Investigación
Monedero tiene quejas desde hace cinco años sin respuesta del claustro
Juan Carlos Monedero recibió quejas por el tratamiento y el contenido que practicaba en sus clases en la Universidad Complutense
Los comportamientos de Juan Carlos Monedero en sus clases fueron motivo de quejas por parte de los alumnos y el profesorado de la Universidad Complutense. Según ha podido conocer LA RAZÓN, al menos uno de sus estudiantes redactó un texto para las altas instancias exponiendo los comportamientos "vejatorios" que sufrían las mujeres y el contenido que desempeñaba en las aulas. El destino del mismo es un misterio.
Este universitario detalló en su escrito, que se emitió hace más de un lustro, que las clases de Monedero eran profundamente "ideológicas" además de incluir algunos de los comentarios que hacía a sus compañeras. Además, explicó que muchas de estas chicas se encontraban cohibidas por sus actos donde presuntamente sobrepasaba los límites del exceso de confianza. No hubo una respuesta oficial y tampoco represalias por parte del claustro.
En algunos momentos, cuando Monedero causaba la sorpresa de sus alumnos, el actual docente de la Complutense alegaba que su figura era la de un "provocador". No obstante, el centro universitario permanece con un "expediente de información reservada" abierto contra el fundador de Podemos por la denuncia de una de las estudiantes.
Precisamente, en octubre de 2024, la influencer Sindy Takanashi publicó algunos testimonios de antiguas alumnas de Monedero que afirmaban haber sufrido presuntamente tocamientos en los hombros por parte del profesor universitario o agresiones verbales con el calificativo de "zorra".
La Universidad Complutense tiene para este tipo de quejas una Comisión de Calidadde la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología. Este departamento es el encargado de gestionar el buzón de quejas y reclamaciones que tiene marcado desde 2013 un procedimiento de actuación.
Una espiral de silencio con Monedero
Para ello, se lleva a cabo un registro físico y electrónico, este último a través de una base de datos, y ambos se encuentran centralizados en Decanato por tratarse de una "información sensible sujeta en casos precisos a confidencialidad". "Si bien una vez concluido el tratamiento de cada instancia, la información puede ser consultada por los miembros del centro", detallan desde la Complutense.
Así, el protocolo señala que cualquier persona puede presentar una de estas instancias. Sin embargo, uno de los problemas que refieren los alumnos es que no se pueden escribir de forma "anónima" y muchos de ellos tienen miedo a las posibles represalias. "La espiral de silencio es tremenda. Por un lado, hay universitarios que les quedan años y no quieren jugarse las futuras notas y en el otro lado hay profesores con muchos apoyos que se creen indestructibles", señala uno de ellos a LA RAZÓN.
La explicación que ofrece la universidad sobre este aspecto es que "considera que pueden ser lesivas para los derechos de los miembros de la comunidad académica afectados y, a la vez, un estímulo de la potencial impunidad del reclamante". Una vez recibidas, y para mejor estudio y tratamiento de las instancias, se clasifica las mismas en varias categorías, incluyendo el objeto de la instancia y el sujeto de la reclamación, así como el departamento concernido.
Ante esto, la clasificación de las mismas es la siguiente: Ordenación Académica (Profesorado), Funcionamiento de las Instituciones, Evaluación, Tribunales, Prácticas, Asistencia Profesores, Horarios y Convivencia. Este sistema se utiliza de forma constante.
Falta de comunicación
La última memoria de la Comisión de Calidad, que es del curso 2023/2024, afirma que el 7 de marzo de 2024 durante la reunión se estudió un caso de un conjunto de reclamaciones contra un profesor y se solicitó la Inspección de Servicios. Precisamente, este órgano será el encargado de investigar la denuncia abierta contra Juan Carlos Monedero.
No obstante, el número de quejas contra los profesores de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología se ha reducido con el paso del tiempo. De las 39 de hace cuatro años en el anterior curso pasaron a una quincena.
Sobre este aspecto, la memoria lamenta que, en algunas ocasiones, se ha detectado "falta de desarrollo en la motivación de las resoluciones por el órgano competente". "En algunos casos, el órgano encargado de estudiar y resolver el caso no comunica a la Oficina de Calidad la resolución, dificultando así la coordinación", concluyen.