes se llevaron a cabo tras un proceso de «copiado controlado», que consiste en grabar una cinta en otra a través de dos magnetoscopios con el objetivo de hacer un duplicado. El proceso sería el mismo: en un momento determinado alguien detiene la grabación y «para que no se aprecie la falta de información de vídeo que se quiere eliminar» se acciona la tecla de avance rápido hasta el punto deseado para volver a grabar, lo que «simularía un fallo de grabación».

Sin embargo, los peritos descartan cualquier fallo durante la grabación porque en la imagen no aparecen los mensajes habituales de fallo como «No video» o «Video loss».

Aunque en un primer momento los peritos aseguraban que la manipulación podría haberse llevado a cabo en tiempo real o después, el análisis les ha llevado a descartar la primera hipótesis, principalmente tras la información aportada por los agentes, que aseguraron que «no se detuvo la grabación en ningún momento» y que únicamente «se limitaron a cambiar la cinta del día anterior por la nueva y a partir de ahí nadie volvió a tocarla». Incluso, aseguraban que «si sucedía algún hecho notorio no se detenía la grabación, sino que se anotaba para al día siguiente revisar el vídeo».

Pero estos cortes descubiertos en una de las cintas no son el único problema con el que se encontraron tanto los agentes que vigilaban el bar como los propios peritos en relación a las cintas de vídeo. Y es que, «la cámara del sistema de vídeo vigilancia policial que enfoca a la entrada del bar está en numerosas ocasiones tapada» debido al constante paso y parada de vehículos, camiones, autobuses o furgonetas, impidiendo ver a intervalos quién entraba o salía del Faisán.

A ciegas 76 veces

En total, los expertos han contabilizado que entre las 11:00 horas y las 12:30 horas del día 4 de mayo de 2006 la entrada del establecimiento estuvo tapada en 76 ocasiones durante más de 4 segundos. Sólo en 25 minutos fueron 31 las veces en las que los agentes no podían saber quién accedía o salía de allí.

Con el objetivo de descubrir cuanta gente podría haber pasado en todas esas ocasiones, los peritos analizaron el tiempo que necesita una persona desde que se asoma a la puerta del bar hasta que sale del encuadre de la cámara en las condiciones de grabación habituales –tanto por una dirección como por otra–. Su conclusión: entre 4 y 5 segundos. Y en esas 76 veces en las que estaban «a ciegas», la entrada estuvo tapada desde 4 segundos hasta 36, lo que impidió que se registrara cualquier movimiento o acceso de personas al Faisán.

En las imágenes grabadas puede observarse perfectamente como toda la fachada principal del bar queda completamente tapada por los diferentes vehículos que pasan por la calle.