El desafío independentista

Ofensiva del Gobierno: «Cataluña independiente sería un 25% más pobre»

El ministro de Exteriores, García-Margallo, ayer durante el almuerzo con los embajadores que presentaron credenciales en el Palacio de Viana
El ministro de Exteriores, García-Margallo, ayer durante el almuerzo con los embajadores que presentaron credenciales en el Palacio de Vianalarazon

El ministro de Asuntos Exteriores ha advertido de que una Cataluña independiente sufriría un "empobrecimiento inmediato de entre el 25 y el 30% en el nivel de vida de los catalanes", en parte por la necesidad de tener que pagar aranceles para su comercio exterior.

El Gobierno ya ha pasado a la acción en su nueva campaña política contra la independencia de Cataluña. Este fin de semana es el primer plato fuerte con la convención del PP regional, pero ayer varios ministros ya «precalentaron» el ambiente para la intervención que hoy realizará el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. En una entrevista en Onda Cero, el titular de Exteriores, José Manuel García-Margallo, alertó de que en una Cataluña independiente los catalanes sufrirían un empobrecimiento de «entre el 25 y el 30 por ciento», entre otras razones por la necesidad de pagar aranceles en su comercio exterior. Margallo describió un panorama desolador, con una Cataluña sin el apoyo del Banco Central Europeo (BCE) ni del Fondo Monetario Internacional (FMI), e incapaz de hacer frente a su deuda de 50.000 millones de euros. Una Cataluña que se colocaría fuera de la UE, y también del «orden internacional creado tras la II Guerra Mundial». «En un limbo jurídico», precisó. Tras aludir al fracaso de la movilización internacional del presidente de la Generalitat, Artur Mas, y recalcar que sólo el Gobierno húngaro ha respondido a su carta para internacionalizar la demanda de un referéndum de independencia, Margallo advirtió de que ha quedado en evidencia que no tienen respuesta las cartas que no se envían «por conducto reglamentario», a través de la embajadas, y que incluyen peticiones contrarias «al orden legal español» en fondo y forma.

«Dudo mucho que hubiese muchos países fuera de la UE que reconociesen un Estado que nace de una declaración de independencia», aseveró el ministro. Y tras asegurar que está convencido de que la independencia no se va a producir, resaltó que, no obstante, sí le preocupa que la campaña independentista perjudique a la imagen de España en el exterior, de la que dependen el coste de la deuda, las exportaciones, la apertura exterior a empresas españolas, el turismo internacional y, en consecuencia, «en buena parte el empleo de los españoles». «Los estudios económicos son muy claros», reiteró el ministro.

Mientras, el titular de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, advertía de que España tiene instrumentos suficientes para defender su soberanía. En el acto de imposición de la Gran Cruz de San Raimundo de Peñafort a seis ex presidentes del TC, Gallardón explicó que España dispone de los instrumentos necesarios para defender, «desde el más estricto respeto a la propia Constitución y a los derechos que en ella se reconocen, la soberanía nacional que reside en el conjunto de los ciudadanos», informa Efe. Montoro continuará hoy con esta campaña política, dirigida a explicar a los catalanes la realidad económica y financiera de Cataluña y de una Cataluña independiente. Durante su intervención en la convención del PP catalán, el ministro de Hacienda hará balance de la asistencia financiera que está recibiendo la Generlalitat y de la situación de la financiación autonómica. En la primera reunión del grupo de trabajo para reformar el actual sistema, celebrada el miércoles, el Ministerio y las comunidades acordaron presentar en abril un informe sobre el modelo para remitirlo al Comité Técnico creado para poner en marcha su actualización.

Montoro hará hoy hincapié, en Barcelona, en la disposición del Gobierno a reajustar los desequilibrios en las balanzas fiscales «reales» y en la reforma del sistema de financiación, en base a los datos que el Ejecutivo maneja y no a los propugnados «de forma partidista».