Crisis diplomática
Moncloa valora impedir la visita de Milei en junio
El Gobierno retira definitivamente a la embajadora española en Buenos Aires y analiza los siguientes pasos si persiste el pulso
El conflicto diplomático entre España y Argentina sigue escalando. Ambas partes mantienen el pulso sin visos de aflojar y rebajar una tensión que está teniendo sus primeras consecuencias diplomáticas. La retirada definitiva de la embajadora de España en Buenos Aires es la última decisión adoptada por el Gobierno ante lo que consideran un «ataque frontal» de Javier Milei. El mandatario argentino no tiene intención de rectificar los duros ataques proferidos a Pedro Sánchez y su mujer durante el pasado fin de semana en un acto de Vox en Madrid. Milei se dirigió al presidente español, calificándole de «calaña atornillada al poder» y difamó a Begoña Gómez, a quien acusó de ser una «corrupta». Sin atender la petición de disculpas públicas exigida por España, el presidente argentino reincidió ayer con más dureza, señalando que el «agredido» es él y acusando a Sánchez de ser un «cobarde» que se mete «abajo de la pollera (falda) de las mujeres» para atacarle.
En el Ejecutivo interpretan estas declaraciones como una nueva «andanada» y respondieron elevando el nivel del desafío. Fuentes gubernamentales aseguran que en tres días se han tomado «tres medidas»: llamar a consultas a la embajadora en Buenos Aires, convocar al embajador argentino en Madrid y, ahora, retirar a la embajadora española en Argentina. Sin querer adelantar nuevos pasos, desde Exteriores sí avanzan que hay «toda una amplia gama de medidas que se pueden adoptar». «No tenemos deseo de ninguna escalada, nosotros no hemos generado esta situación, nuestra obligación es defender las instituciones de España», dicen.
Sin embargo, en el horizonte se ubica ya una próxima visita de Milei a España el 21 de junio para recoger un premio de la entidad liberal Juan de Mariana. «Vamos a ver todo», resuelven fuentes diplomáticas, que no descartan impedir que el mandatario pise Madrid. Dentro del abanico de opciones, que se irán explorando en caso de que el pulso no decaiga, está la posibilidad de no dejarle regresar a España y declararle «persona non grata». En Moncloa aseguran no haber recibido comunicación alguna de su intención de reunirse con el presidente del Gobierno o con el jefe del Estado, como ya ocurriera el pasado fin de semana. Esto supone un hecho inédito, precisan las mismas fuentes.
En Exteriores, por tanto, se reservan los siguientes pasos a dar. No quieren adelantarlos y que se perciban como una amenaza. «No anunciamos medidas, las tomamos. No tenemos interés en polémicas, no amenazamos, no escalamos; respondemos», señalan fuentes del ministerio. «Cada día tiene su afán», apuntan con cierto halo de escepticismo sobre la posibilidad de que desde el gabinete de Milei se muestre algún signo de recapitulación. Desde el Ejecutivo se afanan en hacer pedagogía sobre la gravedad de lo sucedido y la necesidad de armar una respuesta «acorde» a la entidad del desafío. Por el momento, el Gobierno ha decidido retirar definitivamente a su embajadora en Buenos Aires, pero valoran tener que ir más allá.
El titular de Exteriores dejó claro durante su intervención tras el Consejo de Ministros que «las instituciones españolas no hacen política exterior a través de tuits ni participan en ningún show» y que, aunque mantienen una actitud «vigilante», se ha tomado la decisión de que la embajadora se quede en Madrid. «Argentina se queda sin embajadora», oficializó, apuntando que la embajada se mantendrá al nivel del encargado de negocios. En este contexto, Albares advirtió, para quien quiera entenderlo, que «la colaboración siempre es más poderosa que la confrontación».
Fuentes gubernamentales insisten en que están «ante un caso único» que tiene un «plus de gravedad», porque «no existen precedentes de un jefe de Estado que acuda a la capital de otro país a insultar a sus instituciones y hacer una injerencia flagrante en asuntos internos». Esto, dado que la no injerencia es «el principio rector de las relaciones internacionales». «Hay cosas que son discutibles, pero las instituciones son indiscutibles, los gobiernos son indiscutibles», señaló Albares.
La medida es tan inédita que, en los últimos 30 años, España solo ha llamado a consultas a sus embajadores en Nicaragua, Venezuela, Siria, Honduras, Marruecos e Irán. Según informa Efe, en 1980 llegó a romper relaciones diplomáticas con Guatemala. Ahora, se produce la retirada definitiva de la embajadora, lo que en la práctica supone que, aunque se supere el conflicto y se restablezca la relación, deberá iniciarse todo el proceso y solicitar de nuevo el plácet a Argentina para que vuelva la hasta ahora embajadora, María Jesús Alonso, o un nuevo diplomático.
El ministro rechazó que el proceder de España se corresponda con ninguna sobreactuación con fines electorales, como le acusan desde los partidos de la oposición y los socios del Ejecutivo. «Bastante contención hemos tenido», resuelven fuentes diplomáticas, que recuerdan los términos del comunicado que les dirigió la Oficina del presidente tras las polémicas declaraciones de Óscar Puente. En Exteriores aseguran no sentirse concernidos por «ninguna disputa». «Me siento en la defensa de las instituciones españolas», aseveró Albares en rueda de prensa, para apuntar que le dolió ver como los insultos, cuando se pronunciaban en el acto de Vox en Vistalegre, recibían «el aplauso y la risa de otros españoles que deberían haber suspendido ese acto y defender las instituciones españolas». El ministro también criticó «la tibieza del PP, poniendo peros y reparos». «Hay momentos para ser oposición y otros para ser España, el domingo y frente a Javier Milei era momento para ser España», zanjó.
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