Juramento

Leonor, una chica normal para un deber excepcional

Felipe VI y la Reina Letizia han cuidado desde el principio y con sumo cuidado la educación de su primogénita

Los jefes de casas reales reinantes se reúnen todos los años, cada vez en un país distinto, para compartir los problemas comunes de la institución, exponer problemas y analizar soluciones. Para, en fin, intercambiar experiencias que puedan ser útiles a todos.

En una de esas convenciones se planteó la pregunta de cuál podía ser la principal amenaza que afrontaban las monarquías constitucionales. Y la conclusión a la que llegaron resultó muy chocante: el riesgo más grave son los príncipes y princesas.

El argumento se resumía así. Las Casas Reales han optado por ofrecer a sus hijos una educación «normal», en centros normales y con compañeros normales. Pero ocurre que los príncipes y princesas, dada su condición, procedencia y futuro, en realidad no son «normales». Además, aparte de distorsiones indeseadas en su formación, valores y comportamientos, puede ocurrir que un día el Heredero o la Heredera diga al Monarca: Papa, no quiero ser Rey, quiero ser médico, o abogado, o diplomático.

En el caso de Leonor de Borbón, Heredera del trono de España por nacimiento y por el juramento que preste ante las Cortes Generales el día 31, tal eventualidad parece que no existe. Lo dicen las personas que la conocen, quienes la han educado y quienes la tratan. Y, por si cupiera alguna duda, está ofreciendo pruebas de ello. Uno de los cometidos principales de un Rey o una Reina es preparar adecuadamente a la persona que le va a suceder, con el fin de que un día asuma con integridad sus obligaciones y las cumpla, de forma que su proceder asegure la continuidad de la Institución.

Felipe VI y la Reina Letizia han cuidado desde el principio la formación de sus hijas, empezando por lo que ven, escuchan y practican en su casa; siguiendo con la cuidadosa elección del colegio, Rosales; y, ahora, con el paso de las dos por el internado de Gales. A la vista de los resultados, puede decirse que el trabajo realizado hasta aquí por los Reyes con sus hijas ha sido eficaz. Basta repasar los comportamientos de Leonor y de Sofía desde que eran unas niñas. Y ahí están las escenas más recientes, con motivo de la entrega de los Premios Princesa de Asturias.

El guion, su padre

Para la formación del entonces príncipe Felipe hubo que improvisar, que inventar, porque nada estaba escrito respecto a una monarquía del siglo XX y en un espacio democrático y global. Y se acertó plenamente. Con la formación de Leonor, La Zarzuela lo ha tenido un poco más fácil porque ya contaba con un guion. Que es el que se está siguiendo casi a la letra, incluyendo su paso por las academias militares durante tres años. «Leonor está centrada y a gusto en Zaragoza», comentan en el Palacio de La Zarzuela, a propósito de este su primer año como alumna de la Academia General Militar. Y eso es algo que complace y tranquiliza a sus padres. En efecto, se les vio contentos el 7 de octubre, en el acto de jura de bandera. Emocionados y orgullosos. Los dos.

Formación militar

Cuando La Zarzuela anunció el plan de formación militar de Leonor, pactado en todos sus detalles con el Gobierno, y en concreto que se trataba de un programa de tres años, con el paso por todas las academias militares, llegó a publicarse que la Reina Letizia se había pronunciado en contra, por considerarlo un periodo excesivamente largo y en un ámbito profesional demasiado reducido. En Zarzuela responden, sin embargo, que la Reina se muestra totalmente a favor de esa decisión, de su oportunidad y conveniencia, también porque considera que la

Princesa tiene las capacidades para sacar adelante esos estudios y formación. Y le está dando todo su apoyo.

El día de la jura en Zaragoza, la Reina hizo un aparte con los periodistas que cubrieron el evento, para agradecerles su presencia, en un momento tan destacado en la vida de Leonor. Les contó que se hallaba perfectamente encajada en la Academia y contenta. «Le gusta todo», añadió. Todas las materias, todas las asignaturas, también las de contenido técnico, lo mismo que la educación física.

Cuando culmine la formación militar, se planteará la cuestión de qué carrera podrá, o deberá, cursar la Princesa. Personas que la conocen apuntan que ha mostrado una cierta tendencia a asignaturas técnicas, por ejemplo las ingenierías. Sin embargo, en el entorno de Zarzuela se sigue considerando que, dadas las atribuciones que la Constitución otorga al monarca, los estudios de Derecho resultan los más apropiados. Es la carrera que cursó su padre, y eso le ha resultado muy provechoso para afrontar incógnitas difíciles. Por ejemplo, cómo proceder a la hora de nominar candidato a la investidura cuando nadie tiene mayoría suficiente.

Terminada la carrera, Leonor afrontará tal vez un máster, como el que su padre cursó en Georgetown, del que salió con los conocimientos y preparación de un diplomático cualificado. Leonor fue la protagonista en la celebración última de la Fiesta Nacional, tanto durante el desfile en La Castellana como, después, en la recepción en el Palacio Real a los más de dos mil invitados. Con el pelo recogido y moño en la nuca, Leonor vestía uniforme de gala del Ejército de Tierra, tocada con la boina grancé de cadete de la Academia General Militar, y luciendo en la corbata el Toisón de Oro que el rey le entregó con motivo de su cincuenta cumpleaños.

La presencia de Leonor fue recibida con aplausos por las personas que seguían los actos en la calle, incluyendo vivas a su persona y algún grito de «guapa».Nada más llegar a la Plaza de Neptuno, acompañó a sus padres en el saludo a las autoridades, empezando por el presidente del Gobierno. Y aquí se produjo un fallo de Leonor. Como marcan las normas, el Rey se quitó el guante de la mano derecha para estrechar la mano a las autoridades; la Princesa no lo hizo, y les saludó tocada con su guante blanco. Su padre le llamó la atención poco después. En diversos momentos, se vio a Don Felipe pendiente de su hija, en el primer gran acto militar donde ella ha tenido protagonismo. Se apreció que, al comenzar los acordes del himno nacional, el Rey miraba de reojo a Leonor para comprobar que lo escuchaba en posición de firmes y con el saludo de la mano en la frente. Cuando se entonó el himno «La muerte no es el final», se vio a Don Felipe cantándolo, como suele ser acostumbrar, pero igualmente a Leonor, que ya lo entonó en público el día de la jura de bandera en Zaragoza.

[[H2:«Estoy muy contenta»]]

El 12 de octubre, la Princesa de Asturias se estrenó también en el besamanos en el Palacio Real, especialmente largo por la asistencia de más de dos mil invitados. Se mostró sonriente y relajada. No pocos de los invitados le dirigieron alguna palabra al estrechar su mano, en muchos casos de enhorabuena.

Varios compañeros de Leonor participaron en el besamanos. Su presencia sorprendió a la joven y, al saludar a los reyes, hubo sonrisas y carcajadas de la Familia Real que sirvieron para el cotilleo general y poner un poco de «salseo» en un acto solemne. Después, Doña Letizia fue «conduciendo» a su hija de un corrillo a otro, incluso llevándola con la mano en su espalda. El protagonismo de la conversación correspondió sobre todo a la reina, mientras la princesa escuchaba sonriente.

Un grupo de periodistas preguntó a Leonor detalles sobre la estancia en la Academia de Zaragoza, a lo que la princesa iba respondiendo «todo bien», «todo bien». Hasta que su madre recordó que también «había sido duro en algunos momentos»; y entonces Leonor aludió a la hora muy temprana en que tienen que levantarse cuando suena diana. A modo de resumen de los acontecimientos que estaba viviendo, y en concreto de su presencia en la Fiesta Nacional, la princesa comentó: «Estoy muy contenta».

Dado que, como establece la Constitución, la Corona de España es hereditaria en los sucesores de Juan Carlos I de Borbón como titular de la dinastía histórica, Letizia de Borbón y Ortiz es desde su nacimiento Princesa Heredera.Por eso mismo, ostenta desde la cuna la dignidad de Princesa de Asturias, y los otros títulos tradicionales: Princesa de Gerona, Princesa de Viana, duquesa de Montblanc, condesa de Cervera y señora de Balaguer.

Sin embargo, su condición institucional de Heredera se consolidará y confirmará cuando preste el juramento de acatamiento de la Constitución y de lealtad al rey. De alguna manera «cambia» su situación institucional, y adquiere un nuevo protagonismo. Por ejemplo, a partir de ese momento estará legalmente en condiciones de ocupar automáticamente el trono en caso de que falte su padre, sin el intermedio de una regencia que hasta ahora habría correspondido a su madre, la reina Letizia. La ceremonia de jura de la Constitución está, una vez más, presidida por el deseo de continuidad respecto a lo que protagonizó su padre, hace 37 años. El artículo 61 de la Constitución establece que el Príncipe Heredero, «al alcanzar la mayoría de edad», prestará el juramento de la Carta Magna, así como el de fidelidad al rey. Felipe de Borbón vivió ese acto el 30 de enero de 1986.

El día antes, se dirigió por vez primera a los españoles, a través de un vídeo, en el que dijo: «Pido a todos que me presten su aliento para ayudarme a ser digno heredero de la Corona de España». En las imágenes, apareció vestido con el uniforme de cadete, puesto que era alumno de la Academia General, al igual que ahora lo es Leonor. Sin embargo, al día siguiente, Felipe prestó juramento con traje civil, con chaqué, en lugar del uniforme militar, por imposición del presidente del Congreso, Gregorio Peces Barba, quien también impuso que en el acto solamente hablaría él. No pudo hacerlo el presidente del Gobierno, Felipe González.

Leonor de Borbón, una futura reina “prudente, concienzuda y con sentido del humor”
Leonor de Borbón, una futura reina “prudente, concienzuda y con sentido del humor”Javier CebolladaAgencia EFE

Ante un ejemplar de la Constitución que es el mismo que se utilizó en la jura de su padre como heredero y en la proclamación como rey, el 31 de octubre, Leonor, de pie, en voz alta, pronunciará las siguientes palabras: «Juro desempeñar fielmente mis funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las Leyes, respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas y fidelidad al Rey».

Estará presente la Familia Real, incluyendo la Infanta Sofía, que en esas fechas disfrutará de un periodo vacacional en el colegio de Gales, pero no Don Juan Carlos. Había mostrado interés por asistir, recordando que su padre, Don Juan de Borbón, se encontraba en las Cortes cuando el Príncipe Felipe acató la Carta Magna, pero se ha optado por la ausencia, para que la persona del Rey emérito no quite protagonismo a Leonor, en un día tan importante para ella y para el país en su conjunto.

El protocolo de la jura de la Constitución marca que las damas acudan vestidas con traje largo, y esa será la indumentaria que luzca la princesa Leonor, lo mismo que la Reina Letizia y la Infanta Sofía. Fuentes de la Casa del Rey explican que se tratará de un acto «austero», ateniéndose estrictamente al protocolo conocido.

Al igual que hace 37 años, tras la jura, Leonor recibirá en el Palacio Real, de manos de su padre, el Collar de la Orden de Carlos III, la más alta condecoración civil, con la que se premian los servicios al Estado. Estarán presentes las representaciones de la Cortes, del Gobierno y las altas autoridades del país.

Según el programa diseñado, tras recibir el Collar de Carlos III, Leonor pronunciará unas palabras, al igual que en su día hizo su padre en esa misma ocasión. Entre otras cosas, Don Felipe agradeció el respaldo del Gobierno, entonces presidido por Felipe González.

Máxima relevancia

Igual que su padre, Leonor cumplimentará la jura de la Constitución con un Gobierno socialista; con Felipe González el primero, con Pedro Sánchez la segunda. Según ha trascendido, el Gobierno otorga máxima relevancia a la jura de la Princesa para «garantizar la continuidad de la monarquía». Lo expresó el ministro de Presidencia en funciones, Félix Bolaños, quien alabó a la Monarquía por su «capacidad de adaptarse a los tiempos». Ese día «se mostrará la fortaleza de la democracia y la continuidad de la Corona. Será una ceremonia que demuestre que nuestra Constitución es capaz de integrar a todas las visiones».

«No se nos escapa a nadie –afirmó el ministro– la enorme carga simbólica de este juramento. También hay una dimensión jurídica. Este juramento es imprescindible, porque con el juramento se simboliza que tiene la intención de ser la Heredera». Evidentemente, Leonor «tiene la intención» de ser la Heredera.

En el marco de las celebraciones con motivo de la mayoría de edad de Leonor y la jura, don Felipe ha promovido una fiesta familiar que se desarrollará en el Palacio de El Pardo, a la que asistirá toda la Familia Real y la del Rey. Por supuesto, han sido invitadas las Infantas Elena y Cristina, sus hijos, y otros miembros de la familia en sentido amplio, incluyendo la de la Reina Letizia. Habrá ausencias, pero al ser un acto privado nada es oficial. Victoria Federica, por ejemplo, ha anunciado que no tiene intención de estar presente en la celebración. Incógnitas. También ha sido invitado Don Juan Carlos, y se da como segura su presencia, en una fiesta que conmemora un hecho trascendental para la dinastía: la jura de la Constitución por la Heredera.

Con motivo del acto de acatamiento de la Constitución y de la mayoría de edad de la princesa, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre-Real Casa de la Moneda pondrá en circulación una moneda de colección de 40 euros dedicada a Leonor, de plata, y de la que se producirán un millón de piezas.En el caso de Felipe de Borbón, también se editó una moneda conmemorativa con el mismo motivo.

Y, coincidiendo con el momento en que juraba la Carta Magna, entonces repicaron las campanas de la Catedral de Oviedo. Del mismo modo, aquel día muchos madrileños salieron a la calle para ver el cortejo que discurrió desde la Carrera de San Jerónimo al Palacio Real.

Antonio Gala escribió que la verdadera Transición española sería la sucesión de Don Juan Carlos. Pero quizá haya que trasladarlo a la sucesión del actual Rey. Porque el desafío final para Don Felipe es dejar paso expedito a su hija, es decir, que su primogénita se convierta en Leonor I, Reina de España en el siglo XXI. Cuando don Felipe cumpla 80 años, o sea, en 2048, Leonor tendrá 43 años, en plena madurez para hacerse cargo del Trono. De aquí a entonces, habrá cubierto las etapas de formación citadas.

Hace dos años, en junio de 2021, una encuesta de Metroscopia reflejó que una amplia mayoría, el 79% de los españoles, valoraba positivamente los siete años de reinado de Felipe y su labor en defensa de la democracia. El 89% contestó que está «bien preparado y capacitado para el cargo que desempeña» y el 78% afirmó que es una figura que «inspira confianza». La encuesta preguntó por su actuación en relación con los negocios de su padre, Don Juan Carlos, y el 66% opinó que había sido «acertada». Sobre la Reina Letizia, el 65% aprobaba su actuación. A propósito de Leonor, el 83% consideró que estará «suficientemente preparada para desempeñar las funciones de jefe del Estado», y un 65% opinó que llegará a reinar, frente a un 27% que cree que no.

Además de España, tres casas reales europeas tienen a una mujer como Heredera del trono. Las reinas del siglo XXI. En Bélgica, Isabel, duquesa de Brabante, de 21 años, cursó, como Leonor, estudios en el UWC Atlantic College de Gales, y formó parte de la Academia Militar de su país durante un curso. Actualmente, estudia historia y política en Oxford. Catalina Amalia, princesa de Orange, de 19 años, es la Heredera en los Países Bajos. Estudia en la Universidad de Ámsterdam un grado interdisciplinario de tres años, que incluye Ciencias Políticas, Psicología, Derecho y Economía. En Suecia, la heredera es la princesa Victoria, de 46 años. Cursó estudios de Ciencias Políticas e Historia en la Universidad de Yale, está casada y tiene dos hijos. En 2003 realizó, durante tres semanas, prácticas con el ejército sueco.

Leonor, su imagen y ejecutoria, empiezan a «aportar» a la Corona, que tiene como desafío, entre otros, mejorar en cercanía y vinculación con los españoles. Y, singularmente, ganarse a las nuevas generaciones. Las de Leonor, precisamente. La princesa está «llegando» a la gente, a los españoles de a pie, que destacan y elogian la compostura, marcialidad y hasta elegancia de la Heredera, a la que, de entrada, el uniforme le sienta muy bien. La jura de bandera, la Fiesta Nacional, la entrega de los Premios Princesa de Asturias, han ofrecido momentos, escenas e imágenes repetidas en los grandes medios de comunicación, televisiones, diarios, digitales y redes, que ya contribuyen a esa necesidad de cercanía y arraigo popular que precisa la monarquía.Eso va a aportar cada vez con más intensidad Leonor. Algo parecido ocurrirá con su hermana, la infanta Sofía.

Era el 19 de junio de 2014. Se había producido la abdicación de don Juan Carlos, y Felipe de Borbón acudía al Palacio de las Cortes para su proclamación como nuevo rey. Llegó acompañado de la reina Letizia y de sus dos hijas. La figura y comportamiento de Leonor y Sofía impactaron en el público que esperaba en la calle, pero también en no pocos parlamentarios. Uno de ellos, un diputado nacionalista catalán comentó: «Estas dos niñas hacen más por la monarquía que muchos Borbones y todos los Habsburgos».