Política

Elecciones autonómicas

Mas fija su «consulta definitiva» el 27-S y abre la precampaña más larga

Artur Mas ha anticipado al 27 de septiembre las elecciones catalanas, las terceras en cinco años, en las que empeñará todo su capital político para que sean unos comicios en clave plebiscitario y se conviertan en la “consulta definitiva” sobre el proceso soberanista que emprendió en 2012.

Nunca se habían convocado en Cataluña unas elecciones a casi nueve meses vista, por lo que habrá una larga precampaña que planeará sobre un año de municipales y generales, en un ejercicio de tensión política como el que Mas ya ejerció en 2014 con la pretendida consulta del 9 de noviembre.

Tampoco nunca un presidente de la Generalitat había decidido situar el punto de partida de una campaña electoral en un día tan cargado de simbolismo como el 11 de septiembre, la Diada de Cataluña, que desde 2012 se ha convertido en la principal plataforma de exposición mediática de las reivindicaciones soberanistas.

Todos estos detalles, incluida la solemnidad que Mas ha querido imprimir esta noche a su anuncio electoral en el Palau de la Generalitat y a que, a continuación haya comparecido en ese mismo escenario el líder de ERC, Oriol Junqueras, evidencian que CiU y los republicanos plantearán el 27-S como la “consulta definitiva” para lograr culminar su agenda independentista.

Por si cupiera duda de que Mas y Junqueras proyectan sus focos hacia estos objetivos, han sido testigos del acuerdo las entidades independentistas organizadoras de las movilizaciones populares de los últimos tres años.

Ha habido incluso foto compartida de Mas, Junqueras y las entidades independentistas -con la líder de la ANC, Carme Forcadell, situándose justo entre ambos políticos mientras estrechaban sus manos ante las cámaras- una imagen que demuestra que la simbología independentista cotizará fuerte en la campaña de CDC, a falta de que se pronuncie públicamente su socio de federación UDC.

Y es que el presidente de la Generalitat que ha comparecido esta noche no es el mismo que se presentó en 2010 con el objetivo de acabar con el “caos” que, a su juicio, supusieron los gobiernos tripartito de izquierdas entre 2003 y 2010.

Artur Mas (Barcelona, 1956), el hombre que siempre reivindicó su sello personal más allá de su mentor, Jordi Pujol y que según las hemerotecas hace doce años veía la independencia como una “utopía”, ha completado en tres años una evolución política que le llevó en 2014 a ser el primer president que convocó una consulta soberanista.

Una consulta derivada en “proceso participativo” por el que Mas es el destinatario de varias querellas por supuesta desobediencia al Tribunal Constitucional por su papel en esa jornada, una cuestión que también jugará un papel en esta precampaña y que se suma a una nutrida agenda judicial con los casos de la familia Pujol.

Si su primera legislatura (2010-2012) estuvo marcada por la toma de medidas impopulares para atajar la gran crisis económica apoyándose básicamente en el PPC, en la segunda, con el apoyo de ERC, Mas ha gobernado con el oído muy pegado a las movilizaciones independentistas promovidas por la ANC y Omnium Cultural.

Lo que no habrá, pese a la insistencia de estas entidades, es una lista única CiU-ERC, aunque sí una “hoja de ruta compartida” de ambas formaciones con el propósito de llevar a buen puerto lo que el president denomina “proceso de transición nacional”.

Y prueba de este propósito compartido es que esta misma noche Mas y Junqueras han “reseteado” el acuerdo de legislatura que emprendieron a finales de 2012 y que en las últimos días parecía hacer aguas por las desavenencias entre ambos sobre la suerte del actual mandato, que no llegará a los tres años.

El acuerdo alcanzado restablece la libertad de ERC para incluir independientes en sus listas, mientras que queda en el aire si finalmente los republicanos entrarán en el gobierno catalán.

Reactivado el acuerdo CiU-ERC, Mas ya ha desgranado hoy que la gobernabilidad de los próximos meses vendrá marcada por acelerar la puesta en marcha de “estructuras de Estado” en Cataluña, así como la agenda social y desbloquear los presupuestos para 2015.

También dispondrá Mas de casi nueve meses para confeccionar una “lista de país” que incorpore a independientes para dar cuerpo a su proyecto político, al que hoy ha vuelto a poner fecha en forma de unas elecciones autonómicas que abrirán un nuevo escenario.