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Manifiesto contra la impunidad de ETA y una política penitenciaria «sin atajos»

La presidenta del Covite, Consuelo Ordóñez (4d, detrás), junto a otros miembros, durante la presentación del "Manifiesto de la dignidad".
La presidenta del Covite, Consuelo Ordóñez (4d, detrás), junto a otros miembros, durante la presentación del "Manifiesto de la dignidad".larazon

Víctimas del terrorismo e intelectuales han suscrito hoy un manifiesto, que han abierto a la sociedad para unirse contra la impunidad de ETA, exigir una política penitenciaria con los etarras "sin atajos"y lograr un final de la organización basado en la dignidad.

Víctimas del terrorismo e intelectuales han suscrito hoy un manifiesto, que han abierto a la sociedad para unirse contra la impunidad de ETA, exigir una política penitenciaria con los reclusos de la banda "sin atajos"y lograr un final de la organización basado en la dignidad.

Ha sido el colectivo de víctimas del terrorismo de Euskadi, Covite, quien ha tomado esta iniciativa, que ha puesto el broche final a unas jornadas de tres días de debate sobre "El fin de ETA y la recuperación de la dignidad y la libertad en el País Vasco: temas pendientes".

Son ya algunas decenas de asociaciones e intelectuales los que han suscrito este manifiesto, al que pueden adherirse los ciudadanos a través de la página web www.manifiestodignidad.com, desarrollada en castellano y en inglés.

Asociaciones de víctimas de Italia y Francia y de comunidades como Cataluña, Extremadura, Canarias y Murcia; el filósofo Fernando Savater, la académica Carmen Iglesias, el escritor Jon Juaristi, el teólogo y sociólogo Joseba Arregi, el escritor y director de cine Jorge Martínez Reverte o la viuda del disidente cubano Oswaldo Payá, Ofelia Acevedo, son algunos de los que suscriben el texto.

La presidenta de Covite, Consuelo Ordóñez, ha presentado esta iniciativa, que ante todo quiere ser un "no"al proyecto político de ETA y a un terrorismo que, según los firmantes, tiene "causas políticas": la imposición de unos objetivos políticos nacionalistas.

Y en ese "no"a ETA, el manifiesto hace hincapié en la necesidad de que la derrota de la banda sea gestionada desde los principios que inspiran el Estado de derecho.

Pero sobre todo insiste en que el Estado, el Gobierno y los partidos políticos eviten la "impunidad política, histórica y moral derivada de la presencia en las instituciones democráticas de formaciones que no condenan los asesinatos de sus conciudadanos.

"No a la banalización"es el segundo de los epígrafes de este manifiesto, que advierte del peligro de "descontextualizar y de asumir progresivamente la perspectiva de las palabras del mundo de ETA", porque puede llevar a la "relativización de los grandes principios democráticos y a una situación de decadencia de los mismos".

De este modo, el manifiesto quiere dejar claro que los presos de ETA no son prisioneros políticos, sino "terroristas que han asesinado y perseguido por una motivación política totalitaria y etnicista".

Como ha reiterado Covite en estas jornadas, las víctimas, que han criticado la dejación del Estado de derecho para hacer justicia, consideran imprescindible la reparación judicial e ineludible que se establezca como prioridad la resolución de los crímenes no enjuiciados.

"Incluso si éstos han prescrito -apunta el manifiesto-, el Estado de derecho debe trabajar por su resolución para que el derecho a la verdad de las víctimas y de la sociedad no sea vulnerado".

En política penitenciaria, los firmantes expresan su deseo de que ésta no se convierta en "una política de gracia"y aseguran que la excarcelación anticipada de presos sentenciados, "enmascarándola en una aplicación tramposa de la ley, supone una forma de impunidad".

También en relación con los presos de ETA, víctimas e intelectuales califican de "fraude"la firma interesada por parte de los reclusos de peticiones de perdón, el reconocimiento del daño causado o la asunción del pago de las indemnizaciones, porque lo hacen "a cambio de una recompensa".

Más bien, dice el manifiesto, lo que los presos deben hacer es colaborar con las autoridades para el esclarecimiento de los crímenes sin resolver.

"Los ciudadanos -concluye el texto- no han de perder la brújula moral ni política, ni sobre ETA, ni sobre el Estado de derecho. Un final basado en la dignidad es aquel que se construye sobre la Verdad, la Memoria y la Justicia".