Hastío

Malestar en el PSOE y sus socios por el avance del «caso Begoña Gómez»

Comienzan a surgir dudas y fisuras por la gestión que está haciendo el partido de la polémica

Begoña Gómez comparecerá hoy en los juzgados de Plaza Castilla y en el PSOE y en Moncloa ven esta declaración como un punto de inflexión para dar carpetazo a la causa judicial de la mujer del presidente del Gobierno. Este caso está haciendo mella en el partido. Son ya tres meses de desgaste, en un asunto que irremediablemente está marcando la agenda de la formación y del Ejecutivo, obligándoles a reaccionar a diario sin contar con explicaciones suficientes y solventes para hacer frente a los interrogantes que se van planteando. Algo ha cambiado. Lo que en un inicio se descalificó como una «denuncia falsa» apoyada en «recortes de prensa» ha ido escalando y tomando diferentes derivadas, entre las reuniones en Moncloa con el empresario Barrabés o la entrada en juego de la Universidad Complutense, que denuncia la falta de colaboración de Gómez en la investigación por «apropiación indebida» del «software» de su máster.

Esta escalada está generando ya malestar entre cuadros del propio PSOE y socios del Gobierno de coalición que demandan una respuesta coordinada y más allá del «no hay nada» que se repite sistemáticamente por los portavoces oficiales. Ya no es solo la andanada interesada de una «organización ultraderechista» para desestabilizar al Ejecutivo, que, en un primer momento, generó comprensión e incluso se utilizó en campaña electoral para victimizar al presidente y a su esposa para tratar de restar así el coste político que podía llegar a generar en las europeas. A medida que van surgiendo nuevas informaciones también crecen las dudas dentro del partido sobre la gestión que se está haciendo del caso. Por un lado, hay dirigentes que demandan más contundencia en los argumentos para evitar que se imponga el relato de las acusaciones particulares. Ferraz ya está trabajando en eso. Por otro, hay voces socialistas que prefieren que esta defensa no sea haga desde los altavoces del PSOE, sino que sea el abogado de Gómez quien tenga una actitud más proactiva, porque no se sienten cómodos al verse implicados en la polémica. «Nosotros no tenemos que ejercer su defensa», dicen.

En paralelo, el hastío que existe en el partido, con una cuestión que ya se dilata demasiado tiempo, se ha extendido a los socios del Gobierno, que comienzan a romper el tabú de referirse a esta cuestión. Si en un inicio se percibió como un intento obsceno de atacar al Gobierno y no se le dio ningún crédito, ya comienza a generalizarse la percepción de que más allá del reproche penal existe un reproche ético en la actuación de la mujer del presidente. A este runrún le ha puesto voz el portavoz del PNV, Aitor Esteban. «Señor presidente, le voy a ser muy sincero, a mí lo que me sorprende es que nadie diga que hay cosas simplemente que no se deben hacer, no porque las prohíba la ley, sino que no se deben hacer; que nadie hable de ética y estética en vez de ordenamiento jurídico», le espetó el portavoz del PNV a Sánchez en sede parlamentaria durante el debate del miércoles.

Esto supone un salto cualitativo, respecto a la actitud que habían mantenido hasta ahora los aliados del Ejecutivo, que habían cerrado filas con el presidente –durante los cinco días de reflexión–, sin dar pábulo a las informaciones o, directamente descalificándolas con ataques al juez Juan Carlos Peinado. En Ferraz preocupa ahora que se generen fisuras tanto dentro del partido como en la argamasa de la mayoría de la investidura. Por ello, buscarán rearmarse para hacer frente también a la ofensiva que anticipan por parte del PP, Alberto Núñez Feijóo recuperó ayer la decisión de llamar a Pedro Sánchez a la comisión de investigación en el Senado. Está por ver si finalmente los populares deciden también llamar a Begoña Gómez. Pero en todo caso, donde se la juega la mujer del presidente es hoy en los juzgados.