Política

Barcelona

Los niños de Paco

El portero del edificio donde se crió Juan Manuel Moreno destaca su carácter participativo

Del pueblo de Jornaleros... Ayuntamiento de Alhaurín el Grande, de donde eran y trabajaban la tierra los cuatro abuelos del candidato
Del pueblo de Jornaleros... Ayuntamiento de Alhaurín el Grande, de donde eran y trabajaban la tierra los cuatro abuelos del candidatolarazon

El portero del edificio donde se crió Juan Manuel Moreno destaca su carácter participativo

El hombre elegido por el Partido Popular andaluz para convertir en mayoría suficiente para gobernar el pírrico triunfo electoral de Javier Arenas en las elecciones autonómicas de 2012 es Juan Manuel Moreno Bonilla, Juanma para todo el que se haya cruzado alguna vez con este político afable y sobre el que resulta imposible escuchar un reproche. Antes de su nombramiento, el próximo 2 de marzo, renunciará a su cargo de secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad que desempeña desde 2011 a las órdenes de Ana Mato. Carmen, una antigua compañera en la sede malagueña de Nuevas Generaciones, asegura que «su simpatía te hace ver claro quién ha sido su mentor», es decir, su antecesor como cartel electoral del PP en Andalucía, del que «ha heredado su don de gentes».

Sin embargo, la biografía de Moreno Bonilla es decisiva para entender por qué el PP ha visto en él a la persona capaz de penetrar en los votantes de la Andalucía rural, búnker socialista que mantiene la Junta en manos del bipartito de izquierdas pese a que los populares gobiernan con confortables mayorías absolutas las alcaldías de las ocho capitales de provincia y otros núcleos urbanos importantes como Marbella o Jerez de la Frontera. «La poderosísima maquinaria de propaganda del PSOE se encarga de sacar a la luz de forma recurrente una foto de Javier Arenas, bronceadísimo en pleno invierno, con un limpiabotas postrado a sus pies lustrándole los zapatos en un hotel de lujo de Madrid. Esa imagen de señorito te entierra electoralmente en muchas comarcas andaluzas», cuenta una experta en marketing político. «Juan Manuel Moreno encarna justo lo contrario». Los cuatro abuelos del candidato popular a la presidencia de la Junta, a buen seguro antes de 2016 porque Susana Díaz acortará la legislatura para buscar en las urnas la legitimidad de la que carece a causa de su nombramiento por cooptación, son naturales de Alhaurín el Grande, un pueblo agrícola del Valle del Guadalhorce. «Trabajaban en el campo, como casi todo el mundo entonces, recogiendo la fruta y la verdura de aquí, que es muy renombrada». El relato, brumoso como sus recuerdos, lo facilita una anciana llamada Maribel. Su convecina Teresa, adscrita al servicio de prensa del ayuntamiento, es más precisa: «Juanma es una persona muy querida en Alhaurín porque aquí encuentra sus raíces familiares. Viene muy a menudo, tanto en las fechas señaladas del pueblo como a actos del partido, y se queda en una casita en medio de una parcela con árboles frutales que se hicieron sus padres cuando, al volver de Barcelona, se instalaron en Málaga». En los últimos meses, el secretario de Estado apenas si se ha asomado por el pueblo, ya que pasaba cuantas horas le eran posibles en su casa de la infancia visitando a su padre, enfermo y finalmente fallecido a mediados de enero.

Los progenitores del candidato, recién casados, emigraron a finales de los sesenta a Barcelona, donde nacieron la primogénita, Lola, y el único varón de la familia, Juanma. Cuando vino al mundo la hermana pequeña, Cristina, la familia Moreno Bonilla ya se había instalado en el barrio de Carranque, pura clase media en el corazón de Málaga donde el padre montó una droguería en los bajos del mismo edificio donde aún vive su viuda y anteayer se anunciaba su misa funeral, en la cercana iglesia de la Amargura. Paco, el portero de la finca desde hace veintinueve años, confirma que «el local sigue perteneciendo a la familia», si bien está segregado en dos partes donde hoy se ubican sendas tiendas de conveniencia. «En este edificio vivían Juanma, Fran y Mariví; y Elías, que también es del barrio, estaba siempre enredando con ellos. Yo digo que son mis niños porque eran chavales buenísimos, que siempre ayudaban y participaban en todas las actividades de la comunidad. Ni siquiera eran traviesos y ahora que son gente importante, saludan y hablan con todo el mundo igual que cuando tenían quince años».

Los nombrados con diminutivos por Paco son, además de Moreno Bonilla, Elías Bendodo, Francisco Oblaré y María Victoria Romero, los tres compañeros que se conjuraron con Juanma para auparlo desde Nuevas Generaciones de Málaga hasta la presidencia nacional del organismo juvenil del PP. Son sus amigos de la infancia que ahora, desde la presidencia y la vicepresidencia de la Diputación provincial los unos, y desde la tenencia de alcaldía de la capital la otra, se van a constituir en el núcleo de confianza del próximo rival en las urnas de Susana Díaz. «Estoy seguro de que le va a ir bien porque es una persona que transmite confianza. Y si a él le va bien, va a hacer que a todos los andaluces nos vaya bien». No es el vaticinio de ningún politólogo, sino el del portero que ha visto crecer al hombre llamado a encarnar un cambio histórico en Andalucía.