Tensión

El pacto fiscal deja al PSOE al borde de una nueva derrota

El «no» de Sumar, Podemos, ERC y Bildu a suprimir el impuesto a las energéticas deja al Gobierno más debilitado por la división de la mayoría de investidura

No solo ha molestado el contenido pactado, sino también las formas. El proyecto de ley del Gobierno para crear un tributo complementario que obligue a las empresas multinacionales a pagar un impuesto efectivo superior al 15% ha causado un nuevo terremoto en los socios de Pedro Sánchez, que dejan al Ejecutivo al borde de una nueva derrota parlamentaria. En este caso, como viene siendo habitual, el choque se ha dado por las diferencias ideológicas que hay entre Junts y Esquerra, Bildu y Podemos, sobre todo en materia económica.

El pacto para una reforma fiscal que Hacienda había amarrado con Junts y PNV y que el lunes contó con el voto de Sumar ha alejado, a su vez, al resto de socios habituales y ha roto en dos al bloque de investidura. El Ejecutivo se enfrenta a una nueva derrota este jueves en la comisión de Hacienda si no llega a un acuerdo con sus aliados para tramitar el proyecto de ley de tributación mínima, después de pensar que tenía amarrado el paquete fiscal para elevar la recaudación unos 4.500 millones de euros anuales, por medio del impuesto de sociedades. Desbloquearlo es imprescindible para cumplir con Europa y así acceder al quinto pago de los fondos Next Generation por valor de 7.000 millones. Sin embargo, el «no» de Junts y PNV con el visto bueno del PSOE a incluir en la reforma fiscal el impuesto permanente a las empresas energéticas, como pide Podemos, Sumar, ERC y Bildu pone en riesgo la aprobación de la ley. En Sumar, que había dado el «sí» al PSOE el lunes, avisa de que no renuncian a lograr que se desbloquee el impuesto a las energéticas y por eso ha decidido mantener vivas las enmiendas hasta la votación en comisión, que incluyen ese impuesto. Fuentes del partido emplazan al PSOE a renegociar desde el principio con el resto de aliados.

Además, entre los principales aliados del Ejecutivo la sensación es de hartazgo total con Moncloa por su forma de negociar. No se entiende que el PSOE haya priorizado conseguir el voto favorable de Junts y de PNV a la de los socios más de izquierdas. «Ha elegido sentarse con la derecha nacionalista», sentencian en Podemos. Avisan de que sus votos son iguales de «imprescindibles» que los de Junts. Reprochan la «lógica» de negociación del Ejecutivo en los últimos tiempos y advierten de que ellos «no funcionan así». El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, reprochó no conocer el texto acordado por PSOE y Sumar y ya avisó de que esto era una «mala manera de negociar». Todavía más contundente se mostró el portavoz de Bildu, Óskar Matute, quien avisó de que no se van a mover del «no» sin el impuesto permanente.

La entente entre Sumar, Podemos, ERC y Bildu hizo explotar al PNV, quien alertó de que era «inviable» sus exigencias. El portavoz Aitor Esteban advirtió de que si no se aprueba el impuesto de sociedades, España sería sancionada y se mostró sorprendido por la «frivolidad» con la que se estaba haciendo política. A su juicio, lo ideal sería un «mínimo común denominador» para llegar a un acuerdo, ya que, recordó, el impuesto mínimo global ya afecta a las empresas energéticas y lo podrán gestionar las haciendas forales.

En un último intento de llegar a un acuerdo, Podemos propuso a Hacienda prorrogar por seis meses el actual gravamen extraordinario. Una prórroga que, según Podemos, puede incluirse en cualquiera de los reales decretos de ayuda a las personas afectadas por la dana. El PSOE, de momento, evita más movimientos y asegura que hay tiempo para convencer a sus socios.

El paquete fiscal sellado por PSOE y Sumar incluía, además del impuesto de sociedades, la subida del IVA al 21% para los pisos turísticos y la creación de un nuevo impuesto para gravar los bienes de lujo. También «suprimir el régimen fiscal especial de las SOCIMIs» o la exención a las primas de seguros privados sanitarios.