Política exterior
Sin cita con la disidencia
El primer viaje oficial en 32 años durará poco más de 24 horas y pretende "normalizar, estabilizar y profundizar"la relación bilateral
El Gobierno prefiere no entrometerse en los asuntos domésticos cubanos en esta primera toma de contacto: “Cuanta más reserva, mejor”
Como una “anomalía”. Así definen en Moncloa la ausencia de un presidente del Gobierno español en visita oficial a Cuba en los últimos 32 años, desde que en 1986 Felipe González aterrizara en La Habana para entrevistarse con Fidel Castro. Atendiendo a la “máxima prioridad” que Pedro Sánchez da a América Latina, el actual Ejecutivo ha decidido “culminar con esta tarea pendiente” e impulsar un viaje “histórico” en el que buscarán “normalizar, estabilizar y dar profundidad a las relaciones entre España y Cuba”. Será una visita de poco más de 24 horas, con una apretada agenda que pivotará sobre los ejes político, cultural y empresarial y que esquivará el espinoso asunto de la disidencia. Según fuentes gubernamentales, Sánchez no tiene previsto ningún encuentro “específicamente con la disidencia”, a pesar de que varios colectivos de este sector como las “Damas de Blanco” han demandado un encuentro con el mandatario español. Desde el Gobierno prefieren no entrometerse en los asuntos domésticos cubanos en esta primera toma de contacto en el país. “Cuanta más reserva, mejor”, argumentan, al tiempo que se escudan en que “queda extraño ver a gente que no es del Gobierno” en una visita oficial. Sin embargo, Sánchez sí propiciará un encuentro con la sociedad civil cubana -en una recepción de dimensiones similares a las del 12 de octubre en el Palacio Real- en el que hasta 800 personas, entre intelectuales, artistas, cuentapropistas o periodistas independientes, le trasladarán sus inquietudes sobre el país. Sánchez pondrá fin así a un vacío que se antoja insuficiente hasta que los Reyes no brinden también su presencia. Esta se prevé para el próximo año en la conmemoración de los 500 años de La Habana. “Ese aniversario pide a gritos una importante presencia española”, resuelven en Moncloa dando por hecho su asistencia.
La normalización de las relaciones con Cuba se conjuga en primera persona. Desde el Gobierno hacen hincapié en que la ausencia de España en este país se ha hecho más evidente a medida que lo han visitado “todos los presidentes de nuestro entorno”. Citan a los de Francia, Portugal, Italia, Irlanda, Austria o incluso Estados Unidos, a los tres últimos Papas o a la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea, Federica Mogherini, que ha viajado hasta en tres ocasiones, para demostrar la apertura de Cuba a Europa y al mundo. Esta nutrida representación internacional también sirve de ejemplo para apoyar su decisión de dar la espalda a la disidencia, pues recuerdan en Moncloa que la mayoría de estos mandatarios o altos representantes institucionales no se reunieron con los opositores a la revolución. Olvidan que Barack Obama sí agendó un encuentro con los principales líderes de estos movimientos ante quienes elogió su valor. Además, desde el Observatorio Cubano de Derechos Humanos se ha pedido a Sánchez que presione al presidente Miguel Díaz-Canel para que libere a los “presos políticos” cubanos. Fuentes del Gobierno no confirman que el jefe del Ejecutivo español vaya a hacer ningún llamamiento sobre este asunto, como sí hizo Felipe González, tras cuya visita se liberó al preso español Eloy Gutiérrez Menoyo.
La agenda de Sánchez en Cuba comenzará explorando el perfil político. Inmediatamente después de aterrizar hoy en La Habana, (22:00 hora española) el presidente hará una ofrenda floral al monumento del poeta y pensador José Martí en la Plaza de la Revolución y posteriormente se trasladará al Palacio de los Capitanes Generales donde, tras rendirle honores militares, se reunirá con el presidente cubano, Díaz-Canel. Esta cita arrancará con un primer encuentro personal y posteriormente se sumará a ellos un equipo de trabajo ampliado. Fuentes de Moncloa destacan que se abordarán distintos temas, “se hablará de todo”, aunque no está previsto que los protagonistas se sometan a una comparecencia posterior en la que dar cuenta de los avances registrados durante la reunión. La jornada se cerrará con una cena de gala.
El viernes arrancará a primera hora de la mañana con el impulso al tejido empresarial en la isla a través de un desayuno y un foro del sector. El propio Sánchez viajará en su avión acompañado por una nutrida representación de empresarios españoles en la que se ha primado la “transversalidad”, esto es, desde pequeñas y medianas empresas hasta las grandes corporaciones que cotizan en el IBEX. En concreto, acompañarán al jefe del Ejecutivo representantes de Telefónica, Iberia, Aena, el presidente de la CEOE o de la Cámara de Comercio. Se ha buscado tener un “gesto” con estos empresarios, invitándoles al avión gubernamental, pues uno de los objetivos prioritarios del viaje es dar un impulso a este sector para que las corporaciones españolas estén bien posicionadas en los proyectos emblemáticos que lleva aparejada la apertura de Cuba al mundo.
A continuación Sánchez se trasladará hasta la Habana vieja donde disfrutará de un paseo por sus calles, guiado de un anfitrión de excepción: el historiador Eusebio Leal. Antes de iniciar tan interesante periplo por las callejuelas cubanas, el presidente español hará entrega de la silla de Maceo, una pieza histórica que perteneció al general del Ejército cubano Antonio Maceo y que será cedida durante dos años para ser expuesta en el Museo de Historia de La Habana. Durante el paseo, Sánchez podrá testar la esencia de Cuba a pie de calle y realizará dos anuncios: la ayuda española para dotar de accesibilidad a la Habana vieja a las personas de movilidad reducida y la dotación, esta vez tecnológica, a la escuela taller de restauración española. La agenda cultural de Sánchez se cerrará con la inauguración de una exposición de arquitectura española en la galería Archipaper. Posteriormente se trasladará a la residencia del embajador, Juan Fernández Trigo, donde se celebrará una recepción con la sociedad civil cubana. Asistirán invitados como el actor Jorge Perugorría, el escritor Leonardo Padura o el cantautor Carlos Varela, también empresarios como Enrique Núñez, Leire Fernández o Daria del Río y periodistas independientes como Abraham Jiménez Enoa o Roberto Veiga. Tras escuchar de ellos su visión de “la realidad cubana”, Sánchez abandonará el país.
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