Operación Púnica
Marjaliza cobró 40 millones de Valdemoro sólo con una empresa
El «líder de la trama» rebajó más de 100.000 euros a los cuñados de Granados en la compra de una casa
Las relaciones entre David Marjaliza y Francisco Granados iban mucho más allá de una mera amistad. Si algo deja claro el sumario de la «operación Púnica» es que el segundo de ellos, ex consejero de Presidencia y ex alcalde de Valdemoro, ejercía sus influencias políticas que repercutían posteriormente en adjudicaciones de contratos públicos a las sociedades que conformaban la red empresarial del considerado «líder» de esa trama. Los beneficios eran mutuos, puesto que Granados también obtuvo pingües beneficios por sus «trabajos». Así, por ejemplo, en el último trimestre de 2007 Granados vendió a la Sociedad Servicios Logísticos Inmobiliarios, de David Marjaliza, una parcela en la localidad de Valdemoro con un sobreprecio del 40 por ciento del valor de mercado, es decir, «superaría los 400.000 euros en proporción al precio de venta por una parcela similar» en esas fechas. Sin embargo, se da la curiosa circunstancia de que en marzo de 2009 dos cuñados de Granados compraron en esa misma localidad a una constructora del considerado «cerebro» de la «Púnica» una vivienda por 350.000 euros, cuando la tasación del préstamo hipotecario la valoró en 476.000 euros, «lo que parece indicar que habrían obtenido una rebaja en la compra de la vivienda por importe de 125.000 euros», lo que originó que iniciaran diligencias para intentar determinar los motivos que llevaran a tan generosa rebaja en esa adquisición.
Pese a que la red de Marjaliza se extendía por no pocos municipios madrileños, uno de los epicentros se encontraba en Valdemoro, donde una de las empresas de Marjaliza, en concreto, Obrum Urbanismo y Construcciones, dedicada a construcción de toda clase de obras», ingresó directamente del ayuntamiento o de una sociedad pública del municipio, prácticamente 40 millones de euros. Así, entre los años 2003 a 2006, la citada empresa de Marjaliza declaró haber recibido importantes cantidades de dinero por diversos trabajos de la entidad Gestión del Suelo y Vivienda, en la que el consistorio aparecía como único socio desde 1999 a 2012: 4.057.247,75 euros en 2003; 8.905.473,23, en 2004; 3.833.138,40, en 2005, y esa misma cantidad en 2006. Es decir, algo más de 20.5 millones de euros facturó la sociedad del principal imputado de la «Púnica» a esa sociedad municipal. Pero, además, y según se pone de manifiesto en un informe de la Agencia Tributaria, la misma empresa de Marjaliza declaró «recibir del Ayuntamiento de Valdemoro» otros 18,3 millones de euros entre los años 2003 a 2009 –1.587.418,73, 3.806.571,66, 3.804.156,52, 8.034.255,58, 352.816,67 y 740.290,89 euros en cada uno de esos años-. De esta forma, ya fuese directamente o a través de la empresa municipal, la sociedad de Marjaliza ingresó del ayuntamiento del que había sido alcalde Granados casi 40 millones en apenas seis años.
Entre los clientes de la mencionada empresa de Marjaliza se encontraba también el Instituto de la Vivienda de Madrid (IVIMA). Así, según se recoge en el mencionado informe de Hacienda, los pagos localizados en la base de datos de la Agencia Tributaria indican que Obrum Urbanismo y Construcciones, S.L. recibió entre los años 2005 a 2012 cantidades que suman algo más de 16,6 millones de euros.
El Servicio Madrileño de Salud se encontraba igualmente entre los proveedores «potentes» de la citada sociedad de construcción, puesto que en apenas tres años la sociedad de Marjaliza en cuestión declaró haber recibido, según consta en la Agencia Tributaria, 10,7 millones de euros: 4.163.086 en 2006, 6.221.591,17 en 2007, y 337.274,46 euros en el año 2009
Preocupación de Marjaliza
Por otro lado, el sumario refleja que, presuntamente, Marjaliza «mantiene ocultas importantes cantidades de dinero» bajo la custodia de terceras personas; pero hacer aflorar ese dinero tiene sus dificultades en algunas ocasiones. Así le sucedió a finales de julio del pasado año, cuando, según se desprende de una conversación telefónica, le expresa a su interlocutor «su preocupación para volver a ocultar los 800.000 euros» que habían sacado de otra de sociedades.
También ocultaba parte del dinero en cajas de seguridad en entidades bancarias, que estaban a nombre de las «empresas de la trama empresarial» que dirigía. A raíz de su apertura, se constató que en una de ellas había 300.000 euros y en otra, 450.000.
Pequeños micrófonos ocultos en sillas
Un testigo declaró ante la Guardia Civil que detectó «pequeños micrófonos en las sillas» en una reunión que mantuvo con directivos de la empresa Cofely, relacionada con la «trama Púnica». El ingeniero Pedro García, funcionario retirado del Ayuntamiento de Leganés, explicó que conoció al trabajador de la empresa Pedro García –muy vinculado al constructor David Marjaliza, considerado el «cerebro» de la trama corrupta– a través de un amigo común. Acudió posteriormente a una reunión en la sede de la empresa con García, a la que también asistió un directivo de la compañía junto a un representante de una empresa de lámparas. Durante el transcurso de la reunión se percató de que en las sillas había algo que parecía ser un pequeño micrófono, circunstancias que le molestaron al pensar que esa conversación podría estar siendo grabada sin su permiso», indica la Guardia Civil en un informe incluido en el sumario.
Cuatro coches requisados al «líder» de la trama
La Guardia Civil requiso cuatro vehículos al constructor David Marjaliza, presunto cerebro de la red de corrupción «Púnica» y amigo de la infancia y socio de Francisco Granados, entre los que se encontraba un Mercedes de color dorado. Así se recoge en el sumario del caso Púnica, el que se incluye un acta de la Guardia Civil, fechada el 28 de octubre de 2004, un día después de que el constructor y el ex dirigente «popular» fueron detenidos por orden del juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco. Entre los vehículos incautados se encuentran dos Mercedes, un Clase A-180 de color dorado y un S-350 de color negro. Además, el instituto armado se hizo con un Toyota RAV 4 de color blanco y un Mini Cooper de color gris. Todos ellos, informa Ep, quedaron depositados en el IFEMA y podrían ser utilizados para cubrir la responsabilidad civil que tuviera que afrontar el imputado para cubrir las indemnizaciones a las que pudiera ser condenado por la Audiencia Nacional.
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