PSOE
Los barones no dejarán que Sánchez fuerce otras elecciones: «Es un suicidio»
Les preocupa que Ferraz vea cada vez con mayor normalidad que se puedan repetir los comicios si fracasa Rajoy
Les preocupa que Ferraz vea cada vez con mayor normalidad que se puedan repetir los comicios si fracasa Rajoy
El bloqueo en el que se ha instalado la dirección del PSOE con su negativa taxativa a favorecer por ahora la investidura de Mariano Rajoy y que sostendrá –hasta las últimas consecuencias– en su encuentro con el Rey el próximo jueves comienza a generar cierta inquietud en algunos círculos del partido, que abogan abiertamente por permitir que gobierne la lista más votada para atajar el periodo de incertidumbre e inestabilidad que impera en España desde hace nueve meses. Una realidad que no se circunscribe únicamente a la vieja guardia ni a esos seis ex ministros que firmaban un manifiesto para que se deje gobernar al PP. Desde sectores en activo del partido se mira con recelos la estudiada actitud de indefinición que ha adoptado el líder del PSOE que, en su escasa exposición pública, ha dejado abiertos todos los escenarios: incluida la repetición electoral y una eventual candidatura alternativa a Rajoy si éste fracasa en su intento de ser investido. En Ferraz «a día de hoy» lo único que se garantiza es un «no» rotundo al candidato popular en las dos votaciones de su investidura, si decide presentarse a principios de agosto.
Fuera del radio de influencia de la dirección federal, el prisma con el que se observan los acontecimientos es muy distinto. Los dirigentes territoriales de mayor peso dentro del partido no contemplan ninguna de las dos vías que el secretario general evita desechar. Esto es, ni repetición electoral ni candidatura alternativa. Según confirman a LA RAZÓN, provocar unas terceras elecciones es «el único escenario descartable» para el PSOE, pues consideran que una eventual repetición de los comicios sólo podría favorecer al PP, que aumentaría su «diferencial» con respecto a los socialistas. «Si hay unas elecciones estaremos empedrando el camino para una mayoría absoluta del PP», advertía el presidente asturiano, Javier Fernández, en el Comité Federal. Sin embargo, en Ferraz no ven con malos ojos una nueva convocatoria electoral, pues existe la convicción de que el PSOE ya ha tocado suelo y que sólo podría mejorar sus resultados. Pese a estas previsiones halagüeñas que maneja la dirección, que permitirían a Sánchez posponer de nuevo el congreso del partido y permanecer en la dirección unos meses más sin oposición interna, en las federaciones más poderosas consideran que «sería un suicidio» volver a las urnas. A pesar de que existe una profunda preocupación por el estado de las siglas y la deriva a la que las está sometiendo Sánchez, desde los territorios se aprecia con «lejanía» y cierta «comodidad» que sea el secretario general quien tome las riendas del devenir del partido en una situación tan controvertida como permitir o no que gobierne el PP. «Ahora no puede eludir su responsabilidad», apunta un máximo dirigente, que delega la «papeleta» de la abstención en el líder del partido, con la certeza de que esa decisión le pasará factura con la militancia en el futuro congreso del PSOE, pues corresponde a las bases elegir en primarias al próximo secretario general. En el margen de maniobra que se le da a Sánchez existen unos límites prefijados, además de para impedir unas terceras elecciones, los barones se reservan el derecho de intervenir en caso de que el líder socialista se plantee de nuevo formar gobierno, en caso de que Rajoy no lo consiga. «Intentar la investidura es una insensatez, porque no dan los números», destaca un dirigente que confía en que el Rey no propondría a Sánchez ante la imposibilidad de articular una mayoría con Podemos y Ciudadanos. Es más, el propio Pablo Iglesias, después de la votación para la Mesa del Congreso, ya reconoce abiertamente que la alternativa de izquierdas es inviable y que Sánchez tendrá que elegir entre hacer presidente a Rajoy o llevar a España a unas terceras elecciones. Más vehemente se muestra otro dirigente que toma la palabra que Sánchez dio en el Comité Federal a los barones. «Defendió su oposición a Rajoy y, por ende, su voluntad exclusiva de estar en la oposición. Si está pensando en intentar la investidura nos lo está ocultando deliberadamente a militancia y dirigentes», señala airado. También en el pasado Comité Federal presidentes como el aragonés Javier Lambán defendieron ocupar el lugar que los españoles les habían marcado en la oposición, por sentido común. «De este parlamento que ha salido de las elecciones, sólo es posible un gobierno liderado por el Partido Popular. No tenemos ninguna opción de liderar en este momento un gobierno de España», reclamó.
De momento, los territorios prefieren no interferir en la postura que Sánchez defenderá ante el Rey el jueves. «Pedro ha dicho que llevará el ‘no’, no hay más que comentar», señalan y vuelven a mirar a la «vía 179» que se inauguró en la votación de la Mesa del Congreso –donde el PP obtuvo diez votos extra de los nacionalistas– para que Rajoy la «apuntale» en la ronda de consultas. En el PSOE, a pesar de frenar el «sorpasso» todavía se mira por el retrovisor a Unidos Podemos; saben que si se pliegan a una abstención demasiado pronto, ésta será utilizada por Iglesias para hacerles la oposición desde la izquierda y ganar terreno en este espectro ideológico. «No podemos favorecer la abstención hasta que esté totalmente agotada la vía de izquierdas, esto es, que Iglesias nos vuelva a negar un gobierno», reconoce un dirigente. Es, por tanto, improbable que el PSOE se mueva del «no» en esta primera investidura a principios de agosto, si llega a celebrarse, y la abstención de la que todos hablan se tendrá que forzar más adelante, cuando Ciudadanos vire al «sí» o la imposibilidad de articular una alternativa de izquierdas obligue a los socialistas a favorecer la gobernabilidad para evitar las elecciones.
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