Operación Púnica

Los «papeles de Granados»

La investigación de la «trama Púnica» busca los documentos que permitirían al ex consejero disponer de las cuentas de su socio Marjaliza para apuntalar el cohecho

El ex consejero Francisco Granados, tras su detención el pasado octubre en la «operación Púnica»
El ex consejero Francisco Granados, tras su detención el pasado octubre en la «operación Púnica»larazon

La investigación de la «trama Púnica» busca los documentos que permitirían al ex consejero disponer de las cuentas de su socio Marjaliza para apuntalar el cohecho

«Era un matrimonio de negocios». Y muy bien avenido, habría que añadir. Seis meses después de la detención de Francisco Granados y David Marjaliza en la «operación Púnica», la investigación de la supuesta trama corrupta ya ha permitido hallar indicios suficientes de que entre el ex consejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid y su amigo de la infancia había un escrupuloso reparto de papeles. «Uno daba la cara con sus empresas y el otro utilizaba su influencia política para beneficiarle», aseguran fuentes de la investigación. «Pero la pasta era de los dos», rematan sin sombra de duda.

La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil rastrea ahora en paraísos fiscales la pista de las comisiones generadas por los 250 millones de euros que, se calcula, contrataron las empresas de la trama con los ayuntamientos bajo sospecha con el municipio madrileño de Valdemoro, del que Granados fue alcalde, como epicentro.

Los testimonios que avalan la existencia de ese «matrimonio» de intereses que unía supuestamente a Granados y Marjaliza se acrecientan a medida que se suceden los testimonios en la instrucción de la causa, dirigida por el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco. El último, el pasado viernes, cuando un testigo corroboró al magistrado que en Valdemoro era vox pópuli que «todos los negocios inmobiliarios se adjudicaban a los amigos de Granados», confirmaron fuentes jurídicas. El nombre de Marjaliza, ineludiblemente, salió a relucir de nuevo.

Un poder «fantasma»

Pero los responsables de la investigación se afanan ahora en apuntalar los indicios de cohecho, uno de los delitos que imputa el juez Velasco a Granados. El que castiga a la autoridad o funcionario que «recibiere o solicitare, por sí o por persona interpuesta, dádiva, favor o retribución de cualquier clase o aceptare ofrecimiento o promesa para realizar en el ejercicio de su cargo un acto contrario a los deberes inherentes al mismo» (artículo 419 del Código Penal).

Por eso, demostrar que el dinero que ocultó Marjaliza en cuentas en el extranjero (en Suiza, Costa Rica, Singapur y otros paraísos fiscales pendientes de localización) llegaba también a manos de Granados, o que el ex secretario general del PP madrileño podía disponer del mismo, es la clave de bóveda para poder sustentar una acusación por cohecho, insisten las fuentes jurídicas consultadas. Porque los responsables de la investigación sospechan que, aunque era el empresario o sus «empresas fantasma» los titulares de esas cuentas, detrás de las mismas estaba también el ex consejero.

«¿Qué pasa si le hubiese ocurrido algo a Marjaliza? ¿Cómo habría podido disponer entonces Granados del dinero?», se preguntan. La respuesta, apuntan, podría encontrarse (como ha sucedido, recuerdan, en otros casos de corrupción) en algún tipo de documento firmado entre ambos que permitiese a Granados disponer de esas cantidades. «Podría ser un poder o un documento privado, pero hasta ahora no se ha encontrado nada» en los efectos intervenidos.

Sin esos papeles, los «papeles de Granados», o se prueba que la presunta ruta del blanqueo del dinero procedente de las comisiones (Marjaliza llegó a acumular 9,8 millones en cuentas suizas entre 2003 y 2011, que regularizó el año pasado con Hacienda) terminaba en Granados o la acusación por cohecho estará a expensas de una confesión del empresario, actualmente en prisión provisional, al igual que su ex socio.

Un revés para Marjaliza

Los investigadores todavía confían en que Marjaliza acabe confesando y que aporte información relevante para la instrucción a cambio de una rebaja en su condena. De hecho, recuerdan las fuentes consultadas, el empresario se vino abajo cuando los agentes encontraron obras de arte (con las que supuestamente blanqueaba las comisiones de la «trama Púnica») en un local situado debajo de la casa de sus padres en Valdemoro y en la caja de seguridad de un banco suizo.

Colabore o no el socio del ex consejero madrileño, las investigaciones continúan adelante, desentrañando nuevas ramificaciones de la «trama Púnica». El sumario supera ya los 100.000 folios. «Cuanto más se investiga, más sale», desvelan.