Toni Bolaño

Pedro Sánchez lo ha vuelto a hacer

El antisanchismo no es una idea es un sentimiento y se desconoce cómo va a revertirlo el presidente y su equipo

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
El presidente del Gobierno, Pedro SánchezAlberto R. RoldánLa Razón

No llamó a casi nadie. Ni siquiera a los barones derrotados. Hizo su comparecencia sin consultar con su ejecutiva en Ferraz. Lo hizo después de lanzar la bomba electoral. Sus ministros, al menos la mayoría, estaban en la inopia. Un Pedro Sánchez, muy en su estilo de Manual de Resistencia, ha decidido ir al choque cuanto antes porque alargar la agonía hubiera sido un suicidio, un desgaste que en diciembre sería sinónimo de letal. El presidente controla como nadie los tiempos y los escenarios y ante el revés, reacción. Lo hizo tras las elecciones en Madrid y tras las elecciones andaluzas. La reacción, por cierto, no funcionó, aunque se limitó a cambios en el Ejecutivo. Ayer Sánchez cambió el debate político y abrió claros pero no despejó nubarrones.

1. Evitó con la convocatoria la crisis interna que se iba a abrir en el PSOE. Los barones han sucumbido en una campaña que se les secuestró en Moncloa.

2. Hará la campaña rodeado de su equipo más inmediato. El mismo que ha fracasado el 28M y que fracasó desde 2014 a 2016.

3. Quiere ir al choque, al cuerpo a cuerpo con Feijóo porque el líder popular necesitará de Vox para gobernar en numerosos ayuntamientos. La fecha el 17 de junio, en puertas de la campaña electoral. Y las comunidades autónomas se constituirán en plena campaña. La intención es aprovechar la alianza PPVox para movilizar a la izquierda. Vox sin hacer nada es decisivo. Ahora sí que querrán hacer y el PSOE querrá aprovechar salidas de tono.

4. Forzar a Yolanda Díaz y a Podemos, junto con otras confluencias, a un acuerdo. El PSOE ha resistido razonablemente pero su izquierda se ha hundido. Podemos de forma irremediable. La división ha sido castigada por el electorado progresista y la actitud de Podemos ha evitado sumar sus votos a la izquierda que hubieran sido relevantes en ciudades como Valencia. Empieza la cuenta atrás: diez días tienen Díaz y Belarra. Están entre susto o muerte.

5. La unidad solo debe perseguir un objetivo: ser terceros por delante de Vox. Ir por separado ha dejado claro que son los cuartos y eso en unas generales son de salida unos 30 diputados.

6. Tras la derrota una evidencia: aguantar hasta diciembre hubiera sido un calvario porque ningún socio estaría dispuesto a negociar absolutamente nada. Dicen que Sánchez ha jugado a la desesperada, pero aunque las elecciones las carga el diablo mantenerse a toda costa indicaba una derrota aún mayor.

7. Riesgo: el antisanchismo no es una idea es un sentimiento y se desconoce cómo va a revertirlo el presidente y su equipo. Un sentimiento que se sustenta en aquello de gobierno ilegítimo que ha cuajado en todo el territorio nacional, pero que es también la imagen del presidente.

8. Efecto colateral 1. La convocatoria abre las hostilidades entre Bildu y PNV convirtiendo las elecciones en una suerte de primarias. El domingo Bildu ganó y el PNV perdió, pero tiene margen para remontar. Si no lo consigue las autonómicas del próximo año prometen ser a cara de perro.

9. Efecto colateral 2. Esquerra Republicana está noqueada. Pere Aragonés ha guardado un silencio ensordecedor. No ha dado la cara. Los republicanos no gobernarán ninguna gran ciudad y se han dejado 300.000 votos. La primera incógnita si Gabriel Rufián repite como candidato. Voces en su contra ya se oyen. Si en julio ERC pierde, tras perder las municipales, puede llevar a Cataluña a un adelanto electoral porque con 33 diputados sustentando al Govern será imposible su continuidad.

10. El anuncio ha puesto incertidumbre en muchos ayuntamientos porque pactar en tiempos electorales no es para nada factible. Barcelona es un ejemplo porque nadie ve a Ernest Maragall de ERC dando su voto al PSC, aunque luego le costará explicarlo el 25 de julio.

Ciertamente, Pedro Sánchez lo ha vuelto a hacer. Unos verán un movimiento a la desesperada. Otros, lo ven como un movimiento valiente. En 10 días tendremos la primera respuesta de la pareja Díaz-Belarra. Si alguien lo daba por muerto, ha errado, está bien vivo.